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La danza aérea es una fusión de ballet y de ritmos contemporáneos, pero con un agregado primordial: sogas y arneses, que permiten a los bailarines colgarse a cualquier altura y moverse con libertad. Las compañías que lo practican montan espectáculos tanto en teatros como en fachadas de edificios o pendiendo incluso de un globo aerostático.

Brenda Angiel, su inventora, es argentina. Hace 20 años, tuvo la idea de elevarse en el aire para que el público pudiera apreciar mejor sus movimientos como bailarina. Como también es coreógrafa, siguió investigando y armó su actual show Air Condition, que acaba de presentar en Holanda y hará funciones en Brasil en noviembre. Además, desarrolló un método de enseñanza y tiene una escuela en el corazón del barrio de Caballito.

–¿Cómo nace la idea de la danza aérea?
–Seguí la carrera de composición coreográfica y a los 21 decidí que necesitaba estudiar más para poder crear un estilo que fuera mío. Entonces, me fui por unos años a Nueva York y vi gente colgada, pero no me interesó ni me gustó. Cuando volví a Buenos Aires empecé a ensayar una obra de danza en el piso y se me ocurrió que como desde algunos puntos de las gradas no se veía bien, podía colgar, para un momento, una bailarina. La idea era que no iba a tener un frente muy preciso cuando se moviera y entonces iba a ser más democrático para los espectadores.

–¿Y colgada de la pared descubriste que era tu vocación?
–En realidad después de ensayar un año, en el que puse las sogas cerca de la pared, y luego al borde del escenario, empecé a probar un montón de cosas y estrené el primer espectáculo de danza aérea. Es una profundización de ese lenguaje la que me da la posibilidad de ir un poco más allá. Ahora no veo más ni un arnés, ni nada de eso, veo una coreografía.

–¿Podrías describir qué se siente bailar pendiendo de una soga?
–Trato de hacer llegar la sensación al público en cada espectáculo. Por eso, todo el tiempo juego a invertir los planos. Y hay un proyecto que estoy armando con una bailarina, en la que una cámara filma de forma tal que la pared aparece como el piso. Entonces como ella se mueve, como pisa y gira, es increíble. Cuando estás ahí perdés el sentido de la gravedad y te cambia el equilibrio.

–¿Cómo nace el método de enseñanza?
–Las clases son una simplificación de muchas obras que fui haciendo, con diferentes arreglos y uniones para poder ser explicadas. Hay algo de juego y algo de técnica. Por eso, cuando los alumnos vienen a la escuela, sienten que no se acaba enseguida, porque si es colgarse y nada más se aburren a los dos minutos, pero si hay un desarrollo y diferentes instancias con investigación, es infinito lo que se puede hacer.

–¿De qué se trata el espectáculo que estás presentando?
–Está formado por 15 cuadros muy distintos. Desde proyecciones que se mueven junto con los bailarines, hasta la reproducción en caleidoscopio con la simetría de los cuerpos. Pasa por partes vertiginosas en una pared a momentos más íntimos como puede ser un tango. En verdad, es la adaptación de un baile convencional pero con las posibilidades que te da el estar colgado de una soga elástica. Lo más rico es el juego que le puedo dar a los tiempos, a las suspensiones y a los encuentros. Ahora tengo incorporado un cierre en donde se disputan a una bailarina, y tiene muchos revoleos y cosas que no pueden existir normalmente.

–¿Cómo está conformada la compañía?
–Son nueve bailarines y, a los costados, sin ser vistos por el espectador, hay tres escaladores. Ellos hacen todo un trabajo técnico de sogas, que tiene que ver con cambios de altura, la seguridad y el armado. Son parte de la compañía pero no se ven. Sí salen a saludar al final. Y también trabajo con músicos en vivo, que tocan el bandoneón, el bajo, la guitarra y diferentes instrumentos de percusión.

–¿Por qué nunca montaste un espectáculo fuera del teatro como hace por ejemplo De la Guarda?
–Muchos grupos exploran esa técnica, sobre todo en Europa y Estados Unidos. Yo hice tres o cuatro experiencias de ese estilo en festivales y no es lo mío. Lo que hago es adaptar la coreografía a la fachada de un edificio, pero como es muy bailado, a 25 metros del piso, se pierden todos los movimientos. No se puede hacer algo muy profundo si se está tan alto.

–Además los bailarines sufren. ¿O no?
–Yo sufro, me da miedo la altura. A cuatro o cinco metros está todo bien, pero me llevás a diez y me asusto mucho. Y no tengo la preparación técnica que hace falta para armar con seguridad los equipos y saber de qué parte del edificio colgarse. En cambio el teatro está muy estudiado, es una cajita armada.

Más información: Aerial Dance

Las sogas elásticas permiten saltos que terminan al ras del suelo.

Las sogas elásticas permiten saltos que terminan al ras del suelo.

Escena de <i>Air condition</i> en la que las imágenes se mezclan con el movimiento de los bailarines para generar un efecto de reproducción.

Escena de Air condition en la que las imágenes se mezclan con el movimiento de los bailarines para generar un efecto de reproducción.

Colgados de una soga, los bailarines exploran figuras libremente.

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