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La princesa del pueblo

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A las siete de la tarde del 31, el termómetro marcaba ocho grados y el aire estaba gélido, pero en las tribunas se sentía el fervor popular entre las 50 mil personas que gritaban: "¡Máxima, Máxima, Máxima, Máxima!" La pareja hizo su entrada triunfal al Amsterdam Arena (megaestadio que fue inaugurado co
n un partido de fútbol entre Argentina y Holanda) a bordo de un Ford T y dieron una suerte de vuelta olímpica. Con vinchas naranjas, coronas inflables, globos y matracas, grandes y chicos recibieron a la argentina con la más pura fiesta. "Es increíble, la aclaman más que a la misma reina", se le escuchaba comentar a la gente. Y esa noche, Máxima (sin todavía haber dicho "Sí, quiero") pasó a ser la princesa del pueblo. 

Al rojo vivo, con el pelo en un chignon y la sonrisa permanente, disfrutó de los más de treinta números musicales -Marco Borsato, muy top en Holanda, compuso un tema dedicado a Máxima- en los que se mezclaban las costumbres, las culturas y los ritmos de las distintas comunidades que habitan el suelo holandés. El público había llegado en ómnibus de todos los rincones del país solo para verla. Grandes, chicos, mujeres, hombres, todos querían tocarle las manos. "La queremos como reina, ya es una holandesa más", gritaban.

Pasadas las nueve, la pareja bajó al escenario para recibir el gran regalo del pueblo (unos 4 millones de dólares). "Estamos muy agradecidos porque van directamente a Orange Fund", dijeron a dúo.

Llegaron al Amsterdam Arena (megaestadio que fue inaugurado con un partido de fútbol entre Argentina y Holanda) a bordo de un Ford T y dieron una suerte de vuelta olímpica. Con vinchas naranjas, coronas inflables, globos y matracas, grandes y chicos recibieron a la argentina con la más pura fiesta.

Llegaron al Amsterdam Arena (megaestadio que fue inaugurado con un partido de fútbol entre Argentina y Holanda) a bordo de un Ford T y dieron una suerte de vuelta olímpica. Con vinchas naranjas, coronas inflables, globos y matracas, grandes y chicos recibieron a la argentina con la más pura fiesta.

El escenario y la emoción de 50 mil holandeses ante la presencia de los novios. Después, una lluvia de papeles, aplausos y gritos de euforia invadió el estadio Arena, que fue inaugurado hace dos años en un amistoso entre Holanda y la selección argentina de fútbol.

El escenario y la emoción de 50 mil holandeses ante la presencia de los novios. Después, una lluvia de papeles, aplausos y gritos de euforia invadió el estadio Arena, que fue inaugurado hace dos años en un amistoso entre Holanda y la selección argentina de fútbol.

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