«Los médicos argentinos no me quieren porque viven de la enfermedad, no de la salud» – GENTE Online
 

"Los médicos argentinos no me quieren porque viven de la enfermedad, no de la salud"

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Txumari Alfaro, nacido Jesús Mari Alfaro Martón el 25 de diciembre de 1955, nunca le había abierto las puertas a un periodista en su luga
r más amado: Arguedas, Navarra, España, donde nació. La primicia fue de

GENTE. Y esto pasó.

-Aquí se lo ve como pez en el agua, Txumari.
-Claro, hija. Es que aquí me muevo con enorme alegría. La gente del pueblo me quiere, me saluda, me hace preguntas…

-Y usted no para de hablar, por lo que veo.
-No. ¡Es que tengo tantos proyectos! Y muchos de ellos, en tu país, en la Argentina, donde muy pronto haré televisión. 

-Me sorprende: en cualquiera de sus autos (un BMW descapotable y un Audi de última serie) suenan, a todo volumen, el Polaco Goyeneche y Tita Merello. ¿Por qué?
-Porque me encantan, maja. Porque me encantan. 

-Tanto, me parece, como la velocidad. Porque esa Yamaha 250 para montaña no debe ser muy lenta…
-Cuando la monto, no hay cerro ni cornisa que se me niegue.

-¿Es cierto que, además de nacer en Nochebuena, llegó al mundo en un camión?
-Sí, sí. Como, debido a la fecha tan especial, no había ningún transporte normal, nací a bordo del camión que la policía destina a los borrachos. 

-¿Cómo fue su infancia?
-Muy feliz pero muy pobre. No usé calzoncillos hasta que hice la primera comunión. Heredaba las bragas (bombachas) de mi hermana. Cuando iba a hacer pipí, no me bajaba los pantalones delante de los demás…

-¿Nunca tuvo ropa nueva?
-Hasta donde recuerdo, no. 

-¿Y de comida, qué?
-Al levantarme, mi madre me daba una tostada untada con ajo y miel. Eso, mientras mis amigos comían bollos con chocolate… A la tarde me tocaba un trozo de pan mojado en vino y azúcar, mientras mis amigos se compraban un buen bocadillo (sándwich) de mortadela. 

-¿Qué hacían sus padres?
-Mi padre, Bautista, era capataz de una finca, y mi madre, Villar, empleada de la misma casa. Trabajaron mucho, no fueron a la universidad, y a duras penas pudieron darme estudios.

-¿Cómo eran?
-No tenían nada y lo compartían todo. El día de mi comunión me llevé un disgusto muy grande, porque mi madre nos había dicho que un señor sin dientes que se sentaba a comer con nosotros todos los días era mi abuelo, y ese día no estaba. Mi hermana, al verme llorar, me dijo:
"No es nuestro abuelo: es un mendigo al que 'la Villar' (así le decían a mi madre) le da de comer todos los días". Eramos muy pobres, pero recogíamos mendigos y hasta los llamábamos
"abuelo".

Txumari ensaya una postura oriental en el agreste paisaje de Las Bardenas, Navarra. Aquí tengo mi corazón. Aquí me quieren, me consultan, me admiran. En este rincón soy realmente feliz", dice.">

Txumari ensaya una postura oriental en el agreste paisaje de Las Bardenas, Navarra. "Aquí tengo mi corazón. Aquí me quieren, me consultan, me admiran. En este rincón soy realmente feliz", dice.

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