Cien globos celestes y blancos le dieron la bienvenida en su casa. Tiziano Gravier Mazza nació el 12 de marzo a las 19:50 en el sanatorio Otamendi, pero a su reino -un amplio cuart
o con vista al río en las barrancas de San Isidro- entró el mediodía del viernes 15. Seguido de Balthazar, el primogénito de Valeria, que repetía: "Al fin, mamá. Tiziano no quería salir". La madre, enfundada en negro, le contó a GENTE: "Con Balthazar fue todo más sorpresivo. Se adelantó, rompí bolsa… Tiziano, en cambio, resultó más artesanal (risas). Se hizo rogar, se pasó algo más de una semana de la fecha que nos había dado el médico y tuvieron que inducirme al parto. Cada embarazo es distinto y también el día después. En el primero estaba hipersensible y la depresión postparto me pegó duro. En cambio, ahora estoy tranquila… Y no tengo la necesidad de chequear si el bebé respira a cada minuto. Los temores que puedo tener hoy, por el bebé o por mi vuelta a estar en carrera, son muchos menos". Alejandro Gravier, el padre, está feliz con sus varones. "El es muy impresionable y había dicho que no quería volver a cortar el cordón -dijo Valeria-. Sin embargo, llegado el momento, le
dio un ataque de hipersensibilidad y volvió a hacer todo. Gravier se emocionó, diría que más aún que con el primer parto, y soltó una frase que hasta entonces había sido mía: 'Hasta el cuarto hijo no paramos'. Yo, chocha. Siempre soñé con una familia grande. Ahora nos falta la mujercita… Aunque me encanta estar rodeada de hombres; de chica era muy varonera".
Dolores Paillot.
Informe: Pablo Procopio y Cynthia De Simone.
Fotos: Maximiliano Vernazza, Diego Soldini, Julio Ruiz y Matías Campaya
Tiziano, dormido, sonrió para la foto. Junto a él, balthazar, Alejandro Gravier y su mamá top, Valeria.
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El recién nacido, vestido de blanco: rozagante y regordete. "Tiene los rasgos perfectos y angelicales, como Valeria", opinan algunos parientes.
