“¿El secreto de nuestros 10 años de matrimonio con Marcelo? Dialogar y amarnos” – GENTE Online
 

“¿El secreto de nuestros 10 años de matrimonio con Marcelo? Dialogar y amarnos”

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La niña de 4 años estira sus manos. La mujer de 40 la levanta. Entonces se fusionan en un abrazo interminable, y ríen, cantan, danzan y danzan.... Es sábado 3 de noviembre de 2007, el reloj marca las 22:35 y en la esquina de Sarmiento y Rivadavia, en Río Segundo, provincia de Córdoba, Lourdes Fernández (la niña que pretende mejorar su calidad de vida a través de Bailando por un sueño 4) y Paula Robles (la finalista del certamen junto al local Franco Tabernero), terminan de sellar un acuerdo que durará por el resto de sus vidas: “Más allá del resultado del martes por la noche (ante Celina Rucci y Matías Sayago –25 años, de Santiago del Estero–, que compiten para equipar la Sala de Neonatología y Pediatría del Hospital de Los Juríes), nosotras, en serio, ya ganamos”.

EL TRIUNFO DE PAULA. Aceptó el desafío de volver a bailar tras una larga ausencia debido a que se volcó a pleno a su rol de mamá, y a un accidente que casi la margina de las pistas para siempre: cuando en 2004 intentó protagonizar Vuelos aires, y durante un ensayo su arnés falló y ella cayó desde cuatro metros de altura. Casi queda paralítica, pero en lugar de abandonar la vocación que la apasionó desde siempre, decidió curarse a fuerza de reposo y rehabilitación. “Ni a mis hijos podía acariciar”, cuenta Robles. Hasta que le preguntó a su marido si le hacía un lugar en la nueva versión de Bailando por un sueño. “Obvio”, le contestó Tinelli a fines del año pasado, antes de que Paula decidiera pasarse los días de semana del verano preparándose en la Capital, volviendo cada sábado y domingo a su casa de vacaciones en Punta del Este.

Un entrenamiento que no sólo le permitió llegar a la gran final –entre 30 parejas–, sino que motivó a que el fenomenal Iñaki Urlezaga la invitara a asumir el rol de Bathilde en la versión completa de Giselle que presentó en el Luna Park. “Si le sumamos a todo esto lo más importante –la ayuda que intentamos acercarle a Lourdes–, puedo confirmar que Bailando… me está cumpliendo montones de sueños”, afirma Paula agradeciendo la algarabía de algunos de los 25 mil habitantes de Río Segundo que salieron a la calle para agradecerle sus numerosos gestos humanos. “¿Sabían, además, que el Día del Niño les trajo juguetes a chicos de escasos recursos y a personas discapacitadas de aquí?”, confía un vecino. “Con su humildad y sencillez, Paula se ganó un lugar importante en el corazón de la ciudad”, cierra a su lado una dama.

EL TRIUNFO DE LOURDES. En 2006, Gustavo Fernández y Claudia Romero escucharon desesperanzados el diagnóstico de los médicos: “Su hija padece leucemia. No hay mucho por hacer acá. Necesita un tratamiento en el hospital Garrahan, de Buenos Aires”. Pronto empezaron a juntar el dinero necesario para lograr el traslado. Claro que los sueldos de Gustavo (que trabaja de albañil y bicicletero) y Claudia (que lava ropa para afuera), de ninguna manera alcanzaban. Tampoco la ayuda de vecinos y amigos, que se pusieron a juntar fondos e, incluso, a organizar un baile solidario. Hasta que un desconocido muchachito local (ex empleado de Georgalos y ex mozo) escuchó sobre el problema. “No sé cómo, pero algo voy a hacer”, se comprometió Franco Tabernero, antes de ser seleccionado para entrar en el exitoso segmento de ShowMatch.

Primero pensamos que si ganaba el concurso nos podía conseguir la medicación, pero apareció una persona dispuesta a financiar desinteresadamente y en forma anónima el tratamiento durante dos años, y cambiamos de sueño: ahora nos gustaría que Lourdes pueda mejorar su calidad de vida, conseguir una casa digna”, afirma el papá, Gustavo. La vivienda de los Fernández consta de una cocina comedor y un dormitorio para cinco personas. Demasiado chica, y expuesta a los virus que complican cualquier cuidado que se le dé a Lourdes por su leucemia. “Antes de que comenzara Bailando…, nuestra hija estaba deprimida, perdía el pelo y había tenido una fuerte recaída”, cuenta Claudia, su madre. “Ahora que Franco y Paula llegaron a la final, no hay señales de su enfermedad. Nosotros ya ganamos con verla espléndida a ella. Esa es nuestra mayor satisfacción. Jamás voy a terminar de agradecerles lo que hicieron por mi hija”, cierra emocionada.

Vamos a cumplir ese sueño cueste lo que cueste. Hacer feliz a Lourdes justifica cualquier sacrificio”, le dice Paula a GENTE. Una Paula bastante exhausta luego de bailar un compilado de temas, pero atenta a las preguntas que llegan.

–Hace unos días cumpliste 10 años de matrimonio con Marcelo. ¿Cuál es el secreto para haber permanecido juntos todo este tiempo?
–Crecer como pareja, dialogar y, sobre todo, amarnos.

–¿Te pesó la mochila de ser la esposa del jefe a la hora de participar en Bailando…?
–Era algo que contemplé cuando decidí asumir el reto, así que al final no me pesó. A mí las dificultades me ayudan a crecer. Era un gran desafío poder mostrar lo que sé hacer. Así que me centré en lo que yo doy y amo hacer y no me dejé llevar por el “qué dirán”.

–¿Valió la pena dejar de lado por un momento tu acostumbrado bajo perfil para intentar hacer realidad el sueño de Lourdes?
–Por supuesto. Ella es la que hace que no bajemos los brazos y entrenemos con más ganas cada ritmo. Es el motor cuando estamos cansados.

–¿Cómo sigue tu carrera después de tamaña experiencia?
–Todavía no hay nada concreto. O sí. Sólo tengo una certeza: voy a seguir con mi carrera de bailarina.

–Hasta que llegaste a las semifinales la gente tenía de vos una imagen fría y distante. Sin embargo, cuando le ganaste a Florencia de la V dejaste fluir tus sentimientos. ¿Lo sentiste así?
–Sucede que tanto Franco como yo somos muy tímidos, y hasta ahora nuestro único objetivo era mostrar lo que sabíamos dar. Pero sí, ese día nuestros sentimientos afloraron. Tuvimos que hacer un curso intensivo: era necesario que el público nos conociera tal cual somos.

–¿Ganan la final?
–Más allá de los votos, te aseguro, yo siento que ya gané. Fotos, saludos, besos. “Todavía no hay nada concreto sobre mi futuro”, duda Paula. “O sí... Sólo tengo una certeza: voy a seguir con mi carrera de bailarina”, rectifica.

Fotos, saludos, besos. “Todavía no hay nada concreto sobre mi futuro”, duda Paula. “O sí... Sólo tengo una certeza: voy a seguir con mi carrera de bailarina”, rectifica.

Lourdes, en brazos de Franco, más una Robles a pleno. Luego llegaría la danza. Los carteles demuestran la devoción de la ciudad por la pareja finalista.

Lourdes, en brazos de Franco, más una Robles a pleno. Luego llegaría la danza. Los carteles demuestran la devoción de la ciudad por la pareja finalista.

También estuvo (y bailó), el talentoso coach Gustavo el Negro Carrizo.

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