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Maxima solidaridad

No estuvo Máxima, pero en el aire flotaron su charme, su look, su cultura y hasta su tango", se le escuchó decir a una elegantísima dama, sentada a la mesa del millonario Tuny Ruys, presidente de la cervecera Heineken. La primera Gala Argentina -convocada por el
embajador criollo en los Países Bajos, Alberto Luis Davérède, con el fin de juntar fondos para distintas fundaciones argentinas de jóvenes en riesgo- fue un suceso. Unas 350 personas trasnocharon en la apaciguada Noordijk (una ciudad balnearia), que no es poco. Entre la selecta convocatoria se escuchó: "A los príncipes Máxima y Guillermo el protocolo real no les permite asistir a este tipo de eventos. Ellos no pueden tener favoritismos, aun cuando se trate de algo del país de Máxima… Es el precio de ser royal". De todas formas, Máxima (a secas, tal como firma) se excusó ante la Embajada Argentina mediante una carta muy cálida.

CUANDO, DONDE, COMO. La cita fue el sábado 16 de marzo en el grand hotel Huis ter Duin, con vista al mar del Norte. Davérède -superpuntilloso- y Daesch Creative Concepts -una prestigiosa agencia de publicidad- fueron los responsables de la organización. Se hizo un joint venture con las empresas holandesas que tienen intereses en la Argentina y así la Gala Argentina no costó dinero. Pero sí generó: cerca de 40 mil dólares. El menú: carpaccio ahumado, lomo con chimichurri (con la firma de los chefs de la cocina del Alvear Palace, que viajaron especialmente) y vinos mendocinos de la bodega Salentein. No faltaron el dulce de leche ni los alfajores. Familias de la high holandesa, como los van der Hovn (la dinastía de los supermercados) y los Pon (venden los Volkswagen en Holanda) quedaron fascinados con los manjares argentinos. No hubo miembros de la realeza, aunque sí las damas de compañía de la reina y la princesa de Netherlands. Martine van hoon Habouchère, algo así como la sombra de Beatriz, y Ottoline
Antoinette Gaarlant, quien "entrena" a Máxima en su carrera al trono. Esta última tiene 55 años, una elegancia intachable y en los palacios la conocen como Lieke, a modo de sobrenombre.

por: Dolores Paillot
fotos: Daesch Creative Concepts y Argenpress
En su primer evento oficial, junto a Willem y la reina. Fue durante el memorial de la compañía colonizadora VOC en el Centro de Gobierno de La Haya. Abajo, estrellas de la Gala Argentina: la diseñadora argentina Graciela Naum y el bandoneonista holandés Carel Kraayenhof.

En su primer evento oficial, junto a Willem y la reina. Fue durante el memorial de la compañía colonizadora VOC en el Centro de Gobierno de La Haya. Abajo, estrellas de la Gala Argentina: la diseñadora argentina Graciela Naum y el bandoneonista holandés Carel Kraayenhof.

Superdiscreta, Graciela Naum no habla de sus clientas; menos de Máxima. En Holanda, su moda fue furor.

Superdiscreta, Graciela Naum no habla de sus clientas; menos de Máxima. En Holanda, su moda fue furor. "Todas las holandesas quieren vestirse como Máxima. El estilo Naum es sofisticado y, a la vez, muy ponible", dijo una señora en la Gala Argentina.

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