«Los que tenían que apoyarme, me boicotearon» – GENTE Online
 

"Los que tenían que apoyarme, me boicotearon"

Entre la perplejidad, el asombro y las ganas de gritar que es inocente, Domingo Felipe Cavallo, padre de la convertibilidad y el corralito, pasa sus primeros días en la cárcel de la Gendarmería a dispo
sición del juez en lo Penal Económico, Julio Speroni, por la causa de contrabando de armas a Croacia y Ecuador. "Todavía no puedo creer que estoy preso", dice y repite hasta cansarse. Según sus amigos más íntimos, dice que "es mentira que me la paso tomando

Tranquinol, como comentan por ahí. Lo que sí no puedo soportar son los terribles dolores de cabeza".

El notorio preso empieza el día a las siete y media de la mañana con mate cocido y galletitas de agua. A veces se desploma sobre la cama-cucheta de su mínimo cuarto y les dice a los suyos: "No puedo creer la cantidad de 'amigos' que hoy no me llaman o se hacen los distraídos". Después les sirve a sus visitas el enésimo café, que ya prepara como un experto en una cafetera eléctrica, y no les queda otro remedio que ponderar "ese jugo de paraguas hervido" (así lo definen al salir de la prisión) que el anfitrión urde con más orgullo que los bonos del megacanje.

La pequeña mesa en la que descansa su computadora personal -todavía sin conexión de Internet- está colmada de papeles: las fotocopias subrayadas de la causa del tráfico de armas, que estudia al detalle palabra por palabra, sin omitir los puntos ni las comas.


CONFESIONES DE OTOÑO
. "No puedo creer lo que me pasa, pero te aseguro que lo que más me preocupa es el desastre en el que se convirtió el país
-dice sin admitir parte de responsabilidad-. Porque yo tengo vocación de servicio. Dicen que soy ambicioso, y que todo lo hice para llegar a la presidencia. Pero todo ciudadano que se mete en política quiere llegar a presidente. Mi único compromiso no es siquiera con mi familia o mis amigos. Mi único compromiso es con la Argentina", repite, obsesionado, ante sus amigos.

Uno de ellos es Sebastián Piñeda, economista y ex senador de la derecha chilena, con el que cursó algunas materias en la
Harvard University. Durante horas, según Piñeda, "se emocionó recordando aquellos años, cuando los dos queríamos combatir la postración económica de nuestros países. Y me dijo:
´
Pensar, mi querido Sebastián, que mi hija Sonita y tu hija se casaron el mismo día…´
Además, me recordó, delante de su mujer, de su hija y de Alberto, su otro hijo, que Sonita era muy chica cuando yo la conocí en Harvard".

por Alejandro Sangenis
informe: Diego Sanjurjo
fotos: Diego García
desde Córdoba: María José Quiroga
fotos: Bibiana Fulchieri
Acompañado por gendarmes de la unidad carcelaria, el ex superministro regresa del patio posterior de su celda, donde leyó un manual de Economía de Lester Turow. No quiero desactualizarme", les dijo a sus custodios.">

Acompañado por gendarmes de la unidad carcelaria, el ex superministro regresa del patio posterior de su celda, donde leyó un manual de Economía de Lester Turow. "No quiero desactualizarme", les dijo a sus custodios.

Sonia Abrazian, la mujer de Cavallo, sale de la cárcel luego de una de sus cotidianas visitas. Siempre la acompañan sus hijos Alberto y Sonia.

Sonia Abrazian, la mujer de Cavallo, sale de la cárcel luego de una de sus cotidianas visitas. Siempre la acompañan sus hijos Alberto y Sonia.

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