Mientras cruzaba los pasillos del Sheraton Hotel, la sonrisa se le iba
dibujando, inocultable. La noche del lunes Aíto de la Rúa llegó de la mano de
su novia, Gabriela Vaca Guzmán, a la 16ª fiesta anual de la Asociación
Conciencia. Los rasgos de preocupación que la operación coronaria de su
padre le causaron apenas horas atrás ya se habían desvanecido y ahora sólo
había lugar para un gesto relajado y plácido.
Con el susto, y los nervios del susto, definitivamente superados, Aíto
habló con GENTE del difícil momento que debió atravesar su padre, es
decir Fernando de la Rúa, es decir el Presidente de todos los argentinos.
-¿Cómo te enteraste de la intervención?
-La noche del jueves, un día antes de que mi viejo se operara, fuimos
todos a Olivos. Allí nos sentó y nos contó sin muchas vueltas. "Miren,
me descubrieron esto y mañana me operan". No usó para nada un tono
solemne o algo parecido. Sólo nos informó.
-¿No hubo preocupación en ustedes?
-De la manera en que nos habló era imposible que nos preocupáramos.
Sólo nos pidió una cosa.
-…
-Que cuando todo terminara, estuviéramos ahí, con él…. Que lo
fuéramos a ver. "Voy a necesitar estar con mi familia", nos
advirtió.
-¿Cómo está hoy tu papá?
-Bárbaro. Con mucha fuerza y muchas ganas.
-¿Pero él nunca tuvo miedo?
-No, nunca. Los médicos siempre fueron muy claros sobre lo que se tenía
que hacer y eso ayudó a controlar los ánimos. Más que miedo, mi viejo tuvo
coraje. Le habían dado un mes de tiempo para que se operara y él decidió
actuar enseguida. Eso fue muy inteligente de su parte.
-Y vos… ¿tuviste miedo?
-Mmm… no. Hablé mucho con los médicos y me explicaron en detalle qué
era lo que le iban a hacer. Hubiera sido muy arriesgado postergar esta
operación, por eso todos en la familia teníamos ganas de que se operara. Hoy
mi viejo está cero kilómetro.
-¿Cuál fue el riesgo real que corrió tu papá?
-Ninguno. Se trató de una operación muy normal con técnicas
avanzadísimas que ponen al paciente fuera de peligro. Fue una intervención
rápida, exitosa y sin mayores complicaciones.
El viernes, Aíto y Gabriela, preocupados en la puerta del Instituto Cardiovascular.
El lunes, con papá Fernando ya recuperado, la pareja lució sus mejores galas.
Lunes 11, 12.30 del mediodía. El presidente Fernando de la Rúa retoma sus actividades en Casa de Gobierno 48 horas después de haber sido sometido a una dedicada operación.
