"Una vez Christian le quebró el dedo pulgar de la mano izquierda, y en otra
oportunidad le dio una trompada tan violenta que le partió los labios, y
tuvieron que darle cinco puntos de sutura", cuenta la mejor amiga de Gabriela Bo,
ex del cantante mexicano Christian Castro. Ella la mira fijo y prefiere el
silencio. Se la nota seria, preocupada. Llovizna, mientras Gaby camina por el
parque de la residencia que su familia tiene en el coqueto barrio El Pinar de
las afueras de Asunción, la misma donde la ex pareja celebró su fastuosa boda
hace poco más de un año. Ella está triste, pero dice que tiene ganas de hablar,
de relatar más vivencias de su pareja porque está harta de callar por miedo.
Pide un vaso de agua y explica que hace una semana, mientras descansaba en Punta
del Este, sólo contó una parte de su verdad. Por eso esta nota en Paraguay, en
su preciosa casa, en su cálida habitación de soltera.
-Gabriela, ¿qué calló? ¿Es cierto que él la agredió?
-(Primer silencio)…
-Gabriela, ¿no quiere decir que él le pegó?
-(Segundo silencio)… A los veinte días de casado comenzó a agredirme en forma
verbal. Sufrí un martirio psíquico apenas me convertí en su mujer.
-¿Y en forma física también?
-No puedo hablar de eso.
-¿Es cierto que la zamarreaba y le daba trompadas?
-Qué te puedo decir…
-¿Pensó en denunciarlo?
-No, porque creía que las cosas podían cambiar. Te juro que lo amé hasta el día
en que lo dejé. No tuve miedo porque siempre me defendí; pero te puedo asegurar
que sufrí mucho, lloraba todo el tiempo. Me dejaba sola…
Gabriela hace silencio y se entristece. Toma aire y observa con la mirada
enrojecida. Su madre estaba al tanto de las agresiones. Su padre no, quizá se
esté enterando por esta nota. Durante el encuentro, sus amigas íntimas no
callan. Y cuando empiezan a hablar, conviene escucharlas: "No puede hablar de
los golpes porque Christian la tiene amenazada con el tema de los abogados. Pero
la verdad es que era violento. Cuando ella le preguntaba por qué le pegaba, ¿sabés
que le contestaba? 'Porque vos me obligás cuando me levantás la voz'. Una vez en
un ensayo, él y sus empleados la agarraron de un brazo y la tiraron al suelo en
medio de una discusión. 'Yo no te pegué, yo no te pegué'', gritaba él,
histérico".
Christian se hace el angelito pero es un diablo, me decía que yo era muy chiquitita frente a él que era un hombre conocido".">
En la espectacular residencia de 50 hectáreas que su familia tiene en Asunción, Gabriela le confió a GENTE: "Christian se hace el angelito pero es un diablo, me decía que yo era muy chiquitita frente a él que era un hombre conocido".
Gabriela en los jardines de su casa. Hoy sólo encuentra consuelo en su familia, y entre sus fieles amigos de siempre.
