«Hoy, cualquiera agarra un arma y hace un secuestro» – GENTE Online
 

"Hoy, cualquiera agarra un arma y hace un secuestro"

Los fríos números oficiales nunca reflejan lo que siente el ciudadano común cada día al salir de su casa. Un ejemplo: en la Provincia de Buenos Aires, la cifra oficial habla de sólo 38 secuestros durante este año, pero realmente fueron 140. E
l comisario Carlos Sablich, jefe del Departamento de Delitos Complejos de la Policía Federal, muestra las planillas con los números que deja el 2002:

secuestros en capital, 31; en Provincia de Buenos Aires, 22 ; esclarecidos, 22; liberados, 28; pagados, 11; detenidos,
81
. Pero su experiencia le señala otros guarismos, porque ciertos delitos -sobre todo los secuestros- no son denunciados.
GENTE habló con él de los miedos que abruman a los argentinos: inseguridad, secuestros express, modus operandi poco conocidos, violencia.


-¿Qué diferencia encuentra entre las grandes bandas de los 70 y los 80 y las de ahora?

-Aquellas bandas eran mucho más profesionales que las de ahora. Hoy pueden secuestrar a alguien y hasta eludir la ley por algún tiempo, pero eso no significa que sean profesionales. En los 70 había tres bandas bien diferenciadas: la subversión, la delincuencia común y la represión ilegal. 

-¿Y hoy?

-Sólo existe la delincuencia común, que, en materia de organización, es muy inferior a la de antes, que tenía células independientes y bien coordinadas.

-¿Cómo opera hoy esa delincuencia común?

-Hoy, cualquiera agarra un arma y hace un secuestro express. En muchos casos, los secuestradores buscan a sus víctimas al voleo…

-Pero a pesar de su improvisación, no les va tan mal…

-Es relativo. Después de cometer el secuestro, no saben cómo seguir. Resultado: cometen errores gruesos que nos ayudan a detenerlos. En los '70, en cambio, estaban muy organizados y por eso era mucho más difícil atraparlos. 

-¿Cuántos casos se resuelven en la actualidad y cómo?

-El 90 por ciento, antes del pago del rescate. Pero, a veces, la modernidad apareja algún problema no previsto… 


-¿Por ejemplo?

-Cuando las empresas telefónicas eran del Estado, podíamos intervenir los teléfonos públicos con más facilidad. Pero ahora, voltear teléfonos es otra historia…

-¿En qué sentido? 

-Y… anular un teléfono público durante cierto tiempo implica que la empresa privatizada recaude menos. Eso, en la época de ENTEL, no era problema. Nadie lo cuestionaba. 


-Hay otro fenómeno nuevo: el de los menores metidos en secuestros y autosecuestros. ¿Por qué?

-Es cierto. Se trata de una modalidad inédita y que se multiplicó: el autosecuestro. Este año tuvimos diez casos, todos resueltos por la policía. Eso, antes, casi no existía. Y lo más triste es que la mayoría de esos autosecuestros fueron cometidos por menores… 


-¿Cuál fue el secuestro que más les llamó la atención? 

-En octubre, el caso de Federico Strajman, el muchacho al que le cortaron el dedo meñique.


-¿Y el caso del chico Canilla?

-Fue distinto. Tuvo modalidad express, los familiares no hicieron la denuncia porque pagaron en el momento, y al chico lo mataron casi enseguida. Cuando nos avisaron, ya había aparecido el cadáver.


-¿Cómo resolvieron el caso Strajman?

-Lo secuestraron a las ocho de la noche en la puerta de su casa, en Villa Urquiza, y pidieron un rescate de dos mil dólares. El padre esperó a los secuestradores, que llegaron en moto, a cinco cuadras de su casa. Les pagó, y creyó que liberarían a su hijo de inmediato. Pero al rato lo llamaron y le pidieron 30 mil dólares. El padre les dijo que no los tenía, y se produjo una discusión. Al pedir más dinero, los delincuentes forzaron a los familiares a llamar a la policía… ¡y a las ocho de la mañana les mandaron el dedo de su hijo dentro de una cajita! Pero nunca llegaron a cobrar el rescate, los agarramos, y a Strajman lo liberamos en Pilar. 

-¿Qué les aconseja a los familiares cuando enfrentan un secuestro? 

-Antes que nada les pregunto si tienen o no el dinero que están negociando. Porque, según mi experiencia, es mejor que el dinero sea real…


-¿Qué quiere decir? 

-Que si prometen dinero pero ponen papelitos, el secuestrado corre peligro. 


-¿Alguna advertencia más?

-Sí: les aclaro que no siempre hay garantía de que recuperen el dinero. Por eso, para deslindar responsabilidades, les tomo una declaración testimonial. 


-En general, ¿en qué momento atrapan a los secuestradores? 

-Por lo común, cuando el que cobró avisa por teléfono que ya tiene la plata, o cuando va rumbo al aguantadero. Pero casi siempre los tenemos rodeados desde antes…

-¿Qué grado de violencia hubo en los secuestros en los que actuaron ustedes?

-Salvo en el caso de Strajman, los secuestradores no tomaron represalias contra los secuestrados ni se tirotearon con la policía.


-¿Por qué quedaron tantas dudas en el secuestro de Antonio Echarri? 

-Mire, el padre de uno de los secuestradores, un ex suboficial de la Policía Federal, se dio cuenta de que su hijo estaba relacionado con el caso e hizo la denuncia en la comisaría de Burzaco…


-…pero la policía de la provincia no detuvo a toda la banda… ¿Por qué?

-En todos los secuestros, la banda se divide en dos: los que cuidan al secuestrado, que están adentro, y los que negocian y cobran el rescate, que están afuera. El jefe siempre está afuera, y a veces sucede eso que en la jerga de los delincuentes se llama zarpada o mejicaneada: los de afuera cobran y se rajan sin darles nada a los de adentro… En el caso de Echarri, es evidente que los que cobraron fueron a divertirse con el dinero del rescate a pocas cuadras del lugar en que cayeron…


-A muchos, eso les resultó raro y les dejó puntos oscuros…

-Aunque parezca increíble, hoy se ve cualquier clase de locura a cargo de delincuentes improvisados que no tienen la menor idea de lo que hacen.


-Sensación térmica: ¿la cantidad de secuestros nos acerca a Colombia?

-No estamos ni cerca. En Colombia hay delincuencia común, narcotráfico y terrorismo. Los secuestros, muchas veces, los ejecutan bandas de delincuentes comunes que después negocian al secuestrado con grupos guerrilleros. Aquí no pasa nada de eso, y en las estadísticas estamos 
lejísimos de Colombia. Pero esa psicosis colombiana no es del todo negativa: sirve para que la gente esté más atenta a todo tipo de delincuencia. 


-¿A partir de qué caso se desató esa psicosis? 

-Abril, secuestro de Cristian Riquelme, el hermano de Román. En ese punto, famosos y no famosos temieron ser la próxima víctima.

-Usted habló de autosecuestros y de denuncias infundadas. ¿Cómo están los números?

-Hay autosecuestros y denuncias infundadas, sí. Pero la mayoría de los secuestros fueron reales, los secuestradores terminaron presos y algunos ya tienen condena firme: catorce años de prisión, y a cumplirlos íntegros.

Estamos muy lejos de las estadísticas de Colombia. pero, a partir del caso Riquelme, se desató la psicosis; famosos y no famosos temieron ser la próxima victima".">

"Estamos muy lejos de las estadísticas de Colombia. pero, a partir del caso Riquelme, se desató la psicosis; famosos y no famosos temieron ser la próxima victima".

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