Supo hacer del ballet una danza popular. Y, en el mejor momento de su carrera, a los 40 años, decidió dar el “adiós y gracias”. Fue, claro, a lo grande: en la Avenida 9 de Julio, frente a más de 500 mil personas y junto a otros grandes del baile y la música: Mercedes Sosa, Diego Torres, La Mona Jiménez, Eleonora Cassano, Cecilia Gigaredo y Maximiliano Guerra, entre otros. Hubo emoción hasta las lágrimas, arte puro y aplausos sin fin. Después, la fiesta privada en La Ideal auspiciada por Personal. En una misma noche, Julio se quitó las ganas de todo: se rapó la cabeza, comió pizza, bebió champagne y terminó con un exquisito Freddo.
Rapado y con los pulgares en alto: feliz.
Bajo una lluvia de champagne, se despidió de la danza.
Pleno salto en la 9 de Julio.
