Tiene una sonrisa XXL, un corazón mucho más grande y una belleza que sigue levantando piropos cuando camina desde su casa de Colegiales hasta Canal 9, donde conduce todas las tardes el magazine Hay que ver junto a su amigo y compañero José María Listorti (45).
Denise Dumas (42) está feliz y lo transmite: “Extrañaba trabajar con Josema. Siempre la pasamos muy bien y nos entendemos con sólo mirarnos. Tenemos códigos y cábalas: él siempre está a mi izquierda, por ejemplo. Durante años nos veíamos de lunes a viernes en Este es el show, en Sábado show, en ShowMatch y los domingos en Cantando por un sueño. Igual, durante el tiempo que no trabajamos juntos, nunca nos dejamos de ver. Nos reunimos en los cumpleaños o en las vacaciones. Somos familia”.
–¿Cómo es Tinelli en el rol de jefe?
–Siempre es un placer trabajar con él; te hace sentir cómoda. Marcelo me llamó para reemplazar por un mes a Carla Conte en Este es el show, porque el programa estaba terminando... y al final me quedé tres años. Durante ese tiempo crecí un montón, porque me embaracé, me casé con Martín (49) –como ella llama a Campi–, perdí un embarazo, tuve asaltos, mudanzas y hasta acepté participar del Bailando con lo patadura que soy. Ahora, cuando el Chato Prada y Fede Hoppe me propusieron volver con Jose (en Hay que ver) me encantó. Este es el primer programa de LaFlia y me siento contenida como en Ideas.
–¿Volverías al Bailando si Tinelli te lo pide?
–Sólo lo haría en pareja con José María Listorti. Y como él es más difícil de convencer, estaría salvada... ¡y no volvería! (guiña un ojo).
–¿Alguno de tus hijos quiere seguir tus pasos?
–No veo que ninguno quiera hacer el ridículo como yo (risas). Isabella (Barceló, 16) practica deportes ecuestres, lo que hacía yo a su edad; Santino (Barceló, 14) canta muy bien y le encantan los deportes; Emma (Campilongo, 10) quiere ser actriz y heredó mucho de Campi, y Francesca (Campilongo, 5) dice que quiere ser bruja para hacer maldades, y se dibuja tatuajes por todo el cuerpo... Yo le digo que va a ser la mini Cande Tinelli. Igual, a esa edad yo tampoco sabía a lo que me quería dedicar. De chica quise ser monja. En serio, eh... ¡Pero había días en que decía que iba a pasear perros!
–¿De dónde nacía tu vocación religiosa?
–María Rosa, mi tía abuela, fue monja de clausura. Cuando tomé la comunión quería seguir sus pasos. Ella tenía una paz increíble, y a mí me conmovía mucho cuando la íbamos a visitar. Los encuentros eran detrás de unos barrotes... Sólo salió dos veces en su vida del convento. Pero no era la única religiosa en mi familia. También tenía a mi tío abuelo, que fue el obispo de Neuquén, Jaime de Nevares. A Don Jaime, como le gustaba que lo llamaran, lo admiré toda mi vida, porque en la época de los militares defendía los derechos humanos: estuvo trabajando junto a las Madres de Plaza de Mayo. Cuando se entrevistó con el papa Juan Pablo II le informó sobre las violaciones que la dictadura realizaba en el país, y se opuso a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. También defendió a los mapuches y les daba misa en su idioma. Fue un gran ejemplo y consejero para mí.
Por Pablo Procopio
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