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Contigo pan y viandita

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Digamos que ella, Dolores Fonzi (27), le puso los puntos. Ofendida en su honor de mujer, durante varios días no le atendió el teléfono a él, Gael García Bernal (27). Y al parecer, razones tenía. Es que la repentina llegada a la Argentina de la estrella de Hollywood Natalie Portman (27) armó una especie de triángulo romántico que descolocó a todos. Ninguna de las dos damas se bancó que la otra le quitara su amor. Por eso cada una luchó con sus armas, mientras el mexicano se hacía el distraído, dejando que se pelearan por él. Fea la actitud…

Claro que cuando hace pocos días Natalie regresó a los Estados Unidos, Gael intentó reconquistar a Dolores, pero no se crea que le resultó fácil. Porque Fonzi se resistió todo lo que pudo. Bah, unos días, En definitiva, no tanto… Como se decía antes: “Se hizo rogar”. Entonces, cada vez que sonaba su celular y el identificador de llamadas denunciaba que el número era el de García Bernal, la actriz argentina cortaba la comunicación casi sin piedad. Así, hasta que finalmente lo atendió y lo retó. Todo a la vez. Pero después volvió a caer rendida a sus encantos. El mexicano, inteligente como pocos, no se agrandó. Y fue sumando cada vez más puntos, día a día, hasta volver a conquistarla. El último fin de semana se vieron sólo un rato. Y el lunes, él, todo un galán, la invitó a almorzar. Y entonces se dio la historia de siempre: ella lo pasó a buscar por su departamento y el reencuentro, ya en el vehículo, fue más que apasionado. Gael no dudó un instante y le dio un beso, que Dolores recibió extasiada. La comida fue en la Costanera Sur, en el restaurante La Cárcova, donde está la Escuela Nacional de Bellas Artes. Gael eligió ravioles a la crema. Dolo estaba antojada y pidió un clásico bife de chorizo. Entraron a las tres y media de la tarde y se retiraron cerca de las seis menos cuarto. Charlaron mucho, pero la mayor parte del tiempo la dedicaron a alimentarse, porque las porciones allí son más que abundantes. Cómo será que Fonzi le pidió al mozo que con lo que había sobrado le hiciera el clásico “paquetito”, ese que no proporciona ningún tipo de glamour al que lo transporta, pero sí ayuda a llenar el estómago cuando llega la hora de la cena. De chicos, nuestros padres siempre insistían con el clásico “la comida no se tira”. La verdad es que Gael y Fonzi respetaron aquel antiguo dicho al pie de la letra.

Después de estar distanciados, Fonzi pasó a buscar a García Bernal por su casa. El la besó en la boca, y comieron en la Costanera Sur. Ella le pidió al mozo que con lo que sobrara le hiciera un paquete, que no ocultó al salir.

Después de estar distanciados, Fonzi pasó a buscar a García Bernal por su casa. El la besó en la boca, y comieron en la Costanera Sur. Ella le pidió al mozo que con lo que sobrara le hiciera un paquete, que no ocultó al salir.

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