«Hace un año, ningún hombre se fijaba en mí» – GENTE Online
 

"Hace un año, ningún hombre se fijaba en mí"

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Un mechón de pelo rojo fuego. Sólo un dato, casi insignificante, pero es lo primero que llama la atención en Carolina Papaleo.

-¿Hay historia detrás de esa tintura o sólo fue un touch de coquetería?
-(Se toca el mechón en cuestión y lo espía hasta ponerse bizca). Esto que ves acá es una pequeña síntesis de mi vida. Habla de un cambio radical, de una mujer nueva.

-¿Y cuándo ocurrió la revolución?

-A fines del 2001, cuando pude cortar definitivamente con el pasado y empezar de nuevo.

A saber… En ese tiempo terminó para siempre con su anterior pareja, el padre de su hijo Matías (3). Y logró iniciar una nueva relación con Alejandro Farrell (37), su representante. Vendió una casa, muebles incluidos, que la llenaban de malos recuerdos. Y estrenó una nueva, con parque y parrilla, en un barrio cerrado. Consiguió quitarse el estrés de encima que la había dejado demacrada y por debajo de su peso. Y recuperó unos kilos que la hacen verse mucho más linda que cuando empezó en la tevé, hace ya quince años.

Hoy, Carolina Papaleo (33) no teme hablar del pasado. Tampoco le interesa recordarlo a cada momento. Su historia, la de hace cuatro años, cuenta que se casó con Mario Río, personal trainer de profesión, con quien a los pocos meses de convivir comenzó una batalla física, legal y personal. "¿Cómo veo esa historia hoy…? Una amiga una vez me dijo:
'Algún día te vas a dar cuenta de que esta pesadilla es una bendición disfrazada'. Imaginate, en esos tiempos de crisis, casi la mato. Hoy entendí que sí, que fue una bendición disfrazada. Aprendí y evolucioné muchísimo…".

-¿Y cómo zafaste?

-Tocando fondo: con terapia, llanto y depresión. Estuve dos años viviendo en una casa llena de malos recuerdos, en una casa en la que no quería estar más, y encima no lograba venderla. Sólo iba para bañarme y dormir. Dos años tardé en encontrar un comprador y dos meses me llevó mudarme. Estuve 60 días empacando y deshaciéndome de cosas. No quería quedarme con nada de lo que fui, entonces hice una barata: puse anuncios en los diarios y carteles por el barrio, precios a los muebles y ¡vendí todo! Desprenderme fue lo que más me ayudó.

-El peor de los recuerdos, ¿cuál es?

-(Piensa)… Tengo muchos: los golpes, los gritos. Pero el peor, sin duda, fue el día en que se llevó al nene. Cuando lo cuento, todos se quedan mirándome con los ojos abiertos porque parece el mejor de los policiales. Hubo persecución en patrulleros y todo. Matías tenía apenas ocho meses y estuvimos un día entero separados. Cuando me lo entregó la policía, estaba helado, blanco."Soy mamá, Matías, soy mamá", le decía yo. Y él ni reaccionaba. Fue una escena que jamás voy a poder olvidar, sólo espero que a él no le quede nada en la memoria de todo eso.

por Mariana Montini
fotos: Jorge Luengo
producción: Gabriela Díaz
(agradecemos a Susila Tantrik, Natalia Antolin, Ricky Sarkany, Hotel Alvear y Sebastián Colombo)

Sensual, atrevida, bella por donde se la mire. Para verme bien y ser feliz, debí tocar fondo y llorar mucho", confiesa.">

Sensual, atrevida, bella por donde se la mire. "Para verme bien y ser feliz, debí tocar fondo y llorar mucho", confiesa.

Hoy consiguió  la mayoría de  sus propósitos: trabajar en tevé, hacer teatro y formar una familia. Papaleo lleva seis meses conviviendo con su pareja, Alejandro Farrell, y su hijo Matías,  de 3 años.

Hoy consiguió la mayoría de sus propósitos: trabajar en tevé, hacer teatro y formar una familia. Papaleo lleva seis meses conviviendo con su pareja, Alejandro Farrell, y su hijo Matías, de 3 años.

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