Guitarra vas a llorar – GENTE Online
 

Guitarra vas a llorar

El cielo parece plomo; la noche, un gran sauna, y cada tanto llovizna. El
agua y el calor se pegotean sobre los vidrios del Renault Clio mientras los
limpiaparabrisas van y vienen, atravesándose sobre el paisaje. El hombre de 58
años que va al volante mira el cielo y piensa con fastidio por qué no se largará
a llover de una vez, por qué no despejará o por qué el cielo nunca se termina de
caer. Hace nueve días que un paro cardíaco se llevó a su mujer y esta noche,
unos kilómetros más adelante, Bernabé Valenzuela se va a cruzar otra vez con la
muerte.

Acaba de dejar atrás dos estaciones de servicio y una parrilla, en el
kilómetro 70 de la ruta 5. Vuelve a su casa en Goldney, un pueblo cerca de
Mercedes, donde también tiene sus plantaciones de espárragos. En la última
salida -la de la estación de servicio-, dos motos se le han adelantado. Arriba
de la Harley Davidson va Norberto Pappo Napolitano (54). Arriba de la Kawasaki,
su hijo, Luciano (31), acompañado por su novia. No ve mucho más: una mala
maniobra hace que las dos motos se toquen, que la Harley Davidson pierda el
control y que su piloto caiga. Intenta, entonces, esquivar la moto con su auto
pero encuentra el cuerpo. Es la 00:10 de la madrugada del viernes. Sobre el
pavimento quedan una mancha de sangre y una de aceite. Pappo acaba de morir.

…………………………………...…………………

Nace, entonces, la leyenda. Desde el Norte, llegan las palabras de B.B. King:
"Murió el mejor guitarrista de blues de Sudamérica". La sentencia suena
inapelable. Mientras tanto, el cuerpo es trasladado en una ambulancia hacia un
hospital de Jáuregui, donde se le practicará la autopsia de rutina. De a poco,
sus familiares y amigos se acercan incrédulos hasta la puerta del hospital. De a
poco, la noticia se va esparciendo. El día amanece más gris que nunca.

LUGAR COMUN, LA MUERTE. Y también las frases que le siguen. "Murió
en su ley
", dijeron todos esa noche. Quizá fuera cierto, pero era poco. La
muerte es más que eso. Y la ley, que es de los hombres, sólo se atrevió a decir
que la carátula del hecho es Homicidio culposo y que los dos imputados son
Luciano Napolitano y Bernabé Valenzuela, conductor del Renault Clio. No dice
nada más.

BUSCANDO UN AMOR. Así se llamó el disco con el que Pappo volvió al
ruedo en 2004. "Es un disco muy especial. Más que en lo musical, en lo
anímico y en lo moral. Después de 30 años de carrera había decidido retirarme de
la música, porque realmente no me daban el apoyo que yo necesitaba. Hasta que
apareció
RedLojo y me produjo el disco", había dicho el músico días antes
del accidente. El disco resultó un gran disco, y Pappo estaba contento. En
cuanto al amor, ya lo había encontrado: hacía diez años que convivía en un
departamento de Belgrano con la ex modelo Florencia Depetris. Sin dudas, pasaba
por uno de sus mejores momentos. Unas semanas atrás había brillado en el
Cosquín Rock
, compartiendo escenario con Charly García. Los dos músicos
nunca habían sido amigos: siempre se habían mirado de lejos, como midiéndose,
pero con un profundo respeto. Días antes de morir, como para dejarlo claro para
la posteridad, el Carpo había asegurado en una entrevista: "Con Charly está
todo muy bien
". Al entierro fue sólo uno de sus asistentes: incluso en la
muerte, los dos grandes prefirieron guardar distancia.

EL ADIOS. "El Carpo no quería que lo velaran", explicó algún
amigo, y entonces no hubo velatorio. Sólo una breve espera en una casa funeraria
de La Paternal, mientras familiares, amigos y vecinos se reunían todavía sin
entender. A las cuatro de la tarde, después de pasar por la puerta de la casa de
la familia Napolitano, escoltado por cientos de motos, el cortejo fúnebre siguió
hacia la Chacarita. En el cementerio lo esperaban miles de amigos y fanáticos
para despedirlo. Las caras más reconocibles del rock también se hicieron
presentes: Andrés Ciro (de Los Piojos), Michel Peyronel (baterista de Riff),
Juanse y el Zorrito Von Quintiero (de Los Ratones Paranoicos), el Tanque (de La
Renga) y un larguísimo etcétera.

El último adiós para el Carpo fue entre el rugido de las motos, las flores
que cayeron una tras otra sobre su cajón y un profundo silencio, a pesar del
cantito de sus fans que insistían con un estribillo. Ese que dice: "Queda
queda mucho por hacer
".

por Juan Morris

fotos: Maximiliano Vernazza, Enrique García Medina, Walter Papasodaro, Javier Moreno, Hugo Ordóñez y Archivo Atlántida

Pappo en su taller de La Paternal, posando con una de sus Harley. Junto a la música, los fierros eran su otra gran pasión. A la derecha, su cuerpo en el kilómetro 70 de la ruta 5, en la madrugada del viernes.

Pappo en su taller de La Paternal, posando con una de sus Harley. Junto a la música, los fierros eran su otra gran pasión. A la derecha, su cuerpo en el kilómetro 70 de la ruta 5, en la madrugada del viernes.

Unos 3000 fans lo despidieron en la Chacarita.

Unos 3000 fans lo despidieron en la Chacarita.

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