Hay que ser invisibles para conocer la verdad. Eso, o respetar a las fuentes involucradas: "Si no ponés mi nombre delante de ninguna frase, te cuento", fue la exigencia general. Entre la verdad y los nombres, nos decidimos por la verdad. Dicen de entrada, entonces, dos ex modelos que no suelen perderse ningún desfile pero que ahora, después de asistir a los de Lanús y Palermo, piensan en cambiar su condición de espectadoras de pasarela por "ir al cine o salir a tomar café. ¿Te acordás cuando la diferencia la hacían los cuerpos? -avanzan-. Bueno, eso quedó atrás. Ahora la diferencia
la hacen las lenguas. Cuanto más hablás y más polemizás, más te contratan y más plata ganás… ¿Se darán cuenta estas chicas que están matando a su profesión?", rumian enojadas, y le dan pie a la complicada semana fashion vivida en nuestro Buenos Aires querido.
PRIMER ROUND. Martes 9. Municipalidad de Lanús. La Asociación de Curtidores de la Provincia organiza un desfile. Las modelos están citadas a las cinco de la tarde. Casi todas llegan puntuales. Menos Dolores Barreiro, Soledad Solaro, Roxana Zarecki y Carolina Ardohain. El backstage se altera. Pampita, que debe comenzar el desfile, no llegó. Nadie dice nada... al principio. Pero la bronca contenida se torna en bronca activa cuando las chicas se enteran de que los organizadores prepararon un camarín especial para la pampeana y otro, dentro de un cajero automático, para Barreiro. El desfile debe posponerse de 20 a 21:30 luego de que las cuatro modelos de Pancho Dotto llegan al lugar en una combi, luego de que Dolores, S
olaro y Zarecki piden disculpas y luego de que Pampita sólo le da explicaciones a una de las organizadoras: "Me demoré porque estuve haciendo las fotos para Navidad de C&A". El malestar se nota: "La esperamos hasta último momento. Al menos merecíamos una disculpa. Pero se hace la top, aunque no tiene ni altura para serlo", protestaba alguien que también pedía anonimato. "Siempre quiere abrir o cerrar las pasadas. De lo contrario, termina ofendiéndose", se sumaba otra. "Pero no es la única -surge una tercera-. Algunas le piden a un asistente que averigüe quiénes vamos a estar, y recién ahí deciden si vienen o no a los desfiles". Y continúa una cuarta, exigiendo, obvio, que evitemos mencionarla: "No queremos quedar escrachadas, pero te aseguro que entre nosotras hay muchas peleadas con muchas", cierra. A tres metros, una productora del ambiente entrega su propia explicación: "La mayoría habla porque le conviene. Ventilar significa exposición, exposi
ción significa contratos, contratos significa mayor cachet y a mayor cachet… ¿Me explico?", redondea.
SEGUNDO ROUND. Jueves 11. Pabellón Azul de La Rural. El Automóvil Club Argentino organiza un desfile. Con el ambiente en plena efervescencia, volvemos a la carga. "Pero si no ponés mi nombre delante de ninguna frase", "Pero si no ponés mi nombre delante de ninguna frase", "Pero si no ponés mi nombre delante de ninguna frase", se repite el pedido una y otra vez. ¿Nombres o verdad? Verdad, de nuevo. Entonces se escucha la frívola denuncia: "El otro día me enteré de que mi personal trainer no me puede dar más clases porque se fue con esa". Y se escucha el chisme: "Entre nosotras hay una que se hace la divertida y la pícara, y es especialista en esconder los zapatos de las que no se banca. ¿Quién creés que el otro día le rompió el cierre a Pampita para que no pudiera salir a la pasarela?" Y se escucha un dato increíble: "¿Pele
Yo sólo quiero que las chicas sean profesionales. La competencia es útil: te ayuda a perfeccionarte y a resistir".
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Julieta Prandi: "Yo sólo quiero que las chicas sean profesionales. La competencia es útil: te ayuda a perfeccionarte y a resistir".
Estoy harta de que todas estén contra mí. No tenía muchas amigas en el medio y ahora tengo menos. Me cansé".">
Carolina Ardohain: "Estoy harta de que todas estén contra mí. No tenía muchas amigas en el medio y ahora tengo menos. Me cansé".
