Paula Farias, Charo López, Rodrigo Bello y Luciano Barreda son actores que odian competir entre ellos. Sin embargo se dedican a la improvisación, un género que al menos en la Argentina se resume a los match, en los que varios equipos se disputan el aplauso del público. Para salir del brete, crearon Improcrash, una compañía en la que se improvisa sí, pero entre amigos.
–¿Cómo nació el grupo?
Charo López: Primero estábamos todos en el elenco de Mosquito Sancineto. Ahí había mucho ritmo, entrábamos, salíamos, subíamos, bajábamos, cambiábamos de espectáculo. En 2004 coincidimos en un verano en Mar del Plata, éramos uno de los dos equipos y tuvimos buena química.
Rodrigo Bello: Esa fue una temporada bastante caótica, porque a los dos días de empezar nos quedamos solos, el director se fue. Teníamos la sala del teatro alquilada, una semana de hotel paga y nada más. Así fue que tomamos a cargo la producción, íbamos recolectando plata de las funciones para después invertirla en volantes y prensa, pero también en comida. La verdad es que fue una buena experiencia porque conseguimos una casa y vivimos en condiciones normales.
–Pero todavía no eran Improcrash
CL: No, cuando volvimos de la costa fuimos desvinculándonos de a poco de ese elenco. Queríamos hacer algo simple, que jugaran título, estilo e improvisación, nada más, sin equipos. Además, decidimos no hablar entre nosotros antes de actuar, sino directamente abordar la escena; antes teníamos un coucheo previo, como muchos grupos, esto es más kamikaze. Y así nació la compañía.
Impro Las aventuras de Mabel en estilo Marionetas.
–Siguiendo el nuevo método: ¿les pasó alguna vez que no se les ocurriera nada?
CL: Sí, pero uno no tiene que pretender armar una historia perfecta, graciosa y con personajes bárbaros. Tiene que hacer apenitas una acción y dejar que eso vaya creciendo. Si uno está en blanco, seguramente el de al lado tiene una idea, y entre los dos, con pequeñas propuestas que se van sumando, dan paso a una trama. Si a ninguno le surge nada, empezaremos a hacer cosas hasta que aparezca un disparador.
–Hace un tiempo sumaron un circuito de cámaras al show. ¿Por qué?
RB: Lo incluimos por primera vez en el ND Ateneo porque queríamos mantener el espíritu íntimo que tiene el show en un espacio grande, nunca habíamos improvisado para 700 personas. Entonces agregamos un director con un switch, que va mechando las escenas y proyectándolas en pantalla gigante atrás nuestro. Y eso nos permitió jugar, porque ahora también podemos actuar para la cámara. La gente tiene la opción de ver la escena completa o tu cara en primer plano como si fuera una película.
–Lo resolvieron como si fueran a dar un recital en un estadio de fútbol.
Paula Farias: Siempre nos atrajo la estética rockera, nos identificamos más con una banda que con un grupo de teatro. Porque el espectáculo tiene esa energía, arranca y no para.
–¿Y lo que el director de cámara o el musicalizador decidan no los condiciona?
CL: Todo forma parte del show y estamos muy atentos a los estímulos.
PF: Eso tiene el vivo, porque de repente suena un celular y es como un regalo, está buenísimo para nosotros. Es un pinchazo que te obliga a entregar algo.
Luciano Barreda: El otro día, en el teatro, hubo un ruido de acople, parecía que venía un ovni en el medio de la escena. La gente lo escuchó, nosotros lo escuchamos, y vino un plato volador. Condujo la historia lo que en principio fue un error técnico.
–¿El espectáculo va cambiando a lo largo del tiempo?
CL: –Claro, nosotros estamos más veloces que antes, coordinamos bastante más que cuando empezamos. Las improvisaciones son firmes y las historias lindas. Mejoró muchísimo.
–¿Varían los estilos que el público puede elegir?
CL: –Hay algunos que nos aburren y los dejamos de lado; otros van surgiendo, funcionan y se quedan; y algunos que probamos, no nos gustan, y se van a su casa.
–¿Cómo surgen esas categorías?
RB: –Algunas nacen de ejercicios, las inventamos nosotros; otros vienen del pasado, de géneros clásicos y habituales como puede ser Shakespeare o una telenovela.
–¿Van a estrenar algún formato nuevo en Ciudad Cultural Konex?
PF: Mmm...
RB: Tal vez.
LB: Tal vez.
CL: –Tal vez.
–¿Cómo se preparan para los mundiales de improvisación?
PF: Relajándonos, con baños de inmersión, porque sinceramente no nos gusta jugar match. No queremos competir, pero en estos festivales esa es la condición. Sólo lo aceptamos porque nos da la oportunidad de conocer a otros grupos, y porque te dan un espacio para hacer tu espectáculo en circuitos nuevos. Entonces, tratamos de tomárnoslo de la forma más tranquila posible. Pero saca lo peor de cada uno siempre.
–¿Van a presentar tanto Experience como la versión para niños del show?
CL: Sí, ese formato se llama Macedonia. Mantenemos la estructura, pero usamos los estilos que requieren más participación del público. Porque los niños si se divierten están con vos y quieren ser parte, sino se ponen una pata en la cabeza o se dan vuelta.
CL: Además, lo que nosotros hacemos se parece mucho a un juego. A un chico le decís: “Vamos a hacer que estamos en un almacén” y él está ahí, hay papas y todo. Nuestra técnica es la misma.
RB: Pero Improcrash no es para niños. Cuando un padre viene con su hijo tiene que saber que tal vez haya siete monjas embarazadas de personajes.
El cuarteto se presentará durante todo agosto, los viernes y sábados a las 21 y los domingos a las 20 en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, Capital Federal. Además, en septiembre, participarán del 2º Mundial Impro Chile 2009.
Más información: Improcrash.
Improcrash es un cuarteto de actores que realizan improvisaciones basadas en estilos y géneros propios.
El mismo grupo creó también Macedonia, una adaptación de Improcrash para chicos.
Paula Farias y Luciano Barreda luchan en el cuadrilátero. El espectáculo explora el humor a través del cuerpo.
Charo López y Rodrigo Bello entrenan sus tácticas de improvisación sin coucheo previo.
Los cuatro se presentarán durante todo agosto, los viernes, sábados y domingos en Ciudad Cultural Konex.
Además, en noviembre participarán del 2º Mundial Impro Chile 2009.
