“El peligro no quedó atrás: si no hacemos algo urgente este virus va a destruir el planeta” – GENTE Online
 

“El peligro no quedó atrás: si no hacemos algo urgente este virus va a destruir el planeta”

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"En la Argentina hay unos 150 mil infectados con HIV, pero oficialmente se reconocen 90 mil. ¿Sabe cuántos pacientes están en tratamiento? Sólo 30 mil; en eso sí que debemos mejorar”, coinciden a dúo el doctor Pedro Cahn –presidente de la Fundación Huésped y de la Sociedad Internacional de SIDA–, y su colega Julio Montaner –director del Centro de Excelencia en VIH/SIDA de la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá–, en un alto del 8º Simposio Internacional SIDA 2006 que se realizó en Buenos Aires del 6 al 9 de septiembre. Estos dos reconocidos especialistas internacionales son argentinos, y fueron los principales oradores de la conferencia que convocó a eminencias de todo el mundo. “La Argentina tiene dos caras: por un lado está muy bien en cuanto al acceso a la terapia que tienen los enfermos, porque la legislación prevé que tanto una persona que tenga su institución de medicina prepaga –5 por ciento–, aquel que esté cubierto por la seguridad social –20 por ciento– o quien no aparezca dentro de estas dos alternativas –75 por ciento–, reciban la atención necesaria. Esto nos posiciona muy bien en América Latina, junto a otros pocos países como Uruguay, Brasil, Chile, Costa Rica, Venezuela y Cuba”, afirma Cahn.

–Ahora cuénteme lo malo.
–Insisto en que sólo tenemos unos 30.000 pacientes en tratamiento. Y deberían ser muchos más.

–¿Por negligencia del Gobierno o del Ministerio de Salud?

–No. El resto no está en tratamiento porque, sencillamente, no sabe que está infectado. Hay una gran cantidad de personas viviendo con el virus y lo desconoce. Por eso insisto en que estamos bien porque estamos ofreciendo terapia, pero estamos mal porque recibimos a los que vienen, pero no estamos saliendo a buscar o a estimular el testeo masivo voluntario que nos permita detectar precozmente la enfermedad.

–Convengamos que no es fácil salir a buscar pacientes, porque la mayoría de las personas evita los análisis relacionados con el SIDA. Aunque nos duela, es una realidad.
Julio Montaner:
Hay múltiples maneras de solucionar esto. Y el Estado tiene un rol indelegable.
Pedro Cahn: Nosotros, a través de la Fundación Huésped, estamos desarrollando en este momento programas piloto en sectores muy empobrecidos de la población. Trabajamos particularmente en un programa que abarca barrios de San Fernando, La Matanza y Lanús, donde hacemos una experiencia con centros de salud y trabajadores comunitarios. Allí los formamos como personas capacitadas para asesorar a los que voluntariamente quieran testearse. Con esto hemos logrado un incremento notable, no sólo en el conocimiento de la gente, sino en el número de personas que se controlan. Nunca decimos que vamos a resolver el problema. Intentamos demostrar que esto se puede hacer en la medida en que los gobiernos se comprometan.

–¿En qué mejoraron en los últimos tiempos los tratamientos contra el SIDA?

Montaner: Hoy hemos logrado la simplificación del tratamiento en dos sentidos: es más seguro, tiene menos toxicidad, tiene menos dosis y menos pastillas. En Norteamérica ahora se aprobó el primer tratamiento compuesto por una pastilla, una vez por día, combinando todas las drogas. Esto todavía no llegó a la Argentina, pero no falta mucho.

–¿Qué falta para que llegue?
Montaner:
Es una cuestión de tiempo, porque ni siquiera está todavía en Europa. Hay que aclarar que esta pastilla única sirve exclusivamente para los pacientes que están empezando el tratamiento.

–¿Se puede decir que hoy nadie debe morir por SIDA?
Cahn:
Hoy se siguen muriendo 8 mil personas por día a causa del SIDA, y eso es básicamente porque siendo una enfermedad tratable, el 75 por ciento de los pacientes que necesitan asistencia no tienen acceso al tratamiento. El sistema y los gobiernos a nivel internacional no están haciendo lo necesario para que esas personas reciban atención.

–¿Qué dicen las cifras de la enfermedad en el mundo?
Cahn:
Es importante saber que en el mundo se infectan 11 mil personas por día, y esto es prevenible. Y las 8 mil que mueren podrían haber sido tratadas y sobrevivir. Eso demuestra una falla, no en la organización sanitaria sino en la social, que asiste impasible a las estadísticas y las lee como si fueran datos de un partido de tenis. Mire: dos de cada tres personas en el mundo viven con menos de dos dólares por día en condición de pobreza extrema. En esos términos es imposible superar cualquier epidemia.
Montaner: Morirse por SIDA hoy es un pecado. Y lamentablemente, un pecado mortal. Por eso nosotros repetimos que la situación actual es inaceptable: la gente se está muriendo y los políticos dicen que van a solucionar el problema, pero no hacen nada. No implementan los programas que prometen, y esto es un crimen contra la humanidad. Esto pasa porque el SIDA afecta a los negros, a los pobres, a las prostitutas, a los drogadictos… A ciertos hombres del poder es como que les soluciona un problema. Esto es un acto de genocidio…

–¿En la Argentina tuvieron buena recepción de parte de las autoridades?
Cahn:
Este es uno de los países que están proveyendo terapia a sus enfermos. La única queja que podemos tener es decirles a los funcionarios que mejoren la eficiencia del sistema, que hagan más ágiles las licitaciones, para que no haya baches. Son detalles de sintonía fina los que faltan. Yo digo, usando una figura, que estamos atajando los penales. Esto quiere decir que vienen los pacientes y los atendemos, pero nos falta salir a buscarlos.
Montaner: Para los políticos, la lucha contra el SIDA no es importante, porque no rinde resultados a corto plazo. Tienen un esquema mental muy limitado. Ellos miden su vida en votos cada cuatro años. Y lo que no aumenta rápidamente los votos es dejado de lado. Y el SIDA, lamentablemente para ellos, no da votos. Es una pandemia que está fuera de control en el mundo. Y ojalá que dentro de los próximos 40 años podamos empezar a controlarla. Ni siquiera podemos soñar que vamos a erradicarla. Pero empecemos de una vez a hacer algo, para que por lo menos lo vean los hijos de nuestros hijos. El peligro del SIDA no quedó atrás. Si no hacemos algo urgente, este virus va a destruir el planeta.

–¿Cuáles son los nuevos métodos de prevención de la enfermedad, además del preservativo?
Cahn:
Hay que seguir promoviendo el sexo seguro, el uso del preservativo, pero con eso no alcanza. Necesitamos desarrollar programas como, por ejemplo, el de reducción de daño para usuarios de drogas. También tenemos estrategias complementarias desde el punto de vista biomédico. Se ha demostrado que la circuncisión masculina reduce drásticamente el riesgo de contraer HIV. Y estamos trabajando activamente en el tema de las jaleas microbicidas, que son de uso vaginal. Lo importante es que con esto la mujer decide, sin tener que depender de que el hombre acepte usar preservativo. Todavía no las tenemos en la farmacia de la esquina para ser distribuidas. Hay que esperar hasta fines de 2007.

–¿Para cuándo la vacuna antisida?
Montaner:
Apuntamos hacia eso, pero yo no jugaría el destino de la comunidad ni el mío personal a una hipótesis. Sería suicida. ¿Clarito, no?

Montaner y Cahn son contundentes y coinciden: “<i>Morirse por SIDA hoy es un pecado. Y lamentablemente, un pecado mortal</i>”.

Montaner y Cahn son contundentes y coinciden: “Morirse por SIDA hoy es un pecado. Y lamentablemente, un pecado mortal”.

“<i>La gente se está muriendo y los políticos en todo el mundo dicen que van a solucionar el problema, pero no hacen nada. No implementan los programas que prometen, y eso es un crimen contra la humanidad</i>”.

La gente se está muriendo y los políticos en todo el mundo dicen que van a solucionar el problema, pero no hacen nada. No implementan los programas que prometen, y eso es un crimen contra la humanidad”.

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