La verdad sobre la salud de Sandro – GENTE Online
 

La verdad sobre la salud de Sandro

Rosario. Una escena repetida: el teatro se viene abajo, estalla. Lleno total.
Alaridos, gritos, declaraciones apasionadas. Promedia uno de sus recitales en el
hermoso teatro El Círculo, de Rosario, cuando una fan le pide
desaforadamente que cante Dame el fuego de tu amor, uno de sus temas más
emblemáticos. Sandro para la orquesta y se dirige a su adoradora: "No
me pidas fuego ahora porque van a estallar todos los tubos de oxígeno que hay
detrás del escenario"
. Dos mil personas festejan sin pudor. Sandro
sacó una vez más de la galera su arma más certera: se rió de sí mismo. Usó
la complicidad, la franqueza más desfachatada que en otros momentos lo hizo
exhibir su "pancita"( como él mismo decía) como si fuera un trofeo.
Sí, usó la complicidad para blanquear la situación, para desdramatizar el
caso y aventar los fantasmas.

Después de todo, lo suyo siempre debe ser una fiesta. Porque todos sabían
-todos saben- de su enfisema pulmonar que lo tuvo más de dos años alejado
de los escenarios y casi al borde de la muerte. Todos sabían -porque él lo
dijo de entrada- que por estos días una gripe y una bronquitis agravaron su
cuadro y lo obligaron a tomar antibióticos y otros medicamentos para poder
salir a escena. Todos vieron su agitación, su falta de aire por momentos, sus
pedidos de disculpa. Y todos sabían también que cada tanto tenía que recurrir
al oxígeno. Un oxígeno que le llega por un fino tubito adherido al micrófono.
Como Luis Miguel o los Rolling Stones cuando pasan por gripes parecidas. Y sin
embargo, esta dificultad lo unió más entrañablemente con sus fieles
seguidores, lo hizo más querible y más grande. Todos entendieron su código,
por eso alguien del público le gritó: "Papito, dejame que te haga
respiración boca a boca"
, y el retrueque de barrio no se hizo esperar:
"Callate, qué me vas a hacer respiración boca a boca vos... Yo te la
parto con un beso y te mato"
.

El humor planeó durante todas sus presentaciones rosarinas a pesar de su
inferioridad física transitoria, a pesar de la ambulancia de urgencias médicas
estacionada en la puerta, a pesar de la ausencia de la sensual Rosa, Rosa en sus
presentaciones. "¡Idolo! ¡Estás dejando la vida por nosotras!",
lo homenajeó alguien desde la cuarta fila. El no tiene problema en enfrentar al
fantasma: "Me agito, sí, pero es la agitación de un gordito, no el enfitemazo
terrible que tuve hace un tiempo. Claro que el enfisema lo tengo para
siempre"
, y aconseja a todo el mundo dejar el cigarrillo. "Empecé
a fumar a los 10 años, y dejé a los 53. Fumaba entre dos y cuatro atados por
día. Llegué a tener el 12 por ciento de mi capacidad pulmonar. Si hubiera
dejado antes, me habría ahorrado todo esto."
Ahora lleva una vida
sana, sin cigarrillos, con gimnasia diaria y mucha disciplina. Está recuperado,
otra vez en carrera. Rosario. Una escena repetida: el teatro se viene abajo, estalla. Lleno total.
Alaridos, gritos, declaraciones apasionadas. Promedia uno de sus recitales en el
hermoso teatro El Círculo, de Rosario, cuando una fan le pide
desaforadamente que cante Dame el fuego de tu amor, uno de sus temas más
emblemáticos. Sandro para la orquesta y se dirige a su adoradora: "No
me pidas fuego ahora porque van a estallar todos los tubos de oxígeno que hay
detrás del escenario"
. Dos mil personas festejan sin pudor. Sandro
sacó una vez más de la galera su arma más certera: se rió de sí mismo. Usó
la complicidad, la franqueza más desfachatada que en otros momentos lo hizo
exhibir su "pancita"( como él mismo decía) como si fuera un trofeo.
Sí, usó la complicidad para blanquear la situación, para desdramatizar el
caso y aventar los fantasmas.

Después de todo, lo suyo siempre debe ser una fiesta. Porque todos sabían
-todos saben- de su enfisema pulmonar que lo tuvo más de dos años alejado
de los escenarios y casi al borde de la muerte. Todos sabían -porque él lo
dijo de entrada- que por estos días una gripe y una bronquitis agravaron su
cuadro y lo obligaron a tomar antibióticos y otros medicamentos para poder
salir a escena. Todos vieron su agitación, su falta de aire por momentos, sus
pedidos de disculpa. Y todos sabían también que cada tanto tenía que recurrir
al oxígeno. Un oxígeno que le llega por un fino tubito adherido al micrófono.
Como Luis Miguel o los Rolling Stones cuando pasan por gripes parecidas. Y sin
embargo, esta dificultad lo unió más entrañablemente con sus fieles
seguidores, lo hizo más querible y más grande. Todos entendieron su código,
por eso alguien del público le gritó: "Papito, dejame que te haga
respiración boca a boca"
, y el retrueque de barrio no se hizo esperar:
"Callate, qué me vas a hacer respiración boca a boca vos... Yo te la
parto con un beso y te mato"
.

El humor planeó durante todas sus presentaciones rosarinas a pesar de su
inferioridad física transitoria, a pesar de la ambulancia de urgencias médicas
estacionada en la puerta, a pesar de la ausencia de la sensual Rosa, Rosa en sus
presentaciones. "¡Idolo! ¡Estás dejando la vida por nosotras!",
lo homenajeó alguien desde la cuarta fila. El no tiene problema en enfrentar al
fantasma: "Me agito, sí, pero es la agitación de un gordito, no el enfitemazo
terrible que tuve hace un tiempo. Claro que el enfisema lo tengo para
siempre"
, y aconseja a todo el mundo dejar el cigarrillo. "Empecé
a fumar a los 10 años, y dejé a los 53. Fumaba entre dos y cuatro atados por
día. Llegué a tener el 12 por ciento de mi capacidad pulmonar. Si hubiera
dejado antes, me habría ahorrado todo esto."
Ahora lleva una vida
sana, sin cigarrillos, con gimnasia diaria y mucha disciplina. Está recuperado,
otra vez en carrera.
<i> Dame fuego porque van a volar los tubos de oxígeno que están en el escenario"">

"No me pidan que cante Dame fuego porque van a volar los tubos de oxígeno que están en el escenario"

Sandro, a pleno en el escenario del teatro <i>El Círculo</i>, el sábado pasado en Rosario.

Sandro, a pleno en el escenario del teatro El Círculo, el sábado pasado en Rosario.

Antes y después del show tiene que resguardar su garganta del frío.

Antes y después del show tiene que resguardar su garganta del frío.

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