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Magui Aicega

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El viernes 22 de agosto, Magui Aicega le dijo adiós definitivamente a Las Leonas, tras vencer a Alemania por 3 a 1 y calzarse la medalla de bronce, la tercera presea consecutiva para ella en cuatro olimpíadas –plata en Sydney 2000 y bronce en Atenas 2004–.

Ya en Buenos Aires, la capitana de la selección femenina de hockey fue agasajada por directivos de la CAH, Confederación Argentina de Hockey, cuerpo técnico y compañeras –entre ellas, Luciana Aymar, goleadora del equipo, y Vanina Oneto ex Leona–, en el restó Dover de Martínez.

Antes de que llegara la homenajeada, dos amigas incondicionales de Aicega dejaron sus impresiones. La primera fue Oneto, que conoce las vicisitudes del retiro. Vanina aseguró: “Me parece una decisión buenísima. Sé que tiene intenciones de dedicarse a su vida de pareja y agrandar la familia. Es muy recomendable porque es una etapa hermosa, en la que de a poco las prioridades van cambiando. Por el lado de Las Leonas, creo que se la va a extrañar mucho, como capitana, como símbolo del equipo y por su dedicación. Magui es un ser espectacular”.

Luego fue el turno de “Lucha” Aymar, una de las mejores jugadoras del mundo y compañera de cuarto de Magui en numerosos torneos. Lo que se dice, una amiga full time: “Es un encuentro de sensaciones diferentes. Es un momento de ella, mejor no se podía ir, con toda la gloria. Tuvo una trayectoria impecable como jugadora, y como capitana de este grupo ayudó a formar un equipo espectacular. Es una amiga, además de una gran compañera de reflexión y se la va a extrañar, por toda la garra que transmitía y por su mentalidad positiva”.

–En Beijing, en la intimidad de la concentración, ¿la viste indecisa en cuanto a su retiro de Las Leonas?
–Luciana: Siempre lo tuvo bastante firme. Tenerla de compañera de cuarto era duro porque nos angustiábamos pensando en que nos quedaban pocos partidos juntas. A veces, en lugar de estar contentas por estar en un Juego Olímpico, nos llegaba la tristeza al darnos cuenta de eso. Fue difícil.

La última en llegar fue la agasajada. Con la sonrisa de siempre y el buen humor que la caracteriza.

–¿Por qué es el momento de despedirte?
–Porque irse tras un Juego Olímpico es muy lindo. Creo que es la decisión adecuada, tras 16 años en la Selección. Además tengo otros proyectos, como el de dedicarme a mi familia. No me retiro por cansancio, de hecho voy a seguir jugando en Belgrano, mi club, hasta que sea mamá o hasta que diga “no quiero jugar más”. Estoy muy feliz porque sé que si no hubiéramos obtenido una medalla, me iba a retirar igual. Con la de bronce, la felicidad se multiplicó.

–Que tus compañeras digan que dejás un vacío difícil de llenar, ¿cómo te hace sentir?
–Tendremos un liberado y si me dan un lugarcito en los viajes las iré a bancar, jaja. Seguí y tuve las ganas de continuar por el grupo y es muy difícil separarse. Hace cuatro años, en Atenas, pensé que no llegaba a Beijing, pero las ganas estaban intactas y gran parte fue por ellas.

–¿Tenés pensado ser entrenadora?
–No… tal vez de inferiores. Pero tengo varios proyectos antes que se irán concretando a medida que pasen los días.

–Maradona te pidió la camiseta, ¿cómo lo viviste?
–¡No dudé en dársela! Cuando le tuve que agradecer en nombre de todas pensaba: “Qué le tengo que decir yo algo al Diego”, como que uno está siempre muy por abajo. Pero él me hizo sentir muy importante, con lo que eso significa proviniendo de Maradona. Y saber que la camiseta que usaste en el último partido la tiene él, ¡es buenísimo!

–¿Hay un paralelismo entre lo que significó Diego para la selección de fútbol y lo que fuiste vos para Las Leonas?
-Sí, ¡la habilidad en el juego sobre todo! Jaja. Muchas jugadoras de esta selección pueden hacer un paralelismo con él por todo lo que sienten por la camiseta y por los años que se dedicaron. No diría que es sólo mi caso, sino el de muchas que están hoy acá. Así que simplemente es el amor por el equipo y lo que dejamos atrás por la Argentina.

–¿Ya extrañás la Selección?
–Ahora no, porque estoy de vacaciones y no estoy jugando. Pero el día que jueguen las chicas, seré la hincha número uno.

Sergio Núnez y Matías Perea, dueños de Dover junto a Magui Aicega.

Sergio Núnez y Matías Perea, dueños de Dover junto a Magui Aicega.

Magui y Luciana Aymar, compañeras de emociones.

Magui y Luciana Aymar, compañeras de emociones.

Vanina Oneto, ex Leona, celebrando junto a Magui.

Vanina Oneto, ex Leona, celebrando junto a Magui.

El regalo para Magui, además de un ramos de rosas, fue un cuadro con su imagen como capitana de la Selección.

El regalo para Magui, además de un ramos de rosas, fue un cuadro con su imagen como capitana de la Selección.

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