Detrás de esta sonrisa, una historia siniestra – GENTE Online
 

Detrás de esta sonrisa, una historia siniestra

Hasta la madrugada del miércoles 23 de julio, Jorge Corsi (62) era profesor de un posgrado sobre Violencia Familiar en la Universidad de Buenos Aires y, a pedido de algunas instituciones, dictaba dos seminarios: Detección y Prevención del Abuso Sexual Infantil y Maltrato Infantil. Lo que sigue es parte de su discurso, según se desprende su propio sitio web y de entrevistas periodísticas: 

Si el niño debe respeto y obediencia a los mayores, cuando un mayor le propone a un niño una actividad sexual, lo que corresponde es que el niño acepte, obedezca y respete. Al hacerlo quedarán convalidadas todas las formas de abuso a los chicos”. 

Los menores están en la parte inferior de la pirámide de poder. Se supone que deben obedecer sin cuestionar. Por otro lado, no pueden rebelarse. Están en una trampa. Recién en la adolescencia empiezan a reaccionar”.

Cuando presencio una escena de violencia contra un menor, me acerco y digo: ‘Eso no me parece bien. Se puede hacer de otra manera’. No me va muy bien, pero no me importa: tengo la esperanza de que, por lo menos, los chicos se lleven un mensaje solidario, porque no pueden contratar a un abogado para que defienda sus derechos”.

Tenemos demasiado incorporada la imagen de que los únicos que tienen que pedir perdón son los chicos. Sería bueno que aprendiéramos a hacerlo nosotros, porque es la única manera de reparar el daño”.

Es común que un chico humillado desarrolle una doble personalidad. Hacia afuera tímido, introvertido e inseguro; pero hacia adentro, cuando tiene un espacio de poder –su familia, por ejemplo–, suele reproducir en sus hijos el mismo esquema en que fue educado”.

En la escuela, a los chicos humillados se los castiga por cualquier cosa y no saben defenderse. Las maestras deberían estar atentas, porque un chico que siempre se deja pegar está enviando un mensaje”.

Yo también trabajo con gente de 40 o 50 años que, a pesar de que son profesionales y formaron una familia, todavía no dejan de escuchar las humillaciones de su infancia, y esas voces no les permiten ser felices. Tienen grandes dificultades para valorarse y establecer relaciones afectivas y maduras, y suelen volverse dependientes de la aprobación de los otros”.

Hay un gran malentendido sobre el poner límites. La expresión está tan trillada que quien lee un artículo sobre el tema le adjudica el significado que se le ocurre..., y el chico sufre las consecuencias”.

La familia otorga un rol para cada miembro, y ellos lo asumen. Es común que convivan un ‘traga’, un revoltoso y un tímido”.

Hasta no hace mucho un menor moría quemado, o por caer de un árbol, o por una bala que se disparaba, y en la carátula del expediente se escribía ‘Muerte accidental’. Pero se descubrió que no eran accidentes: cerca de un ochenta por ciento eran consecuencia del maltrato, y los padres responsables de esos actos inventaban una historia”.

Es imprescindible modificar todo lo que en nuestra cultura hace de la violencia un paradigma de la identidad del menor”.

EL REVES DE LA TRAMA. Pero Corsi, en su doble vida, se hacía llamar Geo (derivado de George, Jorge), y según la jueza María Fontbona de Pombo, el fiscal Martín Niklison y la Policía Federal, era un loversboys, como en algunos sitios de Internet figuran los pedófilos y sus redes de prostitución infantil. Y no habría actuado solo: sus cómplices serían el profesor de música Marcelo Rocca Clement y un joven llamado Augusto Correa. Según los investigadores, en las escuchas telefónicas Corsi hablaba con voz dulzona, meliflua: la total contrapartida del tono y el estilo con que encabezaba sus clases universitarias, seminarios y hasta consultas técnicas del Gobierno, como base para futuras leyes de protección al menor...

Hoy, en la cárcel de Marcos Paz, cercado por gravísimos cargos (corrupción de menores, abuso deshonesto y asociación ilícita), Corsi insiste en repetir lo mismo que dijo en el calabozo de la Unidad 28 de Tribunales: “Soy inocente”. Pero eso sí: coincide con Augusto Correa en explicar que “en las reuniones sólo se hablaba de filosofía, pero sin sexo”. Aclara también que “en una indagatoria yo hubiera declarado mi inocencia, pero por consejo de mi abogado defensor no lo hice. No declaré, porque soldado que huye sirve para otra batalla. Nos reagrupamos y empezaremos a atacar nosotros…”. (Nota: Roberto Casco, su abogado defensor, es hombre de larga trayectoria y muy conocido por su actuación en la causa Café Blanco, el desmantelamiento de una red de narcotraficantes).

Mientras, algunas universidades retiran los libros de Corsi (Psicoterapia integrativa multidimensional y Violencia masculina, uno de los más famosos, entre otros) y crece el estupor de los profesionales que trabajaron con él a lo largo de años. En especial, cuando recuerdan o releen sus clásicas definiciones sobre el tema:

El violador no es un obsesionado por el sexo... La violación es, para él, la forma más acabada de sentir sobre otro el poder de una dominación física total y de una humillación psicológica extrema. Para él, es central que el otro esté indefenso”.

Es cierto que los jóvenes comienzan a practicar conductas adictivas de gran capacidad destructiva a una edad cada vez más temprana. Pero la respuesta social no puede ser demonizarlo”.

La homofobia sigue siendo el elemento estructurante de la educación de los niños, el temor a que no adopte las conductas rígidamente masculinas”.

EL MODUS OPERANDI. La investigación empezó hace más de un año, cuando la División Delitos contra Menores de la Policía Federal recibió la denuncia de un menor de edad que “se quebró y les contó a sus padres que cuatro hombres habían abusado de él”, recordó una fuente importante. Y dio detalles muy precisos: el hecho había sucedido en un departamento de Paraguay al 3400, “de un señor al que le decían Geo”. El trabajo de seguimientos y escuchas comprobó que el grupo Geo –Corsi, Marcelo Rocca Clement y Augusto (Agus)– reclutaba menores en locales de fast food, cyber cafés y plazas, para luego llevarlos a la casa de Corsi, donde concretaría los abusos sexuales. Siempre a juzgar por los trascendidos de la investigación, algunos recibían premios: videojuegos, mp3 y teléfonos celulares con tarjeta que luego servían como red de comunicación entre pedófilos. Uno de los miembros del grupo, todavía prófugo, pidió ser exceptuado de la prisión, negada de plano por el fiscal Martín Niklison. El acusado tiene 20 años, habría sido abusado por Rocca Clement hace ocho años (excarcelado al cumplir más de dos años sin sentencia), y retornó al grupo para captar jóvenes y entregarlos a la red, según surge de las escuchas.

UN CASO INCREIBLE. Los investigadores se asombran, en especial, ante el caso de Rocca Clement. En la causa del año 2000 estaba imputado por abuso sexual con acceso carnal, tentativa de abuso reiterada, abuso sexual gravemente ultrajante, abuso sexual reiterado, corrupción de un menor de edad, y abuso de un chico de 12 años (“de distintas maneras”, dice la causa) al que llevaba de viaje a Mar del Plata, pero la Justicia no dictó sentencia: una puerta abierta de par en par hacia la reincidencia... Por ahora la investigación está centrada en el contenido de doce computadoras (entre PC y Laptops) y veinte teléfonos celulares, de los cuales cinco son de Corsi. Al principio las víctimas parecían ocho, pero al aparecer la imagen de Corsi por televisión otros jóvenes lo habrían reconocido y sumado sus denuncias.

Bendecido hasta por el Estado (asesoró al Gobierno en el 2006 en el proyecto de Ley sobre Violencia Familiar), la doble vida de Corsi sería, más allá de la responsabilidad que pruebe la Justicia y su destino final, uno de los casos más sorprendentes de la crónica roja: un escenario ocupado por un hombre rodeado de luz, títulos y honores, que al bajar al camarín y quitarse el maquillaje quedaría envuelto en una maligna penumbra.“Hola, mi amor. ¿Te fue bien en el examen? Mirá que yo me preocupo por vos... No te olvides de que sos muy importante para mí” (Palabras de Corsi tomadas de las escuchas telefónicas en poder de la Justicia).

“Hola, mi amor. ¿Te fue bien en el examen? Mirá que yo me preocupo por vos... No te olvides de que sos muy importante para mí” (Palabras de Corsi tomadas de las escuchas telefónicas en poder de la Justicia).

El hasta ayer prestigioso psicólogo, profesor y asesor en temas de abuso y violencia familiar, llevado de Tribunales a la cárcel (viernes 25) bajo acusación de pedofilia.

El hasta ayer prestigioso psicólogo, profesor y asesor en temas de abuso y violencia familiar, llevado de Tribunales a la cárcel (viernes 25) bajo acusación de pedofilia.

Uno de los varios libros de Corsi sobre violencia familiar y abuso de menores.

Uno de los varios libros de Corsi sobre violencia familiar y abuso de menores.

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