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El mundo no puede comprender tanto horror

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En 1989, cuando se derrumbaba la Unión Soviética, Chechenia (musulmana) se
proclamó independiente como reacción contra un odio que se remonta a la época de
los zares, y que en los tiempos modernos tiene otra motivación: el petróleo,
abundante en Chechenia y codiciado por Rusia. Reacción inmediata: invasión de
las tropas rusas, y 80 mil chechenos muertos entre el 94 y el 96, y 200 mil
hasta hoy: un cuarto de la población. Firmada la paz y reconocida la
independencia, los rusos violaron el acuerdo al declarar ilegítimo al presidente
Aslan Maskhadov. Resultado: el 9 de mayo pasado fue asesinado el presidente de
Chechenia puesto a dedo por el premier ruso Vladimir Putin. Ese crimen, como la
masacre del teatro, los recientes atentados contra dos aviones (estos tres
hechos en Moscú) y la matanza en la escuela de la República Osetia del Norte,
parecen llevar la firma del rebelde checheno Shamyl Basayev, reforzado por las
viudas negras: terroristas que perdieron un marido, un hermano o un hijo en la
guerra, y dispuestas a inmolarse en sus atentados.

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George Kohlrieser, psicólogo, nació en Ohio, vive en Suiza y es el mayor
experto en crisis con toma de rehenes en Europa. Sus servicios son requeridos
por fuerzas de seguridad y gobiernos, y su especialidad es la situación de
Chechenia, y para ello estuvo meses estudiando en la ex Unión Soviética.
Kohlrieser llegó a Buenos Aires el lunes 6 de septiembre para dar una
conferencia sobre liderazgo en el seminario empresarial de HSM. Apenas poco
después del terrible desenlace de la toma de una escuela en Beslan, Osetia del
Norte, por parte de terroristas prochechenos, que mantuvo en vilo al mundo
entero durante 53 horas. Apenas poco después de que el mundo conociera el saldo
de horror: de los 1200 rehenes, hubo 335 muertos, según el gobierno ruso, y 460,
para el Ministerio de Salud de Osetia; 447 heridos -la mitad de ellos, niños-; y
190 personas desaparecidas. Un saldo negrísimo si se tiene en cuenta que la
población de Beslan es de poco más de 35 mil habitantes. Ante tal panorama fue
el propio Kohlrieser quien abrió el fuego con GENTE:

-¿Sabe en qué parte del cerebro se localiza la sensación de venganza? En el
mismo lugar que el placer. Es horroroso, pero quienes se sienten privados de su
dignidad y de su territorio por la violencia, pueden convertirse en psicópatas
asesinos…

-¿Se puede negociar con terroristas que exigen condiciones imposibles de
cumplir de inmediato, como el retiro de las tropas rusas en Chechenia?

-Mientras hay un ser humano de un lado y del otro, siempre es posible
negociar una salida.

-Putin no negoció, y todo terminó en una masacre cuando se intentó
rescatar a los rehenes. ¿También él es culpable?

-En principio, los rusos hicieron lo correcto: negociar. Y eso permitió la
liberación de 20 madres con sus bebés, porque hasta las viudas negras prefieren
liberar a los bebés antes de causar una masacre.

-¿Cuál es el perfil de esas mujeres?

-Son víctimas, como los terroristas varones, de un lavado de cerebro. Porque
es totalmente antinatural que las mujeres, por más que hayan sufrido, asesinen a
chicos. El 85 por ciento de los crímenes, en toda la historia, fueron cometidos
por hombres. Las mujeres están genética y psíquicamente unidas a la procreación,
no al asesinato. Para matar tienen que haber sufrido la manipulación mental de
un líder psicopático.

-¿Cómo logran dominarlas?

-Como todos los manipuladores: trabajando sobre los puntos débiles de sus
dominados. Estas son mujeres quebradas por la muerte, el odio, la pérdida de un
ser querido, y cuando las capta alguien que les dice que matando vuelven a tener
una base de pertenencia, matan…

-¿Es similar a las mujeres palestinas que se inmolan en Israel?

-Tal cual. Son bombas humanas a cuyo cerebro nadie pudo llegar, salvo el
líder fundamentalista que ocupó -o le hizo creer que ocupaba- el lugar de sus
familiares muertos por el enemigo. Por eso es un error levantar un muro entre
judíos y palestinos: sólo acentúa el odio. Además, pocas cosas generan más
violencia y resentimiento que la pérdida de la tierra.

-¿Qué se puede hacer frente a terroristas como los de Al Qaeda que se
estrellaron contra las Torres Gemelas?

-Nada ni nadie pudo influir en sus cerebros, programados para el atentado. Ni
siquiera los pasajeros… Fue una operación destructiva programada como un
mecanismo de detonación.

-¿Qué le aconseja a un rehén?

-Crear un vínculo positivo con el grupo criminal. El famoso Síndrome de
Estocolmo es la consecuencia de ese vínculo, y sin duda lo que acaba por salvar
la vida del rehén. Además, evitar mirar a los secuestradores, no amenazarlos,
sonreír sin tono de burla o de falta de respeto, mantener la calma y cooperar.
Si uno está lastimado por las ataduras, no quejarse: mostrar las heridas,
simplemente.

-¿De qué manera un pueblo puede exigirle a sus gobernantes detener la
escalada de violencia que muchas veces genera más terrorismo?

-Hay un ejemplo actual. El pueblo de la India está presionando a sus
gobernantes para que eviten la guerra con su tradicional enemigo, Pakistán, o
con grupos terroristas. ¿Por qué? Porque quieren mantener el crecimiento
sostenido de su economía y de su desarrollo tecnológico. Hay que seguir el
ejemplo de los líderes pacificadores: Gandhi, Luther King, Mandela, Koffi Anand…
Por desgracia, los líderes mundiales no tienen en cuenta las terribles
consecuencias de la violencia. Las guerras de Irak, Chechenia, y el conflicto
entre israelíes y palestinos son generadores de odios y de terroristas. Hasta el
mismo Reagan, al que nadie recordará como un pacifista, logró junto a Gorbachov
un nivel de respeto y compromiso para la paz. Uno no tiene que amar al otro para
poder convivir y crecer, pero lograr un ida y vuelta que garantice la paz
implica respeto mutuo.

-Bin Laden sería el absoluto ejemplo contrario.

-Es producto de sus alianzas anteriores con los Estados Unidos y los rusos.
Pero además es un genio de la destrucción. Muy pocos logran que tantos den la
vida por él, como está sucediendo.

-¿Era posible negociar con los chechenos que tomaron la escuela?

-Sí. Poniendo mucha energía en lograr su confianza y contemplando sus pedidos
y sus necesidades inmediatas. Estaban hacinados con los rehenes: darles agua y
comida hubiera sido un buen primer paso. Porque hasta los terroristas tienen
miedo y están nerviosos…

-¿En qué se equivocaron los rusos?

-Quizá no pudieron o no supieron demostrarles que en este caso prevalecería
su voluntad de preservar la vida de los rehenes. Todo el mundo tenía la
sensación de que los terroristas no cederían y que tarde o temprano las fuerzas
especiales iban a intervenir. En ese punto, todo negociador debe cambiar de
rumbo. De lo contrario, los hechos se vuelven incontrolables.

Domingo en el patio de la morgue de Vladikavkaz, a 15 kilómetros de Beslan, República de Osetia del Norte. Hombres y mujeres intentan identificar a sus hijos muertos.

Domingo en el patio de la morgue de Vladikavkaz, a 15 kilómetros de Beslan, República de Osetia del Norte. Hombres y mujeres intentan identificar a sus hijos muertos.

Viernes: soldados rusos abren fuego en Beslan. Uno resulta herido. Diez de sus camaradas morirían en combate al final de tres días de asedio.

Viernes: soldados rusos abren fuego en Beslan. Uno resulta herido. Diez de sus camaradas morirían en combate al final de tres días de asedio.

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