«Los dos jueces que quisieron excarcelar a Chabán volvieron a matar a mi hija» – GENTE Online
 

"Los dos jueces que quisieron excarcelar a Chabán volvieron a matar a mi hija"

Es una cruz. Una entre muchas, en un rincón de la Chacarita. Todas ellas con
una de estas dos fechas: 30 ó 31 de diciembre de 2004. Son las cruces de los
muertos de República Cromañón, que duelen más que nunca. Y es también una foto
en un cartel, el viernes 13 de mayo de 2005, bajo las lágrimas de una madre.
Cruz y cartel tienen grabado el mismo nombre: Romina Rocío Castro Fuentes.

Teodora es la madre que llora y no entiende por qué dos jueces quieren
excarcelar a Omar Chabán, el principal acusado por la muerte de su hija. Tiene
48 años, "pero hoy me siento de 90", cuenta. Su voz triste se extiende en
un monólogo: "Los jueces que quisieron excarcelar a Chabán volvieron a matar
a mi hija. Son dos jueces que volvieron a matar a los 193 chicos. Teníamos que
salir a pedir que se haga justicia, no había otra. Siempre lo hicimos en paz,
pero comprendo la indignación que hubo esta vez. ¿Qué tienen en la cabeza estos
jueces? ¿Por qué no se pusieron un minuto en el lugar de padres? Para mí son tan
asesinos como Chabán.
"

Después regresa a Romina, a su Princesita, como le decía. "Tenía 16 años
cuando murió. Era una nena muy tranquila; mi gordita era buena alumna en el
Normal 6 de Palermo, había terminado tercer año. Le encantaban los animalitos y
tenía dos gatos: Azul y Santino. Tanto le gustaban que trabajaba en la
veterinaria que está al lado de casa… Me quedé sola con ella y su hermana, María
Belén, que tiene 18, cuando eran chicas. Me separé y mi marido se fue a vivir al
Uruguay. Trabajé cuidando enfermos diez horas por día, para que no les faltara
nada. Gracias a Dios me salieron buenitas. La última Navidad, Romina me regaló
cien pesos para que me comprara ropa…
"

Entonces, Teodora vuelve al 30 de diciembre fatal. "Era la segunda vez que
iba a un recital. Estaba con dos amigos en casa, y la llamó Ariel, su primo,
para decirle que había conseguido una entrada. 'Mami -me dijo-, Ariel me espera
en Once'. Le dije que bueno, que fuera, y que cualquier cosa me llamara. La
acompañé hasta la parada del 68, le di un beso, y no la vi más… Esa noche no
miré ni tele ni escuché radio. Estaba haciendo la comida para el 31, tomando
mate, cuando a las once me llamaron los amigos que la habían acompañado, y me
preguntaron si había vuelto. Les dije que volvía a la medianoche. No se animaron
a decirme nada… Pero al rato volvieron a llamar, y me contaron. Prendí la tele,
y llamé al celular de Ariel, pero estaba apagado. Llamé a la casa de mi sobrino
dos veces. A las doce me dijeron que estaban bien los dos, y que no saliera de
casa. Esperé, esperé, y a la una y cuarto me llamó el papá de Ariel -que por
suerte, resultó ileso- y me dijo que Romina estaba internada en el Hospital de
Clínicas. No me lo había dicho antes para ver si mi gordita reaccionaba. Cuando
llegué ya estaba muerta; se murió a la una y media. Me dijeron que la llevaron
en una camioneta de la Policía, sin oxígeno
".

Teodora respira. Todo le duele. Y más le duele el derrumbe de su fe en la
Justicia: "Dudo que se haga justicia; después del viernes dudamos de todo
porque sabemos quiénes son los culpables, y están casi todos sueltos. Vamos a
seguir peleando y peleando, sin embargo la corrupción es mucha mayor de lo que
imaginaba
".

Teodora llora en la marcha de los sobrevivientes de Cromañón. Su hija Romina tenía 16 años, estudiaba y trabajaba. Murió el 31 de diciembre a la 1:30 de la madrugada en el Hospital de Clínicas.

Teodora llora en la marcha de los sobrevivientes de Cromañón. Su hija Romina tenía 16 años, estudiaba y trabajaba. Murió el 31 de diciembre a la 1:30 de la madrugada en el Hospital de Clínicas.

La tumba de Romina Castro Fuentes en el Cementerio de la Chacarita. Hay todo un sector donde sólo se ven cruces con las mismas fechas: las de la tragedia de Cromañón. Romina tenía 16 años y era la segunda vez en su vida que iba a un recital. Desde el boliche de Once, cuenta su madre, la trasladaron al Hospital de Clínicas en una camioneta de la Policía, sin oxígeno.

La tumba de Romina Castro Fuentes en el Cementerio de la Chacarita. Hay todo un sector donde sólo se ven cruces con las mismas fechas: las de la tragedia de Cromañón. Romina tenía 16 años y era la segunda vez en su vida que iba a un recital. Desde el boliche de Once, cuenta su madre, la trasladaron al Hospital de Clínicas en una camioneta de la Policía, sin oxígeno.

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