La banda que ha creado grandes hits modernos como Brujería y Silencio, de su anterior trabajo de estudio, Armando Camaleón, de 2004, presentará su más reciente placa Hasta encontrar, los días 11 y 12 de abril en el Teatro Opera. En una semana plagada de notas de prensa y ajetreadas jornadas de ensayo, Willie, tecladista y voz de la agrupación, se hizo un tiempo para contarnos este presente que, además, viene con un Premio Gardel 2007 a Mejor álbum grupo pop.
En las oficinas de Pop Art, el hombre de los rulos rubios se relaja y dispara:
–Comencemos con lo lo dulce: ¿qué significa ganar un Premio Gardel como Mejor álbum grupo pop
–Es lindo, sentís que lo que hiciste está bien. Si bien nos tenemos mucha fe, recurrentemente nos preguntamos dónde estamos con respecto a otras bandas. La terna era muy comprometida, ya que la compartíamos con Miranda! y Los Caligaris. Por eso sentimos una gran alegría al ganarla. Pensé que podíamos perder, por eso cuando dijeron: ”El ganador es… ¡Los Tipitos!”, lo grité como un gol.
–¿Qué les pasa cuando miran aquellas épocas bien under? ¿Qué cosas cambiaron desde entonces?
–Seguimos trabajando de la misma manera. Hasta con el mismo desorden y también con la misma sensación de que siempre tenés que sortear un obstáculo. Todo el tiempo hay alguien que te dice que no se puede y tenemos que lograr que sí se pueda. Desde que tocábamos en la calle, hasta hoy que vamos a tocar en el Ópera.
–¿Cambiar de productor artístico fue una jugada para no tentarse a repetir “la fórmula del éxito” que tuvieron con Armando Camaleón?
–No, íbamos a trabajar nuevamente con Pablo Guyot y Alfredo Toth como en 2004 porque no queríamos cambiar el equipo, habiendo ganado un partidazo. Pero todo se complicó por su agenda y decidimos llamar a Tweety González. Al día siguiente, comenzamos a trabajar.
–¿Qué les aportó esta nueva incorporación?
–Tweety nos dio una nueva forma de ver una producción distinta a la que teníamos, que implicaba mucho ensayo, muchos días de grabación y un orden bien estipulado. Con él trabajamos todo a la vez, con sólo nueve días de ensayo donde se eligieron los temas rápidamente. El disco se armó y se arregló en el estudio, lo que fue un método diferente de trabajo.
–Siguiendo con la línea futbolera, ¿piensan en un pase al exterior e internacionalizarse?
–Es algo que por propio peso tenés que pensar en algún momento. Siempre fue nuestra idea y ya tenemos editado el disco en México y otros países de Latinoamérica. Hasta giramos por España, bien a pulmón.
–¿Por qué Tan real como título?
–Tan real habla de nosotros, del camino de la banda y cómo está el ánimo del grupo. Con respecto al arte de tapa, Gisela Dionisi, nuestra diseñadora, vino con la idea a la que nosotros le agregamos el frac., que es una referencia a lo actoral estilo Les Luthiers, a quienes admiramos mucho. Tiene ese mensaje: es tan real todo, esa imagen del desastre como el festejo.
–Después del suceso de Armando Camaleón, ¿tuvieron miedo de no poder repetir el éxito con Tan Real?
–Un poco sí, pero no desde el punto de vista compositivo. Tratamos de hacer canciones, y que estén buenas. Del demo de 46 temas dejamos 14 para este álbum. Es prueba y error, como patear al arco y decir “algún día voy a hacer un gol”. Es la prueba y error de todo equipo, se trata de afinar la puntería, de que el track esté bueno y que además pueda ser corte de promoción.
–Antes fue el Gran Rex, ahora el Ópera. ¿El formato teatro les sienta bien?
–Nos gusta el teatro y el sonido que ahí se produce. Tenemos público de edades muy variadas y queremos que todos estén cómodos y que vean y escuchen bien. Por ahí no se puede poguear mucho, pero ya haremos un recital para los pogueadores.
–¿Qué prepararon para la presentación?
–Habrá temas viejos, otros reversionados y un tramo acústico de nueve minutos donde haremos un set bien de fogón: cuatro acústicas, cuatro voces en un popurrí de canciones de antaño.
Más información: Página oficial de Los Tipitos.
Invitación de Willie en video: El Pentagrama
Federico Bugallo: bajo, armónica y coros; Pablo Tévez: batería y coros; Raúl Rufino: guitarras y voz, y Wálter Piancioli: piano, teclados, guitarra y voz.
