El pistolero de San Vicente ahora es DT de fútbol femenino – GENTE Online
 

El pistolero de San Vicente ahora es DT de fútbol femenino

Referí! ¡¿Qué cobrás?! Fue a la pelota, che…”, exclama el regordete que dirige al equipo de verde y blanco. El hombre camina, gesticula y se toma la cabeza en un gesto similar al patentado por Carlos Bilardo en el Mundial de México 86. Aquí está el DT más popular del fútbol del Club Castelli de Longchamps ( ¿y por qué no?, también de toda la Liga de Fútbol Femenino de Almirante Brown, la LIFFAB), que para no perder su estatus de celebridad repite una y otra vez esa puesta en escena. La número ocho de su equipo acaba de pegarle un patadón a Daiana Anselmo, la carrilera derecha de Las Leonas –que quedó marginada del partido– pero él insiste: “No tuvo intención de pegarle, referí. ¡Fue a la pelota!…”.

Hace poco menos de un año, el DT que porta la campera verde de la Federación Argentina de Camioneros se había excusado ante otro letrado que imparte justicia. En aquella ocasión, la fiscal Leyla Aguilar lo acusó de tentativa de homicidio, intimidación pública y daño calificado agravado por el uso de arma por disparar contra un grupo de manifestantes de la UOCRA. “Nunca tiré a matar: lo hice para evitar una masacre mayor y salvar la vida del resto de los compañeros”, le explicó con tono mesiánico al juez de Garantías de La Plata, César Melazo. Después de ser acusado de tentativa de homicidio y haber soportado casi tres meses de cárcel, Quiroz se sacó la pechera del Sindicato de Camioneros (donde desempeñaba actividades varias, como manejar los autos de Pablo Moyano, hacer asados o cuidar las espaldas de su jefe con revólver 9 milímetros incluido) para ponerse el buzo de DT de un equipo de chicas.

Un muchacho peronista. Hasta el mediodía del 17 de octubre último, Emilio Madonna Quiroz era un desconocido. Un tipo que cumplía con su trabajo al pie de la letra. Madonna –bautizado así por su devoción hacia la diva pop– caminaba anónimamente con su Bersa 9 milímetros en la cintura, a metros de Pablo Moyano y de los tipos más “pesados” del Sindicato de Camioneros. Muchas veces andaba a su lado otro de los “nenes” del líder sindical: el Polaco, jefe de la barra brava de Independiente. Madonna fue sobre todo un tipo fiel a la causa, tanto que en su casa la foto de Hugo Moyano –“el hombre más parecido a Perón”, según sus palabras– está a la altura de la del General. El 5 de octubre de 2006, Quiroz consiguió un permiso de urgencia del RENAR para portar un arma del sindicato. Doce días más tarde se celebraba el Día de la Lealtad peronista y, por tercera vez en la historia, se trasladaban los restos del general Juan Domingo Perón. En este caso, por decisión de las 62 Organizaciones, descansarían para siempre en la mítica Quinta de San Vicente. Fue una semana repleta de tensiones, donde se sospechaba que los grupos sindicales lucharían por un lugar preferencial en el palco oficial del acto. Y el punto máximo de tensión llegó cuando los manifestantes de la UOCRA (obreros de la construcción)–que había conseguido la posición preferencial en los jardines que alguna vez disfrutaron Perón y Evita– corrió a palazos a los integrantes del Sindicato de Camioneros. Entre los que huían estaba Madonna Quiroz quien, cuando cruzó la puerta principal de la Quinta, sacó su Bersa 9 milímetros (modelo Mini Thunder) y disparó a quemarropa doce de los trece proyectiles del cargador. La lente de la cámara de Héctor Pérez del canal de noticias TN registró todo; incluso fue testigo de cómo el hincha de Independiente se daba a la fuga. “Los disparos fueron un acto de solidaridad para frenar una masacre. Tiré a los ladrillos, porque tienen poder absorbente”, justificó un día después frente al juez Melazo.

Volver a la cancha. Madonna Quiroz pasó las Fiestas en la Comisaría 1ª de La Plata. Después de verlo en acción por televisión, ya ni su mujer, Claudia, se jugaba entonces por él: “No digo que es inocente. No puedo poner las manos en el fuego por mi marido. Uno nunca termina de conocer a la otra persona. El siempre decía: ‘El trabajo, de la puerta para afuera’. Eso significa que hay cosas que me perdí”.

El 5 de enero, después de 80 días de detención, su abogado –el ex juez Daniel Llermanos– presentó un recurso ante la Sala de la Cámara Penal conformada para la feria y devolvió al pistolero su libertad, aunque sigue imputado en la causa. “A mí me ensuciaron injustamente. Muchos dijeron que yo era un asesino sin razón. Todo lo que hice fue para salvar a los compañeros de un desastre mayor. Vos viste lo que era eso. Podría haber terminado en una masacre”, dice ahora Quiroz en el estadio cerrado del club Castelli, tras la victoria de Las del Mado, el equipo de chicas que dirige en Longchamps.

Hoy, el hombre aprovecha los privilegios que le da estar de este lado de las rejas: como técnico de Las del Mado, muestra su costado más humanitario. Se preocupa por sus jugadoras lesionadas (“Negra, si necesitás algún remedio, me avisás”, le dijo el domingo 5 de agosto a una de sus chicas, caída en el piso) y prepara un asado cada quince días; en su vida cotidiana continúa coleccionando ratas de laboratorio y escuchando los discos de la artista que le dio su apodo. Aunque en el barrio, donde siempre llamaron la atención sus movimientos y sus horarios, dan su versión acerca del apodo: “Todos los días llegaba al barrio en un auto distinto, escuchando a Madonna. Y todos decían: ‘Este tiene más plata que Madonna’”.

Los Moyano le dieron unas vacaciones forzadas a su guardaespaldas-pistolero (“Ahora estoy de licencia en la empresa Luján de Cuyo, de donde soy delegado gremial”, explica él), que viaja libremente por el país, como cualquier ciudadano. Lo primero que hizo al recobrar la libertad fue visitar a su hija Karen en Las Heras, Mendoza: no había podido acompañarla el 21 de diciembre, en su cumpleaños, ya que estaba tras las rejas. “Era una cuenta pendiente”, reconoce entre los suyos.
Este morocho de no más de un metro sesenta de estatura no pierde el tiempo. Claudia González, su segunda mujer, lo define como un semental de 37 años, que va por su décimo hijo: “Va a nacer en octubre. ¡Ojalá que sea el 17, el Día de la Lealtad peronista!”, dice sin reparar que también es el aniversario del día que lo hizo tristemente popular. Madonna entiende ese lema de la lealtad peronista y sabe que aquel 17 de octubre sólo intentó que no se empañara el homenaje al General, organizado por su jefe mayor, Hugo Moyano: “Sinceramente, si estuviera otra vez en esa situación… creo que volvería a hacerlo”, comenta, antes de despedirse.

Los dos perfiles de Quiroz. Arriba, disparando contra los manifestantes de la UOCRA. La imagen recorrió el mundo y fue la prueba que usó la fiscal Leyla Aguilar para enviarlo a prisión durante 80 días. Al lado, en su rol de director técnico de fútbol femenino. El año pasado, Las  del Mado fueron campeonas. El estaba en la cárcel, pero le dedicaron el título.

Los dos perfiles de Quiroz. Arriba, disparando contra los manifestantes de la UOCRA. La imagen recorrió el mundo y fue la prueba que usó la fiscal Leyla Aguilar para enviarlo a prisión durante 80 días. Al lado, en su rol de director técnico de fútbol femenino. El año pasado, Las del Mado fueron campeonas. El estaba en la cárcel, pero le dedicaron el título.

“Sinceramente, si estuviera otra vez en esa situación… creo que volvería a hacerlo. En San Vicente no disparé a matar: lo hice para evitar una masacre” (Quiroz)

“Sinceramente, si estuviera otra vez en esa situación… creo que volvería a hacerlo. En San Vicente no disparé a matar: lo hice para evitar una masacre” (Quiroz)

La fiscal Aguilar lo acusó de tentativa de homicidio, intimidación pública y daño calificado agravado por el uso de arma. Hoy está libre, pero sigue imputado en la causa.

La fiscal Aguilar lo acusó de tentativa de homicidio, intimidación pública y daño calificado agravado por el uso de arma. Hoy está libre, pero sigue imputado en la causa.

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