«Jamás pensé que iba a terminar preso por una mujer» – GENTE Online
 

"Jamás pensé que iba a terminar preso por una mujer"

"Juro por Dios, por mi madre y por mis hijos que nunca tuve nada que ver con
la clínica de Gisselle, jamás retiré un centavo de allí, jamás hice nada
contrario a la ley",
dice Silvio Soldán (69) sentado sobre la mullida cama de
dos colchones que ocupa en la cárcel de Devoto. Allí, en la planta baja, en el
pabellón para mayores de 50 años donde fue alojado, es uno más entre los treinta
internos que conviven entre paredes pintadas de blanco y amarillo. Para sus
compañeros, quienes lo recibieron con respeto, es simplemente Soldán.

El pabellón está dividido por pequeñas paredes de madera que dividen, y en cada
uno de esos boxes los presos descansan. Un placard blanco, una mesita de luz, y
una pequeña mesa-escritorio completan el mobiliario. Todo es muy pulcro en el
sector cuyo piso huele invariablemente a lavandina. Los ventiladores de techo no
dan a basto para contrarrestar el calor. En el fondo está la cocina donde los
mismos internos preparan su comida y, sobre la mesada de granito, reposa un
pollo con papas y arroz que acaban de cocinar.

Silvio pide permiso para todo, cumple las reglas no escritas del lugar a fin de
ganarse el respeto de sus ocasionales camaradas, quienes lo ayudaron al llegar a
Devoto. Precisamente el sábado a la madrugada, cuando ingresó a la cárcel, no
llevaba más que lo puesto; entonces, sus compañeros le prestaron un short azul
con rayas blancas, un par de ojotas y una remera celeste. En el código tumbero,
darle ropa a un recién llegado es la máxima muestra de afecto de un preso. Es
más, sabiendo su pasión por Boca, le prestaron una sábana azul y otra amarilla
para que hiciera su cama. El domingo, Soldán se levantó temprano y al mediodía
almorzó fideos. A la tarde tomó café, y vio el partido entre su equipo favorito
y Talleres, pese a que la mayoría en su pabellón es hincha de River. A Soldán lo
entristeció encontrarse con el nieto de un compositor de tangos ya fallecido. El
lunes lo visitaron tres de sus amigos: Rafael León, Raúl Portal y Ricardo Lesner.
Por eso, al momento de contactarse con GENTE se encontraba más animado:

-Silvio, usted dijo que creía en la justicia. ¿Ahora que está detenido, sigue
pensando igual?
-Sí, creo en la justicia, pero entiendo que es administrada por hombres, y los
hombres somos falibles. Por eso podemos cometer actos injustos, y pienso que
éste que estoy enfrentando es uno de ellos. Sólo le tengo temor a Dios, y lo que
más sufrimiento me provoca es el dolor de mis hijos y de mi madre. Pero a la vez
estoy tranquilo porque sé que soy inocente y voy a recuperar mi libertad.

Miguel Braillard y Alejandro Seselovsky
fotos: Fabián Uset, Walter Papasodaro y gentileza Canal 9

Soldán, en el momento en que fue detenido; la campera oculta sus manos esposadas. Está preso por ocho cargos de estafas reiteradas. Su abogado, Miguel Pierri, pedirá la excarcelación que el juez Bergés deberá resolver antes del miércoles.

Soldán, en el momento en que fue detenido; la campera oculta sus manos esposadas. Está preso por ocho cargos de estafas reiteradas. Su abogado, Miguel Pierri, pedirá la excarcelación que el juez Bergés deberá resolver antes del miércoles.

Soldán descompensado, luego de su detención. Debió ser internado en una clínica por un ataque de nervios, hasta que se recuperó y fue trasladado al penal de Devoto.  Finalmente, el animador, esposado, se dirige a su nuevo destino: la cárcel.

Soldán descompensado, luego de su detención. Debió ser internado en una clínica por un ataque de nervios, hasta que se recuperó y fue trasladado al penal de Devoto. Finalmente, el animador, esposado, se dirige a su nuevo destino: la cárcel.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig