"De los maestros depende que haya en la humanidad un conjunto de esclavos o una asociación de hombres libres". Domingo Faustino Sarmiento
Hace dos años, un ex alumno de la Facultad de Ciencias Económicas, decidió devolverle a la que había sido su casa de estudios una parte de todo lo que recibió en sus años en la Universidad. Daniel Nycz, en ese entonces tenía 56 años y estaba a punto de retirarse del cargo de directivo de una consultora internacional luego de más de tres décadas de trabajo. Como premio, la empresa le ofreció hacer una donación a su nombre a una entidad que él considerara apropiada. ¿El monto? Nada menos que 1.300.000 dólares. Y Daniel no dudó un instante: esa cifra tenía que ser para el lugar donde se formó como profesional.
Hoy, las autoridades de la Facultad resolvieron que ese dinero se invierta en ampliar la sede de Córdoba 2122, edificio que ya les queda chico: "Esta Universidad es una de las más numerosas de toda América y una de las más pobladas del mundo", dice el decano Carlos Degrossi, quien fue uno de los impulsores de la idea de que la donación se destine a algo "que perdure en el tiempo". En siete años, la carrera duplicó su matrícula de inscriptos y pasó de 3.500 a 7.000 por año y hoy cuenta con 63 mil alumnos: "Tenemos un presupuesto que ronda los 13 millones de pesos anuales, un poquito más de un millón por mes. Y el 93 por ciento se va en el pago de sueldos del personal docente y no docente, y el 7 por ciento restante se utiliza para los gastos de su funcionamiento", cuenta Degrossi. "Por esta razón, estamos imposibilitados para destinar dinero a cualquier tipo de ampliación. Para ello debemos recurrir a la generación de recursos propios o a las donaciones de las empresas privadas".
UN GESTO PARA IMITAR. Si uno recorre la Facultad, da la impresión de ser un instituto privado. Por la limpieza, el orden y el cuidado del lugar. Todo esto gracias al esfuerzo que realizan desde los directivos hasta el personal de maestranza. Sin embargo, en muchas cátedras, las aulas ya quedan chicas. Por eso, la donación de Nycz será una brisa de viento fresco porque, debido al hacinamiento, tuvieron que alquilar un edifico en la calle Tucumán al 3000 por el que pagan 2 mil pesos mensuales, más impuestos y servicios: "Este nuevo anexo tendrá 30 aulas -actualmente hay 100-; cada una tendrá una capacidad para 60 alumnos; un salón de usos múltiples para 600 personas, un sector para oficinas administrativas, sala de profesores, bar y baños", adelanta el decano.
Para la remodelación, se firmó un convenio con la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires para hacer un llamado a concurso. El mismo estará abierto hasta el 20 de julio (las bases se pueden consultar en www.fadu.uba.ar), y se podrán presentar arquitectos o ingenieros civiles que sean docentes de la UBA. Los tres mejores trabajos serán premiados: 15 mil pesos para el primero, 10 mil para el segundo y 8 mil para el tercero: "Con la donación que nos ha hecho Nycz pensamos que podemos terminar una parte de la construcción. En total, el proyecto rondará los tres millones de dólares", calcula Degrossi. "¿Cómo haremos para reunir lo que falta? Ojalá que esto sirva como un llamado a esa responsabilidad social empresaria, muy de moda en todo el mundo, que también se tiene que empezar a mostrar en la Argentina. El ejemplo de Daniel tiene que contagiar a todos los argentinos para mejorar la educación. Porque no hay ninguna duda de que sólo con educación vamos a salir de la crisis en la que nos encontramos".
En la primera etapa se piensa construir tres subsuelos de estacionamiento con 210 cocheras. Cederlas en concesión para terminar la obra, es otra de las opciones. Allí se levantará un edificio con aulas para 1800 estudiantes. A la derecha, el decano Degrossi, feliz con la donación del ex alumno.
El gesto de Daniel Nycz fue recibido con mucho entusiasmo en la Facultad. Gracias a su donación, las aulas no estarán más repletas de alumnos.
