En la cresta de la ola – GENTE Online
 

En la cresta de la ola

Sale el sol en el primer día del 2004. Facundo Arana amanece después del
mediodía, junto a su novia Isabel Macedo. Desayuno, algunos minutos de relax, y
una idea para empezar el año con un desafío: domar las olas del Atlántico a
bordo de su wave runner. Un desafío menor, si se quiere, para un hombre que
sobrevivió a los hechizos de las malas "más malas" de los culebrones nacionales
y, hace tan sólo unos meses, escaló el Aconcagua.

A pesar de que el mar estaba bravo, Facundo se internó con su wave runner Yamaha
GP 760. En medio del oleaje, lo inesperado: el motor dejó de funcionar. "Desde
hace algunos días estaba con problemas de batería…"
, reconocería luego el rubio
galán. Aislado, a más de 300 metros de la costa, Arana se sumergió en el agua e
intentó arreglar su máquina. No tuvo suerte. De pronto, una gigantesca ola lo
tapó por completo (en la tele esto daría para cortar el capítulo y seguir al día
siguiente). Y reapareció (el protagonista debe hacerlo ¿o no?) como si nada,
lejos de la primera rompiente, reintentando poner el marcha el wave runner.

Su novia Isabel y un grupo de amigos observaban la escena desde la costa. "Ya
estoy curada de espanto: cuando escaló el Aconcagua me dijeron que uno de los
ocho andinistas había muerto y yo estuve horas sin poder comunicarme con él…
",
jura Isabel. Aún sin herramientas y con el agua al cuello, Arana hizo arrancar
el motor. Cuando llegó a la costa, ni siquiera maldijo.

Después, saludó a los fotógrafos de GENTE y, con una sonrisa, dijo: "Mientras
subía las olas supe que todo era posible, incluso caerme muerto, porque en ese
momento estar sometido a la naturaleza es el único sentimiento que domina
". Así,
con su traje de neoprene por la cintura y de la mano de su novia Isabel, propone
la charla.

El 1º de enero de 2004, Facundo Arana empezó el día sobre su tabla de surf. Por la tarde, decidió probar suerte con el wave runner. Mientras subían las olas supe que todo era posible, incluso caerme muerto, porque la sensación de estar sometido a la naturaleza es el único sentimiento que domina".">

El 1º de enero de 2004, Facundo Arana empezó el día sobre su tabla de surf. Por la tarde, decidió probar suerte con el wave runner. "Mientras subían las olas supe que todo era posible, incluso caerme muerto, porque la sensación de estar sometido a la naturaleza es el único sentimiento que domina".

Luego de su frustrada travesía en <i>wave runner</i>, Facundo Arana encontró consuelo en los brazos de su novia, la actriz Isabel Macedo.

Luego de su frustrada travesía en wave runner, Facundo Arana encontró consuelo en los brazos de su novia, la actriz Isabel Macedo.

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