“Lo que digan de mí Ibarra y su hermana me tiene sin cuidado. Más aún, de vacaciones” – GENTE Online
 

“Lo que digan de mí Ibarra y su hermana me tiene sin cuidado. Más aún, de vacaciones”

–¿De GENTE?
–De GENTE.
–Sabía que iban a venir...

–Claro, como cada temporada.
–¿Y el fotógrafo?
–Pasó ayer, la vio y… usted sabe que una imagen espontánea vale por diez posadas.
–¿Estaba en un auto blanco?
–Sí. ¿Cómo se enteró?
–Ocurre que lo vi. ¿Uno medio peladito e inquieto? Si me lo confirmás, me quedo tranquila.
–¿Tranquila? ¿Por qué?
–Sacó una foto en el lugar donde vivo. Y preferiría que no saliera.
–Raro. ¿Usted pidiendo que evitemos mostrar dónde vive?
–No por mí. Es una casa de familia, simple, normal, y me gustaría evitar que sufra guardias periodísticas. Mejor que me busquen en la orilla del mar. Y es una casa de familia, porque una amiga me invitó. Esta vez veraneo gratis, hago vacaciones gasoleras.<

–¿También nos va a pedir elegir aquellas tomas en traje de baño caminando por la arena, elongando, nadando en el Atlántico?
–Para nada. Sólo pretendo no molestar a alguien que tuvo la generosidad de alojarme. Yo nunca oculto nada. Lo mismo debería suceder con todos los diputados y personas que pertenecen o pertenecieron a la función pública… Perdón, ¿por qué preguntás lo de elegir?

–Como descubrimos que luce labios y párpados pintados y traje de baño moderno, y a algunas modelos les gusta opinar sobre…
–(con una carcajada) ¡Salí de mi vista!

Difícil encontrarle la guardia baja a Elisa María Avelina Carrió (49) pero, al menos de descanso, ahí, sentada en el parador Solana del Mar, delante de un pocillo humeante y un atado de cigarrillos, puede apartársela un poco de los temas comunes a su voz y robarle alguna sonrisa. “Compartí unos días con mis hijos (Ignacio, 12, y Victoria, 15) en Mar del Plata, y ahora ellos vinieron con su padre a la zona del puerto y yo, a la adorable Punta Ballena. Nos volveremos juntos a Buenos Aires en febrero”, informa antes de precisar su devoción por el Este. “Lo conocí a mis 20 años, luego dejé de visitarlo y hace dieciséis regresé. Me recarga las baterías. Amo el sol, la playa y el mar. Podría quedarme a vivir”, cree. ¿Qué lee acá? Sólo libros. Ahora, Historia de la religión y Heráclito. Costumbres estivales: caminar diez kilómetros, dormir siestas de tres horas, salir de compras al supermercado y asistir a la misa diaria de la capilla de la zona. Tema coquetería: “Desde que comencé en 2003 en Córdoba –más precisamente en La Posada del Quenti–, aquella dieta de la que varios hablaron, bajé 45 kilos, subí 10 y logré perderlos de nuevo”, confía, aclarando que no sabe cuánto suma sobre la balanza (nuestra matemática calcula entre 64 y 67 kilos). “Mi mejor peso es sentirme bien, y hoy me siento excelente”, juega con las palabras la abogada chaqueña. Su clave, admite, “dos días de carne, un día de frutas y verduras, muuuuucho sacrificio y…

–¿Poca mala sangre?
–Intento. A veces se complica.

–Probablemente. La senadora Vilma Ibarra acaba de instarla a que deje de “esconderse” y “salga” a denunciar que el juicio político que se ventila en la ciudad por la tragedia de Cromañón es “vergonzante” y “tan irregular como ninguno antes en nuestra historia”.
–Mirá, lo que digan de mí Ibarra hermana o Ibarra jefe de Gobierno me tiene sin cuidado. Más aún de vacaciones.

–Ajá. ¿Y el Gobierno actual también la tiene sin cuidado?
–¿Sin cuidado? No, y listo. Basta de charla. Dejáme tomar el cafecito que se enfría.

–A su criterio, ¿qué rescataría de la gestión Kirchner y qué puntaje le pondría?
–… Ya está.

–¿Nos vemos en enero de 2007, entonces?
–¿Vendré? Ojo que es época de campaña presidencial por el país, difundiendo los principios e ideas de Afirmación para una República Igualitaria (ARI).

–¿Hacía ahí apunta, hacia el sillón de Rivadavia?
–Lógico. Estoy preparándome para ser presidenta en 2007. En realidad hace bastante tiempo que vengo preparándome para ser presidenta.

–Genial. La entrevistaremos antes de asumir.
–Te repito… ¿Vendré?

–Por las dudas nos daremos una vueltita.
–Listo. Cualquier cosa los espero. A vos y al fotógrafo peladito e inquieto del auto blanco.

“<I>Amo el sol, la playa y el mar. Podría quedarme a vivir acá</I>”, confiesa la chaqueña, quien conoce el Este desde sus veinte años. “<I>Estoy de descanso. Ni siquiera leo diarios; sólo libros</I>”, completa relajada.

Amo el sol, la playa y el mar. Podría quedarme a vivir acá”, confiesa la chaqueña, quien conoce el Este desde sus veinte años. “Estoy de descanso. Ni siquiera leo diarios; sólo libros”, completa relajada.

Ejercicios de elongación, largas caminatas, algún chapuzón, labios y párpados pintados. Entre coquetería y pocas actividades disfruta el veraneo en el Uruguay. “<i>Mi amiga Victoria me invitó a su casa de Punta Ballena </i>–comenta–. <i>Esta vez vine de gasolera</i>”.

Ejercicios de elongación, largas caminatas, algún chapuzón, labios y párpados pintados. Entre coquetería y pocas actividades disfruta el veraneo en el Uruguay. “Mi amiga Victoria me invitó a su casa de Punta Ballena –comenta–. Esta vez vine de gasolera”.

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