El hombre que se enamoró de la Patagonia – GENTE Online
 

El hombre que se enamoró de la Patagonia

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Varias horas después de recorrer el lugar, uno lo tiene bien claro. Al dueño de casa le interesan especialmente: disfrutar la vida en compañía de su familia y sus amigos, colaborar con la comunidad donde ha elegido instalarse, y cuidar y conservar la flora y la fauna autóctonas que hacen única a esta región.

Basta conocer la estancia Hidden Lake (Lago Escondido en inglés), surcar aunque sea en parte las 12 mil hectáreas enclavadas a 30 kilómetros de El Bolsón –al sur de Bariloche, provincia de Río Negro– y charlar con sus colaboradores más cercanos, para comprender las motivaciones que marcan la conducta del propietario, Joe Lewis, el exitoso businessman, developer y financista con residencia en las Bahamas.

Un hombre que, hace poco más de diez años, descubrió esa porción de la Patagonia, se enamoró de su tierra y de su gente, y decidió construir allí su paraíso personal.

Esta es su historia.

Con un patrimonio de más de 2 mil millones de dólares, y ubicado en el sexto lugar entre las fortunas privadas del Reino Unido, Joe Lewis figura en el puesto 413 según el ranking de la prestigiosa revista de negocios Forbes que mide a los hombres más ricos del mundo.

Alguna vez, cuando un periodista británico le consultó cómo prefería verse reflejado en los medios, Lewis fue tajante: “En los medios me gustaría no aparecer.” A diferencia de tanta gente poderosa, rica y famosa como Luciano Benetton o Ted Turner –por citar a otros dos personajes que han decidido invertir su dinero en el Sur argentino–, Lewis evita la publicidad. Prefiere cultivar un férreo bajo perfil. Así, viaja por el mundo disfrutando de los beneficios del anonimato. Sin embargo, más de un lugareño del Bolsón asegura haberlo visto paseando como un vecino más.

Detesta ser llamado magnate y si fuera necesario un rótulo para describirlo, escoge “hombre de negocios o financista”, denominaciones que encuentra menos ostentosas y más ajustadas a su actividad. Se trata de de un apasionado empresario que tiene múltiples y variados inversiones y emprendimientos englobados bajo el holding Tavistock Group (ver recuadro). Y puesto a explicar su filosofía ante los negocios, sin ánimo de dar cátedra acostumbra a resumirla con una simple frase: “Hacer lo correcto y de la forma correcta…”. Por algo, a la hora de buscar un referente en ese terreno, piensa en su amigo Warren Buffett (la segunda fortuna del mundo por debajo de Bill Gates, según Forbes), cuyo lema es: “En los negocios, todo es cuestión de sentido común”.

Comercialmente, Joe Lewis se inició en gastronomía y turismo en Gran Bretaña. Lo que fue un inicio auspicioso se transformó en un éxito aún mayor cuando decidió incursionar de lleno en el mundo de las finanzas y de los desarrollos inmobiliarios.

–En sus comienzos, ¿soñaba con alcanzar semejante éxito? –le preguntaron hace poco.
Entonces sonrió, lo pensó como quien retrocede una película en el tiempo:

–Al principio, mí único objetivo era poner comida sobre la mesa.
–¿Qué, viene de una familia pobre?
–Para nada; era un típico hogar de clase media.
–¿Fue a la universidad?
–No.

Pero, ¿cómo llegó Joe Lewis hasta acá? Ocurrió en 1995, cuando uno de sus hijos trajo a la Argentina el Hard Rock Café, local que aún funciona en la Recoleta (aunque ya hace tiempo no le pertenece). Lewis quiso ver cómo marchaba el negocio en Buenos Aires y de paso conoció por primera vez la Patagonia. Y fue amor a primera vista… Hacía tiempo que estaba intrigado por ese país lejano del que tan bien le había hablado su gran amigo, el multimillonario australiano Kerry Packer. En un segundo viaje, un conocido operador inmobiliario de Bariloche lo ayudó a encontrar este increíble lago literalmente escondido en un valle, y rodeado por escarpados cerros. Después de recorrerlo por aire y por tierra, ya no tuvo dudas: allí crearía un refugio para su familia en lo que hasta hoy describe como “uno de los lugares más bellos que jamás he visto…”

En 1996, Lewis invirtió unos 3.500.000 de dólares para comprar alrededor de las 12 mil hectáreas que conforman lo que oficialmente llaman Establecimiento Lago Escondido. Desde el primer momento Nicolás Van Ditmar fue el hombre elegido para que supervisar y administrar toda la obra. Originalmente, las tierras pertenecían a la familia Montero –un total de 14 hermanos– con un título de propiedad de antigua data. Aún hoy, en El Bolsón muchos cuentan que, antes de que Lewis comprara, los Montero defendían ferozmente su privacidad. Por esos días, nadie podía ingresar al campo y mucho menos acceder al Lago Escondido.
El nuevo propietario fue incluso más allá: “Si alguno de los Montero quiere quedarse, que lo haga”, instruyó. Y así fue. De hecho, más de uno de los antiguos dueños continúan viviendo en el campo, como parte de las 135 familias que trabajan en el establecimiento.

Sin saberlo —y muy a su pesar, claro—, con Lago Escondido, además de tierra, Joe Lewis también estaba comprando problemas . Muy pronto, la mala intención de algunas personas y la desinformación de ciertos medios de comunicación, comenzaron a desvirtuar su imagen. Títulos claramente tendenciosos y falsos como “El dueño de la Patagonia” pasaron a ser habituales. “Lewis posee 12 mil hectáreas. ¿Sabé cuántas tierras tiene Benetton, por ejemplo? ¡Cien veces más!”, dice un hombre que conoce bien la zona.

La campaña en contra de Lewis, cuenta Nicolás Van Ditmar, “comenzó hace unos años, cuando un ex diputado nacional se presentó en el campo con varios colegas locales y unos 17 periodistas. Con actitud prepotente exigían ingresar en la propiedad. Se les explicó que no había problema pero que Joe prefería que el periodismo viera su casa recién cuando estuviera terminada; por el contrario, los legisladores podían ingresar si lo deseaban. A pesar de aquella invitación, se negaron y siguen negándose hasta la actualidad, cada vez que se los convocó para que vieran cómo funciona el establecimiento.”

Sin dudas, el principal argumento de los detractores de Lewis está relacionado con la supuesta entrada prohibida que tendrían los turistas para ver las aguas del Lago Escondido. “Esto hay que aclararlo definitivamente y con precisión”, sigue Nicolás. “Desde que Joe se instaló en Lago Escondido y construyó el camino privado –que antes no existía–, más de cien personas por semana ingresan a la propiedad. En los últimos 4 años, más de 50.000 visitantes han sido recibidos en nuestra casa. El acceso al lago también se puede realizar por un camino público: lo que se llama ‘servidumbre de paso’, donado a la provincia de Río Negro hace ya siete años, sin que nadie nos lo hubiese pedido o exigido”.

Es cierto. Durante la realización de esta nota, en la recorrida por Lago Escondido, GENTE pudo comprobar esta política de puertas abiertas. De hecho, en gran parte del trayecto, nos cruzamos con un contingente de visita, integrado en su mayoría por turistas argentinos y hasta algún extranjero.

¿Qué ves cuando me ves? Una recorrida a Lago Escondido permite apreciar: sus instalaciones, las actividades deportivas, los eventos semanales (campeonatos de fútbol, rubgy, regatas, endurance, torneos de atletismo, tenis y paddle, o las 500 millas del Sur que todos los años terminan aquí), la pista de equitación y las dos estaciones de rescate con personal altamente entrenado, los 40 bomberos capacitados en incendios forestales especialmente equipados para ayudar a la comunidad; o las 135 familias locales que trabajan en el establecimiento, la caballeriza y el impecable kartódromo de 1250 metros –escenario de competencias a nivel regional cedido siempre en forma gratuita para el fomento del deporte–. Y más, y más, y más… Un lugar soñado. O, lo dicho, un paraíso personal que el “Tío Joe” –así lo llama cariñosamente la mayoría de la gente de la región– ha decidido compartir con su comunidad.

–Por cierto, ¿por qué tanta generosidad, Mr. Lewis? –dicen que le preguntó hace poco un periodista.
–¿Perdón? No entiendo…
–Sí, quiero decir. Hay muchos hombres exitosos como usted, dueños de lugares imponentes como éste que, sin embargo, no andan compartiéndolo con los demás, ¿me explico?
–Vea, ése es problema de ellos. Esta es la forma que yo entiendo el tener mucho: ayudar y compartir con los demás.

Joe cuida mucho de esta tierra y de su gente”, sostiene Dalila Pinacho, a cargo de las Relaciones Institucionales de Lago Escondido. “Mientras él ha sido injustamente acusado de tratar de ‘llevarse’ algo de esta zona, lo único cierto es que a partir de su auténtico y efectivo compromiso con la región contribuye a mejorar la calidad de vida de los pobladores. Siempre está atento y dispuesto frente a las necesidades de los vecinos. Y ellos lo saben bien.

En 1998 cuando Joe recorrió el hospital de El Bolsón, quedó profundamente conmovido por el precario e insuficiente equipamiento técnico con que contaba…”, sigue Dalila. “En forma anónima, donó 80.000 dólares para la renovación de equipos e inmediatamente decidió construir uno totalmente nuevo. Joe sostenía que su comunidad lo merecía”.

Este tipo de aportes del “Tio Joe” son habituales en otros lugares donde ha elegido vivir, tal el caso de la Florida (Estados Unidos) donde tiene residencia hace tiempo: es un ferviente partidario tanto de la educación como de la medicina. Todos saben por allí que Joe contribuyó a crear el Centro Oncológico MD Anderson de Orlando con un aporte inicial de 8 millones de dólares. Y que además se ha comprometido a donar otros 20 millones de dólares en efectivo y en terrenos para ayudar a la Universidad de Central Florida a construir una escuela de medicina.

“Joe Lewis es un individuo único”, afirma Clarence Buck Brown, presidente del Centro Oncológico MD Anderson. “Es común en él ayude a mejorar las condiciones de aquéllas comunidades en las cuales vive o tiene negocios. Y siempre lo hace con una enorme discreción”.

Esta práctica de dar desde el anonimato tan natural para Lewis se vió reflejada cuando, en 1998, ofreció construir un nuevo hospital para El Bolsón, desembolsando el cincuenta por ciento del total. La donación, inicialmente rondaría el millón y medio de dólares aunque todo indicaba que sería aún mayor. Sin embargo, el mismo ex diputado batalló en su contra para desvirtuar y tergiversar su ofrecimiento utilizando siempre la metodología de la información tendenciosa. En esta oportunidad le atribuyó al dueño de Lago Escondido la intención de “ganar favores políticos”.

Esta malsana imputación nada tiene que ver con el estilo de Joe”, responde Nicolás, y agrega: “El tiene recursos económicos extraordinarios, es cierto. Pero no es su obligación hacer cosas para los demás y sin embargo elige hacerlas. Emprendimientos que, cree, tendrán un beneficio para todos los que consideramos esta región como nuestro hogar. Es muy lamentable: un hospital nuevo es un importante adelanto y beneficio para cualquier comunidad”.

“¿Sabe qué hizo entonces?”, aporta Oscar Romera, el intendente de El Bolsón por la UCR, “retiró su oferta de inmediato. ¿Y quién lo puede criticar por eso? Al fin de cuentas, por unos pocos malintencionados aún hoy no tenemos un hospital como la gente”.

A pesar del maltrato de algunos, Lewis insistió: en 2005, ofreció construir un nuevo aeródromo en El Bolsón: esto le permitiría no solamente llegar con su avión sino que, entendía, podría serle de mucha utilidad a los lugareños, lo ponía a disposición de todos. Esta vez la excusa de algunos fue que era un extranjero que trataba de “acaparar tierras y quería llevarse el agua potable de la zona…

Eso no tiene sentido”, dice Dalila. “Es otra afirmación irresponsable y sin fundamento, una falsedad absoluta que hiere el sentido común. Nadie puede dudar que el agua es un patrimonio común protegido por toda la legislación argentina. Además, en la provincia de Rio Negro, el Departamento Provincial de Aguas es la autoridad de aplicación del Código de Aguas, la ley 2952”.

Siguiendo la recorrida, en la muy pequeña porción parquizada de la propiedad se pueden observar una zona de granja: ovejas, terneros, jabalíes, guanacos, choiques, liebres y una gran variedad de aves disfrutando pacíficamente de la libertad. “Es un paraíso natural donde la gente y los animales pueden disfrutar en armonía”, sostiene Nicolás.

¿Y qué hay de los rumores que indican que se están usando animales para investigación médica?: “Otro verdadero disparate, un delirio infundado. Nadie que se considere serio puede lanzar ligeramente semejante mentira. Nosotros, como todos, somos supervisados por los organismos de gobierno que protegen la flora y la fauna. Cada paso que damos cumple con cada una de las leyes; esto es básico. Pero además, en Lago Escondido, el cuidado de la naturaleza lo hacemos con absoluta convicción... A esta altura, y después de tantas mentiras, tenemos claro que cuando hay mala intención, cualquier cosa se puede decir de una buena persona. ¿Cómo luchás contra eso?”

¿Cómo? Con la verdad. Tras recorrer Lago Escondido, y tras hablar con mucha gente de El Bolsón, lo que queda claro es que la opinión tendenciosa de unos pocos ha privado a la gran mayoría de los lugareños de recibir la ayuda de un señor que, además de disfrutar de la vida, pretende contribuir a mejorar la de los demás.

No lo estamos dejando. Y así nos va.

All About Kids, una obra de amor

Joe Lewis lo hizo construir en el ingreso a Lago Escondido para compartirlo con la comunidad, pero sobre todo con los chicos. Se trata de un imponente complejo de 4200 m2: cuenta con un espacio central de 900 m2 por 17 metros de altura, alojamiento para 50 personas con todos los servicios, dos salones de usos múltiples, microcine, comedor, gimnasio, cancha de paddle, fútbol, rugby y pista de atletismo. El lugar está preparado para congresos, capacitaciones, actividades educativas, artísticas, recreativas y deportivas orientadas a los niños de la región.

All About Kids (Todo sobre los chicos) es la máxima expresión del “compromiso compartido que Joe tiene con su comunidad”, explica Dalila Pinacho, encargada de las Relaciones Institucionales de Lago Escondido, acerca de la filosofía de la obra. “El entiende que los emprendimientos en beneficio de la comunidad pueden ser acompañados por quienes tienen los medios para hacerlo.” Dentro de esta política, el “Tío Joe”, –como lo llaman cariñosamente la gente de la región– ha donado ambulancias, ayuda en caso de emergencias y financia 50 becas por 10 años para chicos de la región (en las escuelas Munduna y Pascasio Moreno de El Bolsón). “Con la tarea se espera que el ejemplo de realizar un trabajo sin otro fin que alentar la educación, el deporte y la mejora de las condiciones de salud –siempre desde la solidaridad– ayude a despertar en otros la conciencia de servicio hacia los demás”, sintetiza Dalila Pinacho.

Significa, en inglés, Lago Escondido, y así bautizó Lewis su campo, comprado en 1996. La vista aérea permite apreciar en todo su esplendor la casa principal –3.600 metros cuadrados–, a orillas del espejo de agua.

Significa, en inglés, Lago Escondido, y así bautizó Lewis su campo, comprado en 1996. La vista aérea permite apreciar en todo su esplendor la casa principal –3.600 metros cuadrados–, a orillas del espejo de agua.

Joe en una de sus aficiones preferidas, cabalgar.

Joe en una de sus aficiones preferidas, cabalgar.

Parte de la infraestructura de Hidden Lake está pensada especialmente para la gente de la zona y para el personal de su establecimiento. Otra impactante imagen de su mansión.

Parte de la infraestructura de Hidden Lake está pensada especialmente para la gente de la zona y para el personal de su establecimiento. Otra impactante imagen de su mansión.

Vista aérea del kartódromo.

Vista aérea del kartódromo.

La sala de estar para los empleados.

La sala de estar para los empleados.

Lewis en persona recibe a los turistas.

Lewis en persona recibe a los turistas.

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