Es una pasarela olímpica, dicen. "Tiene veintiocho metros de largo por tres de ancho. Nada que envidiarle a los megadesfiles de Roberto Giordano, ¿no?", insiste orgulloso un vecino. Está rodeada por 700 sillas de plástico perfectamente distribuidas sobre el asfalto de la
calle Italia. Aún faltan algunas horas para el gran desfile. Y los camarines, improvisados en el interior del pelotero Colores, reciben ahora sus primeros percheros. Pampita ya está en la ciudad. "Descansa junto a su marido en una habitación que le reservó la Mary, a orillas de la Ruta 9…", jura un empleado de Tienda Los Amigos. Un policía custodia la puerta del Hotel Marcos Juárez. "¿A quién viene a ver? La señorita Pampita no va a atender a al prensa", repite en perfecto tono castrense. Mary es la dueña de Tienda Los Amigos, la promotora del evento que mantiene en vilo a la población de Marcos Juárez. Son 24.312 almas, según el censo de 2001. El comienzo del show está anunciado para las 21. Mientras tanto, la improvisada pasarela impide el normal desarrollo de una de las tradiciones mejor conservadas en la ciudad: la vuelta del perro alrededor de la plaza General Paz.
Carolina Pampita Ardohain había regresado a Buenos Aires el sábado por la mañana. Su fugaz paso por Asunción del Paraguay le sirvió para sentir el calor del público y para distraer nuevos rumores. Que se volvió a pelear con su marido, que se siente sola, que está embarazada… Pancho Dotto la fue a buscar a Ezeiza. Dentro de su camioneta, una Honda CVR gris, la modelo y su manager mantuvieron una reunión de dos horas. Luego Pampita abordó el Honda Civic azul de su marido, Martín Barrantes. Y, sin siquiera pasar por su casa para cambiar el equipaje, partió con rumbo a su nuevo compromiso laboral: un desfile en la ciudad de Marcos Juárez, en el sudeste de la provincia de Córdoba.
Marcos Juárez es una típica ciudad agrícola del interior del país. Su economía se disparó junto al precio de la soja en el mercado internacional. Sobre las calles se repiten los autos y camionetas de último modelo. La voz de Eduardo Loyola -el locutor de la radio local, hoy devenido en conductor del megaevento- anuncia el inminente comienzo del desfile. Los vecinos ya están concentrados alrededor de la pasarela. La entrada cuesta cinco pesos. "Todo lo recaudado es para el colegio María Inmaculada", aseguran los responsables de controlar el ingreso del público. Y la recaudación es guardada en distintas cajas de zapatos.
El sábado 2, Pampita deslumbró a todo Marcos Juárez. Frente a la plaza General Paz, y ante una multitud, hizo cinco pasadas y agradeció el afecto de la gente. La entrada al desfile -organizado por la Tienda Los Amigos- costaba cinco pesos y lo recaudado
fue a beneficio del Colegio María Inmaculada.
Pampita y Martín Barrantes regresaron a Pilar apenas terminó el desfile.
