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Cinco años después, volvió a creer en el amor

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"Para los familiares y amigos que ya no están entre nosotros, y cuidan este amor desde el cielo". Con estas palabras terminó la ceremonia de casamiento de Diana Truden (47) y Ariel Satta (40), el sábado 20 a las doce y cuarto del mediodía. Hasta aquí todo parece cordial y corriente. Pero el detalle que falta -el más importante- es que la feliz novia no es otra que "la última mujer que Favaloro amó", como ella misma le dijo a GENTE en agosto de 2000, poco después del 29 de julio en que el genial cardiocirujano se suicidara de un disparo en el corazón.

Diana Truden conoció a René en 1994, cuando ingresó a la Dos historias de amor. Fundación Favaloro como su secretaria. En enero del '98, luego de la muerte de María Antonia Delgado, quien fuera la mujer del médico durante cuarenta y tres años, Diana y René comenzaron a acompañarse, y así empezó el amor. Pero luego, la tragedia, el dolor, el desconcierto, la soledad. "Lo amé más que a nadie en el mundo, y puedo considerarme afortunada por haberlo conocido", le confesó Truden a GENTE hace tan sólo un mes.

Hace cinco años, y por supuesto en la Fundación Favaloro, Diana y Ariel se conocieron. El trabaja en el Departamento de Sistemas Informáticos, y como ella es la encargada de Marketing, se puso en contacto con la persona indicada (léase Ariel Satta) para el diseño de la página web. Y pregunta va, confidencia viene, comenzó la historia…

"Los dos comparten un estilo sereno. Son muy tranquilos, y siempre parecieron amigos, más que novios. Recién nos dimos cuenta este año de la verdadera relación, ya que por la manera en que se comportaban delante de los demás nunca notamos nada", comentó uno de sus compañeros de trabajo. Ariel es un típico nerd informático. Su ocupación preferida es diseñar y crear frente a la computadora. Diana es traductora de inglés y le encanta leer. El sólo lee lo que refleja el monitor, pero igual se entienden a las mil maravillas. Tanto que el sábado último dieron el sí ante el altar de la capilla San Pío X, en Olivos.

Hasta que la muerte los separe. Sus familias y unos pocos amigos -sus compañeros de trabajo no sabían nada de la boda- ocuparon las seis filas de asientos de cada lado, adornados austeramente con tres margaritas amarillas y una cinta blanca. La cita era a las once y media, pero como toda novia que se precie de tal, Diana hizo su entrada triunfal media hora después. Sonaron los primeros acordes de la Marcha Nupcial y ella, del brazo de un familiar, caminó unos pocos pasos hasta llegar junto a Ariel.

La ceremonia comenzó con la lectura de la carta de San Pablo que alude al amor eterno y a la pareja perfecta. Después el sacerdote -que conoce a Diana desde los doce años- leyó el Sermón de la montaña, alabó las virtudes del novio y les auguró un futuro feliz. Algunas amigas se secaron una que otra lágrima de emoción, mientras una chiquita lloraba reclamando galletitas. Y llegó el gran momento: Diana y Ariel, tomados de la mano, se juraron amor eterno e intercambiaron las alianzas. La promesa se selló con un tierno beso, y vuelta a caminar la nave de la capilla hacia la calle.
Los novios saludaron en el atrio, y después todos partieron al almuerzo en el Rodizio de la Costanera, donde circularon delicias gastronómicas telúricas varias y brindis alusivos. Diana y Ariel, en la Fundación Favaloro, no dieron la noticia: dijeron, simplemente: "Nos vamos de vacaciones", pero nada más… Ergo, no hubo regalos de casamiento, ya que sus compañeros jamás se imaginaron una boda. "Ahora que nos enteramos, todos sentimos un gran orgullo de que la ex novia de René se haya casado con un miembro de la institución, que es una verdadera familia. Además, la propia familia de René demostró un gran afecto por la pareja", resumieron sus compañeros de la Fundación. Por fin, como dos enamorados comunes y silvestres, Diana Truden y Ariel Satta se fueron de luna de miel, y volverán en breve a sus puestos de trabajo. Porque, como ella le dijo a GENTE hace no más de un mes: "Pienso en René y en seguir trabajando aquí, que es la mejor manera de honrarlo, y de honrar la vida".

Diana y Ariel dieron el sí ante Dios en la capilla San Pío X de Olivos.

Diana y Ariel dieron el sí ante Dios en la capilla San Pío X de Olivos.

Jueves por la mañana: Diana y Ariel salen del Registro Civil de Coronel Díaz y Beruti luego de la ceremonia.

Jueves por la mañana: Diana y Ariel salen del Registro Civil de Coronel Díaz y Beruti luego de la ceremonia.

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