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Llegan los microshorts

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¿Los minishorts otra vez? ¿Los hot pants entre nosotros, por el revival? De ninguna manera. Este año, una mezcla de todas las modas más audaces a las que se atrevieron las argentinas (léase desde microbikini hasta hot jeans) llegó para quedarse.

¿De qué se trata? Presentémoslos en sociedad. Son tan diminutos que los minishorts quedarían muertos de vergüenza en el armario. Tienen el ancho de un buen cinturón o de las fajas que ya se usan esta temporada atadas a la cadera. Pueden ser de jean o lycra (bien pegados al cuerpo, como una segunda piel). Y tienen un nombre que ya sugiere, aunque parezca paradójico, que con esta onda no habrá poca tela para cortar:
microshorts. 

En síntesis: han nacido unos diminutos minishorts, unos shorts shorts o unos hot hot pants. Ombligo al aire, tiro muy bajo, cavado muy alto y cola al descubierto. Una fórmula infalible. 

HA RECORRIDO UN LARGO CAMINO.
Allá lejos y hace tiempo, concretamente a finales de la década de los 60, la osada de Mary Quant, lanzó en Londres los hot pants o minishorts. La popularidad del diseño vino gracias a la flaquísima Twiggy, que se los calzó y
el mundo entero los quiso tener. Apenas entrados los 70, Verushka los terminó de consagrar y ya nadie fue indiferente al diminuto (para la época, esa era la palabra adecuada: diminuto) complemento. En la Argentina tuvieron su sello propio a manos del diseñador Manuel Lamarca, que los hacía con géneros de texturas supersensuales como el peluche, chiffon o terciopelo teñidos de colores fuertes como el tabaco, chocolate, guinda o el clásico de siempre: negro. Las primeras en anotarse fueron María Larreta, Teté Coustarot, Blanca Alvarez de Toledo, Ana María Soria, Liliana Caldini, Pata Villanueva, Graciela Alfano y una rubia que no paró de ascender: Susana Giménez. No eran un numerito fácil de llevar. A la natural audacia había que acompañarla con botas de caña alta y tapado maxilargo y abierto, claro. Cinturón ancho bien clavado en la cadera, polera y miles de cadenas, medallones y anillos. Las audaces a más no poder se animaban a dejar de lado el tapado a cambio de un chaleco de gamuza con flecos largu
ísimos. Por entonces, las chicas gastaban varias horas de la semana bailando en Mau Mau o en Africa (las discos de moda de esos años).

Pero los minishorts no se quedaron en las discotecas ni en el armario de las famosas. Las calles, las universidades y hasta la comida familiar más formal tenían una presencia portadora de minishorts. Es más, hasta el Papa Paulo Vl se vio envuelto en un escándalo tremendo por culpa de los hot pants. Decidido a mantener una relación más fluida con la juventud, recibió en una audiencia especial a cantantes y músicos de la llamada Generación Beat. En la entrevista abundaron las melenas largas, los colores chillones y las minifaldas, pero los que desataron la ira fueron los hot pants. Al día siguiente, un editorial del tradicional diario
Il Tempo, titulado "Striptease en el Vaticano", arremetió contra el diminuto pantalón. Tan grande fue la polémica que el mismo Vaticano debió usar las páginas de L 'Osservatore Romano para responder que el Papa no aplaudía ningún capricho de la moda, simplemente se interesaba por la juventud y la aceptaba con sus gustos tal cual ellos los adoptaban. La discusión no quedó ahí. Todo el mundo se prendió en una disputa por la aceptación o no de la diminuta prenda. 

Pero había otra discusión latente alrededor de los minishorts y estaba en el lugar de los diseñadores. En todo el planeta se hacían cargo del invento, si bien hoy está considerado un sucesor nato de la minifalda y nadie pone en dudas que Mary Quant fue la gran promotora de ambos. Sin dudas, los hot pants son británicos. No solo por la procedencia de su primera diseñadora sino porque le siguieron de manera natural a la minifalda que vio la luz en las calles de Londres. Pero los italianos hoy todavía insisten en que fue Silvana Mangano la primera que apareció en una película con minishorts bastante antes de que Mary Quant haya aprendido sus primeras letras. Los norteamericanos no se quedan atrás y aseguran que los primeros que inundaron las tiendas con pantalones muy cortos y no deportivos fueron ellos. Es más, ponen una fecha bastante anterior, la década de los 40, para darle un punto de origen al pequeño discutido.

Pero, aunque no seamos los inventores, las argentinas son las mejores lejos, lejos a la hora de saber llevar una tendencia por sugestiva y exigente que sea. ¿Acaso es fácil de olvidar a Pampita Ardohain y a Julieta Prandi dejando sin aliento a los hombres con sus increíbles hot jeans?

La inventiva nacional para mostrar la cola, qué duda cabe, es mucha. Eso sí, nunca se llega al exhibicionismo total (es de mal gusto). Tal vez por eso jamás se impuso definitivamente el top less. 

Hagamos un poco de historia. En el 87 se intentó darle una tregua a la cola y se puso énfasis en las diferentes maneras de pintarse la cara con cremas flúo. Muy poco tardaron en jugarse un poco más y llegar al cola-flúo Al poco tiempo trajeron de Brasil el tatuagem adhesivo con formas de flores tropicales que, pegadas en las lolas, simulaban un bikini diminuto. Vistas de espaldas… la nada. Eso sí, todas lo usaban con minitangas más que cavadas. 

En los 90 la ropa interior salió a las pistas. Valeria Mazza, Araceli González y Sofía Pereyra llegaban a la playa en bombacha y corpiño. Encajes y transparencias al borde del mar. Muchas hasta iban a las discotecas con el corpiñito y una campera encima. Las variantes surgían solas. ¿Qué dato le falta a esta moda? Que las bombachas, obviamente, eran muy muy chiquitas. 

Los finales de los 90 trajeron la microbikini. Soledad Solaro, Andrea Bursten, y Dolores Barreiro -entre otras diosas- impusieron las pequeñeces y calentaron playas sin descanso.

Finalmente, hace dos temporadas, se impusieron los hot jeans. Más hot que jeans, las mujeres cortaban la parte posterior de sus pantalones para dejar sus redondeces al descubierto. 

¿COMO LLEGAN HOY LOS MICROSHORTS?
Con algo de onda country y mucho de romanticismo. Para Cinthia Kern, diseñadora de ropa y una de las dueñas de Kosiuko, junto a su marido Federico Bonomi, los microshorts "son una propuesta romántica para la playa y todo lo que se estire el día hasta la hora de ir a bailar. El regreso triunfal del western, pero con un toque muy romántico que lo aleja del hot en estado puro. Es ultrasexy y para volverlo canchero a más no poder lo ideal es combinarlo con blusas blancas de bambula levemente transparentes, camisolas con volados o tops con breteles de cintas de seda", aconseja.

Cuando la tarde se va, los microshorts se transforman con solo ponerse botas tejanas. ¿Tenés unas viejas? Mucho mejor. Combinación perfecta para el estilo que marca esta tendencia: sexy, pero sin exageración (nada de bota con taco aguja o cosa por el estilo). Estos culottes o bikinis grandes -que terminan siendo los microshorts- también se usan con cualquier detalle hippie que le dan el toque final. Flores de género (si son margaritas chicas, mejor), pasacintas y cintas, voladitos y el máximo de los detalles a los que aspiran estos nuevos amigos es a una terminación de bordados del tipo broderie. Cuanto más artesanal sea, mucho mejor.

Son más audaces que su bisabuelo, los hot pants, más sugestivos que nuestros recordados minishorts y, si dudas, la onda más sexy de esta temporada. Mujeres para lucirlos, sobran. Hombres para admirarlos, abundan. Los microshorts llegaron para quedarse. ¿Y sabe por qué? La respuesta es sencillísima: lucir la cola, cuando llega el verano, es un sello de las diosas made in Argentina. ¿O usted tiene alguna duda?

por Teresita Ferrari
fotos: Santiago Turienzo - Asistente: Diego García
producción: Inés Azumendi y Florencia Maidana
peinó: Tony para Roberto Giordano
agradecemos a: Kosiuko, María Vazquez. Wanama, Luna Garzón, Arlequín, Class Life y Estancia La Rosada (Luján)

La condición necesaria para llevarlos es una cola impecable y piernas bien trabajadas. Los accesorios son muy importantes y las ganas de ser sexy mucho más. Natalia Palleiro, con su look de morocha argentina, asegura: Pega porque es una onda audaz y bien latina". Sofía se anima: "Los microshorts son perfectos para el cuerpo de las argentinas".">

La condición necesaria para llevarlos es una cola impecable y piernas bien trabajadas. Los accesorios son muy importantes y las ganas de ser sexy mucho más. Natalia Palleiro, con su look de morocha argentina, asegura: "Pega porque es una onda audaz y bien latina". Sofía se anima: "Los microshorts son perfectos para el cuerpo de las argentinas".

Acompañados por blusas transparentes, sombreros rústicos, botas tejanas y cinturones artesanales, los microshorts son un valor seguro. Soledad Villarreal, modelo de piernas eternas, elige los shorts superdiminutos y los usa con sombrero estilo western. Mariela Pra, Sofía Zamolo y Soledad Solaro, diosas consagradas, prefieren la explosiva mezcla de lo sexy y lo romántico. Irresistible.

Acompañados por blusas transparentes, sombreros rústicos, botas tejanas y cinturones artesanales, los microshorts son un valor seguro. Soledad Villarreal, modelo de piernas eternas, elige los shorts superdiminutos y los usa con sombrero estilo western. Mariela Pra, Sofía Zamolo y Soledad Solaro, diosas consagradas, prefieren la explosiva mezcla de lo sexy y lo romántico. Irresistible.

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