«El poder político no quería que este fuero funcionara, porque lo controla» – GENTE Online
 

"El poder político no quería que este fuero funcionara, porque lo controla"

En los últimos meses, algunos fallos de Luis Federico Arias (39) -titular del
juzgado en lo Contencioso Administrativo 1 de La Plata-, no dejaron de llamar la
atención. Para hacer efectiva una sentencia tramitó personalmente ante la obra
social de los empleados provinciales, IOMA (Instituto de Obra Médico
Asistencial), un remedio para una paciente infectada con HIV; otorgó el
beneficio de pensión a la viudez para un homosexual y dio la orden a la empresa
ABSA (Aguas Bonaerenses S.A.) de restablecer el servicio de agua potable a una
familia que acumuló varios meses de deuda.
Nacido en La Plata, este magistrado -padre de Justo y Octavio, y casado con
Susana, también abogada- es hijo de un abogado salteño, del que heredó la
vocación por el derecho. Fanático del folclore y el "mate de yuyo", en su
casa de Villa Elisa tiene un espacio reservado para la música, en el que llegó a
reunir amigos para escuchar a Carlos Di Fulvio.

-¿Su primera "batalla judicial" fue poner en marcha su juzgado?
-Más o menos… Yo ejercía como abogado desde que me recibí, pero es verdad
que hubo que sortear escollos para empezar a administrar justicia. Ocurrió que
el fuero Contencioso Administrativo fue creado por la reforma constitucional en
1994, pero recién en 1999 designaron los jueces y hubo que esperar hasta
diciembre de 2003 para que funcionara.

-¿Qué pasaba?

-Surgieron muchos impedimentos. Un enfrentamiento muy duro, porque el poder
político no quería que este fuero funcionara, porque lo controla. Enfrentamos
resistencias, decían que no había fondos, especialmente durante la gobernación
de Ruckauf. Pero esa lucha me templó el espíritu.

-¿Qué demandas recibe este fuero?
-Aquellas en las que los ciudadanos se ven afectados por el Estado o las
empresas de servicios públicos de la provincia de Buenos Aires, y otras que se
vinculan con la actividad política y los límites que debe tener la actuación
administrativa.

-¿Hay muchas causas en curso?
-En mi juzgado alrededor de tres mil. Hay puntos de conflicto muy
importantes. IOMA y la secretaría de Política Ambiental son quienes tienen mayor
cantidad de litigios, por las clausuras de industrias, pero la mayor cantidad
deriva de las acciones de apremios iniciadas por Rentas.

-¿Hay personal suficiente para sacar esos expedientes?
-Tengo siete personas, que seleccioné especialmente. Cuando asumí como juez,
se acercaron muchos aspirantes con recomendaciones de políticos y estudios de
abogados, pero resolví considerar sólo los que venían por su propia cuenta. Así
armé mi equipo.

-¿Y alcanza?
-Trabajan todo el tiempo, pero deberían ser el doble. Acá se habla mucho de
la justicia efectiva, pero así no se puede. Actualmente la justicia es masiva y
el trabajo sigue siendo artesanal: se arman los expedientes con ganchitos, se
escriben las carátulas con fibras, esto lleva muchas horas-hombre. Además, el
sistema informático es pésimo. Si no se cambia, todos los fueros van rápidamente
al colapso.

-Decía que esta lucha le "templó el espíritu". ¿Cómo debemos interpretarlo?
-Creo que de ahí surgió un gran afán por hacer las cosas de otra manera.
Muchas veces da la sensación de que una persona detrás del escritorio de juez y
frente a la vorágine de papeles se vuelve indolente y no alcanza a verle la cara
a la gente. Se olvida que a nadie le gusta ir a juicio y si se llega es porque
se han agotado todas las instancias previas.

-¿Eso lo percibió ejerciendo el derecho?
-Lógicamente, a veces uno, como abogado, no comprende la problemática de los
juzgados, y los jueces no comprenden la realidad de los abogados. Hay
profesionales que son maltratados por empleados, las causas se atrasan, se niega
justicia, se privilegia a colegas amigos o políticos… todas esas cosas las vi y
no tengo interés en repetirlas en mi juzgado, no tengo intenciones políticas,
sólo me interesa hacer justicia.

-¿Por eso fue personalmente a IOMA a buscar un remedio para una demandante?
-Se trataba de una persona en estado desesperante, y mi tarea es solucionar
conflictos. Escribir una sentencia es un modo de hacerlo, pero si no se cumple
con ella no sirve para nada. Por eso me movilicé hasta conseguir la medicación.

-No puede actuar así en todos los casos…
-No, pero cuando la solución no llega, busco alternativas. Por ejemplo, cito
a audiencias. Es muy distinto cuando las partes se ven las caras y se sienten
iguales ante la ley.

-¿Qué hubiera pasado si no le entregaban el remedio?
-Hubiera aplicado una multa. Pero no al Estado, sino al funcionario.
Cincuenta pesos por día de demora a descontar del sueldo. Ya las aplicamos en
algunos casos. Ese dinero va directamente a la parte actuante del caso.

-¿De qué se valió para otorgarle el beneficio de pensión por viudez a un
homosexual?
-La ley distingue diversas situaciones, entre ellas la que beneficia a quien
vive en "aparente matrimonio". Si es "aparente" no es "matrimonio".
La legislación se refiere a "convivientes". No dice que deban ser
heterosexuales, y hay una máxima que dice que donde la ley no distingue, no
debemos distinguir. Si no hacemos lugar al reclamo, discriminamos. Además
tenemos que fallar teniendo en cuenta el contexto social en el que nos
desenvolvemos. Las parejas homosexuales existen y el derecho no puede negarlas.

-Tanto este fallo como el de restitución del agua potable a una familia que
estaba en mora tuvieron gran repercusión. ¿Usted hace justicia de otro modo?
-No, no lo creo. Yo tengo una visión social de la justicia, y creo que tiene
que ver quizás con que me identifico con una filosofía humanística. Entiendo que
uno no puede ver al que sufre con indiferencia. Tenemos que restituir los lazos
fraternales y terminar con una patología social en la que la violencia en sus
diversas expresiones está muy presente.

-¿Cree que desde la justicia se puede recuperar éticamente a nuestra sociedad?
-Me parece que no es tarea exclusiva de la justicia sino de toda la
sociedad. Siempre digo que no podemos cambiar al mundo, pero sí criar a nuestros
hijos como corresponde: con amor, con límites, con respeto. Esa es la
responsabilidad que tenemos como padres y es la más importante.

Cuando asumí como juez, se acercaron muchos aspirantes con recomendaciones de políticos y estudios de abogados, pero resolví considerar solo los que venían por su propia cuenta. Así arme mi equipo".">

"Cuando asumí como juez, se acercaron muchos aspirantes con recomendaciones de políticos y estudios de abogados, pero resolví considerar solo los que venían por su propia cuenta. Así arme mi equipo".

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