“Este Día del Padre va a ser el más triste de nuestras vidas” – GENTE Online
 

“Este Día del Padre va a ser el más triste de nuestras vidas”

Sabe lo que le dice a su madre Manuel, mi hijito menor, cuando la ve llorar?: ‘Mamá, si querés regalá el televisor y yo no miro más la tele, pero, ¡por favor!, no llores más”, cuenta Marcelo Bragagnolo, el padre de Matías, mientras pierde su mirada en el río desde su oficina en un piso 16. Y después pregunta, entre interrogativo e indignado: “¿A usted le parece lógico? ¡Tardaron sesenta días para reconocer que a Matías lo mataron!”.

La investigación empezó en la misma madrugada del 9 de abril en que Matías Bragagnolo (16) fue con dos amigos a un kiosco de Ocampo y Figueroa Alcorta, en Palermo, y fue golpeado por un grupo de once chicos. Luego, cuando volvió escapando al departamento de unas amigas, un policía, instigado por el grupo atacante, lo revisó de modo violento, y se fue del lugar. Poco después Matías murió.

Durante varios días se especuló con la versión de que la víctima había muerto por una falla cardíaca no vinculada al ataque de la patota ni a la revisación policial, pero ahora la jueza de menores María Teresa Salgueiro recibirá los informes forenses decisivos –que señalan la muerte por asfixia provocada de Matías– para determinar quién o quiénes fueron los responsables del trágico desenlace. Mientras, Marcelo Bragagnolo, el padre, además del impacto que sufrió al confirmar su sospecha –siempre sostuvo que no fue una muerte natural– y de la confirmación de la junta médica, que le dio la razón, está lejos de vivir esta circunstancia como una victoria personal. GENTE habló con él:

–Siete peritos coincidieron en asegurar que su hijo murió por asfixia provocada, mecánica, y no por un problema de salud, por drogas, por alcohol o por tomar una bebida energizante...
–Nunca dudé. Sólo le encontraron restos de chocolate. ¿De qué corazón grande me hablan? Era un chico que iba a crecer hasta el metro 95. Lo peor es que en algún contubernio de diputados se las van a arreglar para que los asesinos salgan en libertad o los “castiguen”… ¡dejándolos en su casa, pero sin postre!

–En definitiva, y según las pericias, ¿cómo murió Matías?
–Las pericias dicen que murió en forma violenta. Alguien lo asfixió. Pobrecito… Lo que más me duele ahora es comprobar que murió sufriendo. No puedo soportarlo.

–Usted tuvo que esperar dos meses para que se reconociera que a Matías lo mataron. ¿Cómo logró llegar a este resultado?
–Se lo atribuyo a la tremenda presión que ejerció la prensa. Porque de ese modo se conocieron hechos que de lo contrario jamás habrían salido a la luz. Para mí, la instrucción policial fue lamentable. Pero a partir de ahora espero que la causa se lleve adelante con éxito. Fue un homicidio, un crimen, y ya no hay duda posible…

–¿Cómo será este Día del Padre para ustedes, Marcelo?
–El peor, el más triste de nuestras vidas. Pero no puedo dejarme caer, porque mi familia me necesita más que nunca.

–¿Qué cambió en sus vidas desde aquella noche?
–Vivimos sin planes, el día a día. Nos mudamos a la casa de San Isidro, que teníamos para los fines de semana, y casi sin muebles... No podemos volver a Belgrano. Estaríamos viviendo todo el tiempo llorando a Matías, y mis otros hijos, Martín, que tiene dieciséis años, y Manuel, de apenas ocho, merecen que con Cecilia, mi mujer, los cuidemos y los protejamos más que nunca.

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Cuando se conoció el resultado de la primera autopsia (edema pulmonar, es decir, líquido en los pulmones, como causa de la muerte de Matías), Marcelo Bragagnolo dudó de ese diagnóstico y protestó con vehemencia, “pero siempre confiando en la Justicia, porque la autopsia no explicaba de qué manera murió mi hijo, que era sano y deportista”. Pero ahora, los nuevos exámenes hechos en la Morgue Judicial, que duraron casi cinco horas para revisar los análisis toxicológicos en las vísceras y los análisis microscópicos en el corazón y los pulmones, concluyeron que Matías no tenía males congénitos. Al principio se dijo que su corazón era más grande que lo que corresponde a un chico de su edad, y se preguntó por qué no había marcas del golpe que causó el presunto derrame cerebral. Según fuentes periciales, “Matías pudo haber recibido un golpe muy fuerte, pero con la mano abierta, que no deja rastros, pero suficiente como para provocar una conmoción cerebral”.

En la causa están imputadas doce personas: once menores y un policía, preso por incumplimiento de los deberes de funcionario público, y hasta hoy, el único procesado. Tres de los menores fueron internados en institutos ad hoc y liberados luego, porque el resultado de la segunda autopsia (26 de abril) fue “Edema pulmonar”, sin alusión alguna a un acto de violencia.

–¿Usted nunca dudó del homicidio, Marcelo?
–Nunca. Pero las nuevas revelaciones de la autopsia son espantosas. Prueban el terrible sufrimiento de Matías antes de morir.

–¿De qué manera toma este vuelco en la causa?
–No creo en las torpezas. No creo en los errores de los informes policiales, periciales o judiciales. No hay errores ni casualidades. A partir de ahora tengo que librar otra batalla: averiguar cuál fue el papel de cada uno de los protagonistas en la muerte de mi hijo.

–¿Qué sabe hasta ahora con seguridad?
–Que la primera agresión ocurrió en el kiosco, donde sufrió un golpe que le provocó el edema encefálico. Pero me falta comprobar qué pasó en el recorrido desde el kiosco hasta la casa de sus amigas.

–¿Qué pasos espera ahora?
–Quiero que se esclarezca si es cierto que el policía entró al edificio como un agresor más, lo revisó de manera violenta, y al verlo descompuesto huyó del lugar.

–Los peritos se reunen la semana que viene para aclarar algunos puntos todavía oscuros. ¿Qué expectativas tiene?
–Los forenses ya hicieron su trabajo. Por lo menos el que más importaba. Ahora le corresponde a la jueza analizar qué responsabilidades tienen los imputados, desde el número uno hasta el doce. Es decir, incluyendo al policía. Recién entonces las cosas empezarán a encaminarse. Como lo exigen la verdad y la justicia.

Marcelo Bragagnolo no abandonó nunca la lucha en busca de la verdad sobre la muerte de Matías. No lo tendrá a su lado en el Día del Padre, pero acaba de ganar una batalla a favor de la verdad.

Marcelo Bragagnolo no abandonó nunca la lucha en busca de la verdad sobre la muerte de Matías. No lo tendrá a su lado en el Día del Padre, pero acaba de ganar una batalla a favor de la verdad.

En unas vacaciones familiares, Marcelo, el padre, con los gemelos Matías y Martín, y Manuel, el más chico, que se parece mucho a Matías. Otra familia herida de muerte por una ola de violencia que, lejos de decrecer, aumenta trágicamente.

En unas vacaciones familiares, Marcelo, el padre, con los gemelos Matías y Martín, y Manuel, el más chico, que se parece mucho a Matías. Otra familia herida de muerte por una ola de violencia que, lejos de decrecer, aumenta trágicamente.

Una de sus últimas fotos.

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