“Escribir es como una terapia y ayudó a sanarme” – GENTE Online
 

“Escribir es como una terapia y ayudó a sanarme”

Cuando tenía 7 años, Araceli González casi se ahoga en una pileta de Ciudadela, su barrio. Desde entonces sufrió miedo al agua. Pasaron 32 años y, como una forma de exorcizar ese fantasma, escribió un libro sobre el mar para complacer a su hijo Tomás, Toto (8), que ama a la naturaleza y, sobre todo, a los animalitos que viven en el mundo marino. Hace dos veranos, las manos de Ara comenzaron a teclear Ada y el mar, el segundo libro de una saga que promete más. Saga que comenzó con todo éxito el año pasado cuando publicó Ada y los miedos.

La Feria del Libro arde. En minutos, esta mujer que se anima a todo firmará ejemplares. Ahora, en la intimidad de una sala, cuenta sus primeros pasos como narradora: “En el 2004 estábamos en Punta del Este; me iba a las playas alejadas y me ponía a escribir sobre el mar y los arrecifes de corales, y Toto me ayudaba, porque le preocupa la desaparición de peces, el medio ambiente. Sus preguntas me generaron inquietudes, y empezamos, juntos, a investigar en libros e Internet. Lo que más nos llamó la atención y sensibilizó fue el cangrejo ermitaño, porque a pesar de tener un caparazón fuerte, su parte del corazón es la más débil…”.

–¿Ese cangrejo ermitaño tenía algo que ver con el estado de ánimo que atravesabas hace dos veranos?
–Sí. Estaba sola, me escondía en mi búnker y me costaba relacionarme. Quería escuchar música y preparar mis libros. Tenía miedo de que me lastimen el corazón. Escribir era como una terapia y me ayudó a sanarme. Pasaba muchas horas frente a la computadora. Me quedaba sentada en la salita de estar de mi habitación, y escribía. Por eso cuando salió el primer libro, yo ya tenía guardados otros dos en mi compu.

–¿Escribir te purifica?
–Totalmente... Cuando yo me encontraba muy mal, haciendo mi duelo, en ese proceso personal que todo el mundo conoce, quería exteriorizar muchas cosas, y la persona con la que quería hacerlo no estaba dispuesta a escucharme...

–¿A quién te referís?
–Vos sabés... Mi psicólogo me insistía para que escribiera lo que me pasaban en terapia, en la vida, y ahí fui descubriéndome. Eso me angustiaba, porque veía mi interior. Me enfrentaba a mi personaje, que es todo para afuera y donde importa más si estás linda o lo que tenés puesto, y no tu interior.

–¿Y cómo está ese mundo?
–En ese momento estaba lleno de crisis. A medida que pasó el tiempo –creo– las fui superando. ¡Por eso no quiero crecer más! Ahora estoy muy bien, me quiero quedar acá. Aunque no se puede, porque la vida es un movimiento continuo y siempre tengo inquietudes. Mi vida es como una cámara que va focalizando diferentes lugares, y a veces hay que dejar cosas para lograr otras.

–En Ada y el mar hay una dedicatoria muy especial para tu hijo varón… ¿No hubo celos en la familia por eso?
–No. Flopi vio cómo trabajó Toto por este libro. Por eso se lo dediqué especialmente a él. Cuando me veía escribiendo, se me acercaba con libros y me aportaba datos. Además estoy muy emocionada, porque parte de lo que se recaude con este libro va a ir a una fundación de hipoacúsicos. Camila, la sordomuda que hacía en Nano, me quedó marcada para toda la vida. Por eso, siempre que puedo, colaboro. Y mucha gente quiere que haga la segunda parte de esa novela.

–Acabás de editar la segunda parte de las aventuras de Ada. ¿Te estás consagrando como escritora infantil?
–Me siento muy feliz y me encanta relatar historias para chicos. Ya tengo en carpeta otro libro de cuentos, que va a hablar de la caída de los dientes. Pero ahora tengo ganas de publicar algo para adultos. Ya empecé a escribir sobre las mujeres de mi familia.

–¿Entonces conoceremos las vidas privadas de las González?
–No. Simplemente quiero rendirles un homenaje a esas mujeres, porque cuando empecé a escribir sobre ellas sentí que me redescubría. Me di cuenta que de cada una rescato algo. Siempre digo que la más evolucionada va a ser mi hija. Porque en mi familia hubo mujeres de carácter muy fuerte, solitarias, valientes. Gracias a ellas pude construir mi personalidad, aprendí a ser fuerte y a pelear por una vida mejor.

–Alguna vez dijiste que tu vida era como un cuento, y que querías un final feliz, como en las historias de Ada. ¿Lo vas encontrando?
–Sí. Hoy estoy muy feliz... Y ojalá pueda seguir así.

Feliz y radiante, Ara le dedicó su segundo libro a su hijo Tomás, quien la incentivó y ayudó a escribir sobre el mar. Y a quien todas las noches le lee cuentos.

Feliz y radiante, Ara le dedicó su segundo libro a su hijo Tomás, quien la incentivó y ayudó a escribir sobre el mar. Y a quien todas las noches le lee cuentos.

El viernes 27 fue al stand de Editorial Atlántida en la Feria del Libro con su hijo Tomás, y firmó autógrafos para todos sus fans.

El viernes 27 fue al stand de Editorial Atlántida en la Feria del Libro con su hijo Tomás, y firmó autógrafos para todos sus fans.

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