Máximo Saúl apenas está dando sus primeros pasos. Gatea unos metros y cuando
la mamá lo acompaña con la mano en la cintura lo hace caminar ante la atenta
mirada de su padre, Carlos Menem. El niño reclama la mamadera, y ahí está
enseguida Cecilia Bolocco -la ex Miss Universo- atendiendo el pedido al
instante. Como toda taurina, la madre no abandona a su hijo ni por un minuto. No
delega en nadie el cuidado de Máximo. Fue el viernes 24 a las siete de la tarde
en Anillaco -a casi 100 kilómetros de La Rioja, Capital-, en La Rosadita, el
lugar en el que la familia se reencontró para pasar la Navidad, tras nueve meses
de ausencia en la Argentina.
Un día antes, Zulemita -sin su hijo Luca, que quedó en custodia de su abuela
Zulema- había estado con su padre. Lo esperó en el aeropuerto de La Rioja para
después acompañarlo durante todo el recorrido de la caravana que siguió a Carlos
Menem hasta el centro de la ciudad.
Desde el día anterior, la tensión y la emoción del regreso no le habían
permitido al ex presidente pegar un ojo. Sin embargo, apenas llegó a su
provincia natal, el contacto con la gente actuó como el mejor bálsamo contra el
cansancio. Una extensa caravana de autos lo acompañó desde el aeropuerto hasta
la capital riojana en el atardecer del miércoles 22. "Qué bueno es volver al
lugar que uno ama. Me vienen tantos recuerdos de mi hijo Carlitos", le dijo
Carlos Menem a su hermano Eduardo.
"No vengo a pasar facturas, y mucho menos con odios o rencores", fue la frase
que repitió una y otra vez. Su único discurso tuvo una alta intensidad política
que no volvió a repetirse en el resto de la estadía. En el club Facundo II lo
acompañaban Luis Patti y Eduardo Menem, en tanto que Alberto Kohan no pudo
viajar por no haberse recuperado plenamente aún de la herida en su pierna
derecha.
En La Rosadita, en Anillaco, Cecilia Bolocco y Carlos Menem orgullosos con su hijo de un año y un mes.
Cecilia le da la mamadera a su hijo ante la atenta mirada de su padre. A la hora de los regalos, Máximo recibió muchos juguetes.
