La tragedia de las aguas, el milagro de la solidaridad – GENTE Online
 

La tragedia de las aguas, el milagro de la solidaridad

Después de 17 días, las inundaciones en la provincia de Santa Fe arrojan
cifras escalofriantes: 28 mil viviendas afectadas, 75.036 evacuados, 105.000
personas asistidas en la capital, otras 35.000 auxiliadas en Recreo, Monte Vera
y otras localidades, 600 centros de evacuación, 111 escuelas que albergan a
19.984 evacuados, más de 300 millones de pesos de pérdidas para el agro, y lo
más dramático: 24 muertos que podrían llegar al centenar cuando bajen las aguas.

Pero en este momento de crisis extrema, la solidaridad del pueblo argentino
encendió una luz de esperanza. Esa que indica que no todo está perdido. Gracias
a esto, cada evacuado está recibiendo la ayuda de diez compatriotas que no
conoce, y son más de 150 mil los que hicieron donaciones en algunos de los
centros que se abrieron, y que representan la ayuda de más de un millón de
almas.

En el microestadio de River Plate, lugar elegido por la Red Solidaria para
recibir, seleccionar y coordinar la recepción, el envío y la distribución de
buena parte de las donaciones, todos los días se acercan decenas de voluntarios
para dar una mano. Claro que no todos llegan hasta la puerta de Figueroa Alcorta
en un auto último modelo: muchos lo hacen en colectivo, y otros, los que menos
tienen, emprenden largas caminatas para acercar un paquete de fideos o uno de
sus apenas dos pares de zapatillas.

Estas son cuatro conmovedoras historias de las muchas que merecen ser contadas.

"Me desespera ver sufrir a los chicos". El sábado 3 de mayo, Juan Encina (30)
escuchó por la radio que estaban pidiendo voluntarios para clasificar y recibir
las donaciones en River. Y no dudó un segundo. Salió de su casa en Rafael
Castillo, provincia de Buenos Aires, y tomó los dos colectivos que lo llevaron
hasta el estadio. A pesar de que hace ocho meses que está sin trabajo, todos los
días trata de conseguir los 4 pesos con 80 centavos que necesita para llegar al
lugar: "Muchos en el barrio me dicen que estoy loco, pero yo les contesto que
me encanta ayudar a la gente. Ya estuve como colaborador cuando ocurrió la
tragedia de la AMIA, y ahora no podía faltar. Creo que es una vocación…. Siempre
dije que si algún día mi situación económica fuera buena, pondría un comedor. Es
un sueño que tengo desde chico".

Así, todos los días, desde las diez de la mañana hasta las once de la noche, se
encarga de coordinar a los voluntarios que recién llegan, y es uno de los
hombres más rápidos a la hora de cargar los camiones. Según cuenta, lo ayuda su
pasado como basurero: "Creo que soy el hombre indicado para este tipo de
trabajos. Durante muchos años de mi vida fui cartonero, después estuve en
MANLIBA, y por último en un montacargas. Esa experiencia hace que mi tiempo
rinda el doble. Y lo hago muy orgulloso. Es más: en cualquier momento subo a un
camión y voy a Santa Fe para ayudarle a la gente a construir su casa. Porque,
¿no te dije? También soy albañil…
".

"Desde que vi las primeras imagenes no puedo dormir tranquila". Hace dos
años, la licenciada en obstetricia María Cristina Benedetti (44) está
incorporada al equipo de salud de Redes Solidarias. Y el viernes, por iniciativa
propia, llamó para sumarse a cualquier equipo de emergencia sanitaria: "Es un
deber que todo el pueblo le dé una mano a nuestros hermanos santafesinos
",
dice mientras se encarga de clasificar los medicamentos que llegan como parte de
las donaciones. "Soy hija de inundados, toda mi vida me crié con la marca en
el ropero que indicaba el nivel del agua, y siempre dije que es una de las
peores tragedias. Si bien colaboré como voluntaria en la guerra de Malvinas,
creo que esto es igual o más grave, porque acá hay cientos de chicos que
perdieron todo, no tienen dónde vivir, y muchas veces les debe hacer ruido la
pancita por el hambre".

A pesar de que está casada y tiene cuatro hijos, tres de ellos en edad escolar,
no duda en cumplir las ocho horas diarias: "Ahora los chicos se quedarán unos
días con mi marido. Tuve que explicarles que esto era más importante que
cualquier otra cosa, y por suerte entendieron. Gracias a Dios, tengo una familia
solidaria".

"Me siento orgulloso de poder ayudar a los inundados". Llegó con una
bolsa de ropa y decidió quedarse. Esta es la historia de Luis Rébora (33), que
el miércoles se acercó hasta River y, al ver la gran cantidad de ropa sin
clasificar y la falta de mano de obra, se arremangó la camisa y se puso a
trabajar: "Desde hace varios años hago siempre algún tipo de beneficencia,
pero lo de Santa Fe supera cualquier parámetro. Esta crisis nos obliga -a todos-
a comprometernos como nunca. Tenemos que demostrarle al mundo que a pesar de que
nuestra clase dirigente está en decadencia, los valores del pueblo permanecen
intactos".

Dedicado al negocio inmobiliario en San Isidro, Luis no dudó ni un minuto en
dejar todo lo que tenía programado para meterse full time en el trabajo
solidario: "Creo que por primera vez la gente se puso en el lugar de los
inundados y entendió qué horas terribles están viviendo. Porque muchos no sólo
se quedaron sin bienes materiales: también perdieron gran parte de su historia".

"Estas bolsas son un simbolo de lo que podemos lograr si nos unimos". Por
primera vez en su joven vida, Cristian Duarte (22) colabora en una acción
solidaria. Según cuenta, el martes tenía un partido de fútbol con unos amigos de
Floresta, pero cuando escuchó en la televisión que necesitaban voluntarios,
sintió que el deber era más fuerte que él y tomó un colectivo hasta Núñez: "Siempre
tuve ganas de ayudar en algo, pero nunca supe muy bien dónde. Por eso el aviso
fue un detonante. Me saqué los botines, me puse unas zapatillas y una campera, y
me vine. Hoy estoy muy contento, y creo que voy a seguir clasificando las
donaciones hasta que no vea ninguna bolsa más. Lo que me da bronca es que desde
el Gobierno nunca puedan hacer nada. A muchos debería darles vergüenza ocupar un
cargo público".

por Sergio Oviedo
fotos: Matías Campaya y AFP

(Para ayudar a los damnificados en Santa Fe, dirigirse personalmente a River Plate, Figueroa Alcorta y Udaondo. O comunicarse con la Red Solidaria: T.E. 4796-5828. E-mail: red [email protected])

El estadio cerrado de River ya recibió más de 500 toneladas de donaciones. A la izquierda, dos de los miles de chicos afectados por las inundaciones. Les espera un duro futuro. Está en nosotros ayudarlos.

El estadio cerrado de River ya recibió más de 500 toneladas de donaciones. A la izquierda, dos de los miles de chicos afectados por las inundaciones. Les espera un duro futuro. Está en nosotros ayudarlos.

Cada argentino quiere abrazar a sus hermanos que cayeron en desgracia, y lo expresaron en esta especie de estallido de solidaridad y generosidad"">

"Cada argentino quiere abrazar a sus hermanos que cayeron en desgracia, y lo expresaron en esta especie de estallido de solidaridad y generosidad"

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