El fiscal acusa: «El móvil del crimen fue el dinero» – GENTE Online
 

El fiscal acusa: "El móvil del crimen fue el dinero"

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De repente, en el verano -título de una pieza de Tennessee Williams que viene
a cuento por lo tortuoso de la historia-, el fiscal de Pilar, Diego Molina Pico,
hizo detonar una bomba en el centro de ese opulento miniparaíso llamado Carmel y
despertó de su letargo al caso García Belsunce, que parecía deslizarse hacia el
territorio del crimen perfecto. En un dictamen de 260 páginas (texto promedio de
una novela policial, y no menos apasionante), acusó del asesinato de María Marta
García Belsunce, como autor o coautor, al marido, Carlos El gordo Carrascosa, y
como encubridores, a cuatro familiares, dos vecinos, un médico y una masajista.
Móvil, según el fiscal, de los seis balazos disparados a quemarropa en la cabeza
de María Marta, uno tan eterno y potente como los celos o los amores
desbordados: el dinero.

Acabado el copioso documento, el fiscal le pidió al juez de la causa, Diego
Barroetaveña, la elevación del caso a juicio oral. Pero un día después de la
explosión, observadores parciales e imparciales coincidieron: "Molina Pico, con
esta jugada, quemó las naves. Si todo es cierto, pasará a la historia, y si no
es cierto, también, aunque de muy distinto modo, porque si el naipe no es un as,
en esa mano se juega la carrera…".


EL CLAVO ARDIENTE
. A lo largo de las 260 páginas, Molina Pico reconstruyó el
antes, el durante y el después del crimen. Esta es la síntesis clave: "El 27 de
octubre de 2002 María Marta García Belsunce concurrió en su vehículo particular
a la misa dominical de las 12 que habitualmente escuchaba en el cementerio
Parque Memorial de Pilar. Pasadas las 13 regresó al country Carmel, donde
residía, y se dirigió a la casa de la familia Binello, donde la estaban
aguardando para almorzar, como solía ocurrir los domingos. El almuerzo
transcurrió sin mayores novedades en compañía de su marido (Carlos Carrascosa),
de Sergio y Viviana Binello, y de dos de los hijos del matrimonio. Finalizados
el almuerzo y la sobremesa, María Marta se retiró a su domicilio. Una vez allí,
y a las 15.51, llamó por teléfono a la peluquería del complejo comercial Village
Pilar, y luego de cambiarse de ropa se dirigió a las canchas de tenis en su
bicicleta color rosa para jugar con su amiga Viviana Binello. Aproximadamente a
las 16 inició el partido, luego suspendido porque comenzó a llover. Se dirigió
entonces a la casa de los Bártoli -que está frente a las canchas de tenis- donde
se encontraban, mirando el partido River-Boca, Carlos Carrascosa, Guillermo
Bártoli, el vecino Diego Piazza, la vecina Delfina Figueroa, y Sergio Binello.
Entró por la puerta de servicio, y al pasar por la cocina saludó a la mucama y
le pidió un trapo para secar su raqueta.
Terminado el River-Boca (a las 18.07), le pidió a su marido una campera azul que
éste tenía en su camioneta, rechazó el ofrecimiento de Guillermo Bártoli de
llevarla en auto, y se fue a su casa en la bicicleta. En el trayecto se cruzó
con Bártoli, que estaba con su auto frente a la casa de la familia Piazza, donde
acababa de dejar a Diego y a Delfina. Aproximadamente a las 18.15 y antes de las
18.55 se cruzó con unos menores que volvían de mirar el partido River-Boca en el
Club House de menores del country. Este encuentro es de suma importancia, ya que
fue la última vez que personas ajenas a los asesinos la vieron con vida,
momentos antes de que entrara a su casa. María Marta fue asesinada después de
las 18.15 y antes de las 18.55, hora en que llegó a la casa el vigilador Ortiz,
y obviamente antes de las 19.05, cuando llegó la masajista Beatriz Michelini,
que arribó a la puerta del Carmel a las 18.55. Como surgió de la autopsia, María
Marta no se ahogó en la bañera, no murió por un golpe contra una canilla o un
cambiador de agua en la ducha, no se golpeó contra el bidet ni contra uno de los
tirantes del baño, y menos contra la ventana que está sobre el inodoro: murió
por seis proyectiles de un revólver 32 que perforaron su cabeza".

DIEZ NOMBRES PARA UN FISCAL. ¿Cómo y con qué calibre apunta Molina Pico a los
acusados?

- Dice de Carlos Carrascosa (hoy procesado como coautor de "Homicidio calificado
agravado por el vínculo", con prisión preventiva, y libre bajo fianza de 100 mil
pesos): "Carrascosa mató a María Marta, ya sea solo o con la colaboración de más
personas vinculadas o extrañas a la víctima. Estableció la idea del inocente
accidente hogareño; impidió, junto a otros encubridores, la autopsia; indujo a
destruir pruebas clave (tirar al inodoro la bala que no penetró en el cráneo y
la ropa con sangre), y confabuló perversamente en el encubrimiento junto con
Taylor, Bártoli, Binello, Gauvry Gordon y Michelini".
- Dice de la masajista Beatriz Michelini: "Llegó como todos los domingos al
Carmel para darle a María Marta una sesión de masajes y se encontró con
Carrascosa, que le dijo que María Marta había tenido un accidente. Michelini
lavó la escena del crimen, arregló los artefactos, limpió la alfombra y las
paredes, sacó del lugar algunas prendas y las llevó a lavar, y recibió una suma
de dinero para ocultar la verdad".
- Dice del médico Juan Gauvry Gordon, el primer médico que revisó el cadáver:
"Intentó una falsa resucitación en la que sobreactuó, usando entre 20 y 30
ampollas de adrenalina; fue uno de los que ordenó la limpieza de los azulejos
del baño y de las paredes de todo el escenario del crimen; intentó colocar el
cuerpo sobre la cama; redactó un informe médico falso, y recibió una suma de
dinero para ocultar la verdad".
- Dice de Constantino Hurtig, padrastro de María Marta: "Fue uno de los
encubridores, con el agravante de que, como médico, no podía dejar de tomar nota
de la pérdida de masa encefálica. Se deshizo de pruebas, sabiendo lo que es un
casquillo o esquirla; impidió, junto a otros, la autopsia, y ofreció firmar el
certificado de defunción a pesar de la existencia de sangre y de masa
encefálica. Además, fue socio económico de Carrascosa".
- Dice de John Hurtig, hermanastro de María Marta: "Se deshizo, a sabiendas y
con sospechas vehementes de asesinato, de pruebas vitales (N. de la R.: el
pituto que en realidad era una bala), y le ocultó a las autoridades la realidad
de los hechos".
- Dice de Horacio García Belsunce (h), hermano de María Marta: "Estuvo desde el
principio en la operación de encajonamiento urgente de la víctima; impidió que
interviniera la policía; se deshizo de un vital elemento probatorio (N. de la
R.: la bala-pituto), y le ocultó a las autoridades, a sabiendas, la verdad".
- Dice de Nora Pichi Burgues de Taylor: "Junto con su esposo, Michael Taylor, se
deshizo de las ropas ensangrentadas; ejecutó, junto con otros, el encubrimiento;
impidió que el médico Nélting, vecino del country, revisara el cadáver; supo
desde el principio cómo murió la víctima, y pagó para que se hiciera la voluntad
de Carrascosa respecto del encubrimiento".
- Dice del veterinario Sergio Binello: "Ordenó que se coimeara a la policía para
que no entrara al country; ejecutó, con otros, el encubrimiento pedido por
Carrascosa, pagándole al médico y a la masajista, y es uno de los ejes de la
compleja trama mafiosa, con contactos financieros que cierran con la hermandad
del Carmel".
- Dice de Guillermo Bártoli, marido de Irene Hurtig, hermanastra de María Marta:
"Gestionó el falso certificado de defunción; mintió acerca del lugar y el
diagnóstico de la muerte; gestionó el inusual velorio; vigiló el encajonamiento
del cadáver para impedir exámenes; prefabricó la coartada mutua (Carrascosa y
él) que los ubicaba viendo los partidos River-Boca e Independiente-Rosario
Central; ocultó a sabiendas la verdad ante las autoridades, y forma parte de la
trama mafiosa".

LA SUPUESTA "TRAMA MAFIOSA".
Según Molina Pico, el móvil del asesinato fue
económico, la punta de ese ovillo está detrás de las paredes del Banco General
de Negocios y sus ex cabezas, los hermanos Carlos y José Rohm -hoy, preso el
primero y prófugo el otro-, y el hombre clave para bucear en el dinero que
Carrascosa y María Marta transfirieron al exterior es Vicente Bicho Fernández
Ocampo. Dice el fiscal que encontró la palabra Bicho en la agenda electrónica de
María Marta, la relaciona con una autorización para enviar dinero al exterior
"cuando estaba prohibido por el corralito", y se pregunta, aunque sin aportar
pruebas, si el tal Bicho debería "mover dinero legítimo en una operación
ilegítima, o dinero ilegítimo en una operación prohibida". Recalca en su
dictamen que le llamaron la atención dos llamadas -una, desde el celular de
María Marta- de Carrascosa a Fernández Ocampo, que en ese momento pertenecía al
Banco Banex (antes, Exprinter), "ocho días después del asesinato de su mujer",
sospecha también de otro diálogo telefónico entre Fernández Ocampo y Sergio
Binello "diez días antes del asesinato", y le parece "demasiada casualidad" que
Fernández Ocampo viviera alguna vez en el edificio de Juncal 721, el mismo que
habita Rodolfo Hamilton Taylor, padre de Miguel y marido de la imputada por
encubrimiento Nora Burgues. A partir de esos hilos, Molina Pico cree que "los
Carrascosa, los Binello y los Taylor eran una hermandad", y los vincula a lo que
llama "una compleja trama mafiosa". No es todo: desde los mismos hilos instala
en escena al Cartel de Juárez, que empezó con unos pocos traficantes mexicanos
que llevaban droga a los Estados Unidos, en avionetas, desde Cali y Medellín,
creció con desmesura, convirtió a su jefe (Amado Carrillo Fuentes) en "el señor
de los cielos" -nombre que le dio la prensa, inspirada en la cantidad de aviones
de la banda-, y lo atrincheró detrás de una fortuna: 2.500 millones de dólares.
Asomado al cráter de ese volcán, Molina Pico dispara en su dictamen: "Ruego que
no nos asombremos. La señora Laura, auditora de ese grupo mexicano, operó en la
Argentina adquiriendo inmuebles y blanqueando dinero del narcotráfico, es Laura
Helena Burgues: ¡oh casualidad!, hermana de Nora Pichi Taylor". Y va más allá:
asegura que "Carrascosa y los hermanos Rohm crearon la Compañía General de
Negocios Bursátiles, con Carrascosa como vicepresidente y María Marta como
directora suplente, cargos a los que renunciaron en diciembre de 1994".

LAS DEFENSAS Y LOS CONTRAATAQUES. En muchos círculos financieros juzgan a la
teoría de Molina Pico "como una historia forjada por la febril imaginación de un
novelista frustrado"
. En el Banco Banex dicen que "Fernández Bicho Ocampo nunca
ocultó su relación con Carrascosa desde los tiempos del Banco General de
Negocios"
. Desde ámbitos judiciales se recuerda que Laura Helena Burgues, la
hermana de Nora Taylor, fue investigada por su presunta vinculación con el
Cartel de Juárez, y se le dictó falta de mérito (causa 14032/99, juez Rodolfo
Canicoba Corral). Carrascosa no habló todavía, pero la familia de María Marta
insiste: "Fue el primero al que investigamos. Lo desplumamos. Lo miramos del
derecho y del revés, y no encontramos nada. Por eso creemos que es inocente
". John Hurtig tampoco salió al ruedo, pero se supone que se aferrará a dos hechos:
fue el que más insistió en que se investigara la muerte de su hermanastra (es
decir, no creyó en la teoría del accidente), y el que encontró en el pozo ciego
la bala que los demás calificaron de pituto. Es posible que Horacio García
Belsunce (h), también hasta ahora con silencio de radio, se aferre a su teoría:
la presunta "particular animosidad" de Molina Pico hacia él por la vehemente
defensa de Carrascosa que hizo en los medios. En general, los especialistas con
los que habló GENTE insisten en un punto: "La endeblez del dictamen a partir de
la notoria falta de pruebas"
. Además, se preguntan: "Si el móvil fue el dinero,
y Carrascosa y María Marta, además de marido y mujer, eran socios, ¿por qué
matarla?"
. Otros, como contrapartida, deslizan: "Tal vez María Marta se opuso a
formar parte de operaciones ilegales, y eso fue su sentencia de muerte"
. Al
respecto, la investigación sobre la transferencia de fondos al exterior hecha el
28 de diciembre de 2001, en plena vigencia del corralito, no logró determinar si
las cuentas, después de ese movimiento, siguieron a nombre del matrimonio, o
sólo a nombre de Carlos Carrascosa. Si se verificara el segundo caso, Molina
Pico "podría encontrar allí un posible móvil del asesinato", se oye decir en los
pasillos judiciales. Sin embargo y por ahora, la historia reconstruida en esas
explosivas 260 fojas se sigue estrellando contra una roca que parece
inconmovible: la abundancia de conjeturas y la anemia de pruebas. De aquí a un
mes, el juez Barroetaveña dirá si "Ha lugar" y hay juicio oral, o bajará el
martillo del "No" y el o los asesinos, lejos de estar en un callejón sin salida,
caminarán entre nosotros a cara descubierta, libres e impunes.


Carlos Carrascosa y María Marta García Belsunce eran un matrimonio normal, modelo, inseparable", dicen sus amigos. Los balazos cerca de la oreja y a quemarropa, ¿sugieren un mensaje mafioso? La historia, otra vez a foja cero. ">

Carlos Carrascosa y María Marta García Belsunce eran un matrimonio "normal, modelo, inseparable", dicen sus amigos. Los balazos cerca de la oreja y a quemarropa, ¿sugieren un mensaje mafioso? La historia, otra vez a foja cero.

Cinco disparos penetraron el cráneo de María Marta, el sexto rozó la parte superior de la cabeza. Le vaciaron un cargador.

Cinco disparos penetraron el cráneo de María Marta, el sexto rozó la parte superior de la cabeza. Le vaciaron un cargador.

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