Sus piernas cobraron fama cuando el mundo fashion las definió como "las más
perfectas de la Argentina". Su cuerpo (de pies a cabeza) es la envidia de muchas
mujeres y un deseo inalcanzable para la mayoría de los hombres. Su nombre figura
en la lista de top que más ratones provocan; aun estando casada, aun siendo
madre. Sin embargo, todos esos títulos con que la vida y la genética la
premiaron sólo son "pavadas" para Dolores Barreiro.
Al contrario de lo que muchos podrían llegar a sospechar, no es conservar su
imagen lo que más la desvela. Hoy, con 27 años de vida y nueve cumplidos como
modelo de profesión, ni sus curvas (90-60-90), ni su pelo, ni su piel ni su look
la preocupan. La diosa -jura- tiene otras prioridades sobre la tierra: mimar a
Matías Camisani (el hombre que la enamoró y con quien se casó en junio de 1997),
educar y consentir a Valentino (su primer y único hijo, quien cumplirá dos años
el 16 de abril), cuidar al máximo cada detalle de su casa (esa que estrenó en un
barrio privado de Ingeniero Maschwitz, con jardín y pileta, no bien formó su
propia familia).
-No te matás en el gimnasio, no hacés tratamientos estéticos, no visitás la
peluquería semanalmente. ¿Se puede saber qué hace una modelo top com vos en tu
tiempo libre?
-Cursos de cocina, que me encantan. Adoro elaborar platos y presenciar cómo mi
familia los saborea (risas).
-¿Tu especialidad?
-Varias, desde sopas hasta pastas.
-Dicen que sos una excelente ama de casa…
-Lo intento. Me encanta ser ama de casa, disfrutar de mi hogar, jamás me aburro:
hago el jardín, cocino, barro, baño al gordo, siempre encuentro algo interesante
para hacer.
-Supongo que tendrás a alguien que te ayude…
-Sí, claro, tengo una chica que cuida a Valen cuando yo trabajo. Igual trato de
llevarlo a todos lados. Pasa que ahora viajo mucho a Chile (estoy haciendo las
gráficas de Almacenes París), y como voy con poco tiempo para trabajar, se me
complica. Intenté que me acompañara siempre, pero terminamos por no disfrutarlo
ni él ni yo.
En su último viaje, el que hizo a la Patagonia para la nueva campaña gráfica de
gimnasia y tiempo libre de Class Life, sí lo llevó. "Fui con Matías, y en
familia todo es más fácil. Mati es genial como papá, cuida muchísimo al gordo…".
-Y vos, como mamá, ¿cómo resultaste?
-Aunque no me crean, me siento muy cómoda, muy feliz, en este rol de madre.
Igual creo que los resultados se ven con el tiempo. Te lo podré responder cuando
Valentino sea más grande. Hoy lo veo bárbaro, superrápido e inteligente. Todavía
no cumplió los dos años y ya se habla todo.
-¿Empezó el colegio?
-Todavía no. Mi pediatra opina que lo tengo que mandar ya, pero yo no le quiero
imponer una rutina todavía. Sé que es importante insertarlo en la comunidad
infantil, pero mientras lo pueda criar en casa… Lo veo muy chiquito. Supongo que
lo anotaremos el próximo año.
-¿Va tras los pasos de mamá o papá?
-Me parece que de papá... Matías ya le compró una batería y le está enseñando a
tocar; quiere que aprenda rápido, así tocan juntos.
-Y a tu marido, ¿cómo le está yendo con eso de la música?
-Bien, está muy dedicado. El grupo toca seguido en pubs y, a pulmón, lanzaron el
primer CD, que se llama 4ª Espacio, igual que la banda (que la integra junto con
Nicolás Pauls, Roberto Horche y Daniel Ferrón). Ellos tienen una onda muy under,
pero ahora recibieron propuestas de un par de discográficas importantes para
grabar un segundo álbum.
-¿Vos lo apoyás o preferirías que tuviera un trabajo más remunerativo?
-A Matías lo apoyo en todo. Voy siempre a verlo tocar y, aunque soy medio de
goma para la música, hasta me atrevo a opinar sobre los temas que componen.
-¿Te animarías a cantar?
-(Risas). ¡Ni loca! Eso, jamás. Adoro la música, pero reconozco que no tengo
mucho oído.
-¿Y a probar con la actuación?
-Es algo que también me encanta. Siempre me gustó el cine: de chica, todos los
miércoles, a la salida del colegio, iba con mi hermano a ver películas. La
timidez ante la cámara no la tengo, pero no me siento preparada para eso.
Debería estudiar, o algo…
-Con la televisión, ¿qué pasó? ¿Nunca más la conducción?
-Ojalá que sí, me encantaría. Pero la tevé ahí está, bien, gracias. Tengo un
contrato firmado con Cuatro Cabezas, íbamos a continuar con Planetario, pero
quedó ahí. Hoy las propuestas que tengo las analizo mucho porque, como sigo a
full con el modelaje, me significaría mucho sacrificio hacer las dos cosas. Sin
embargo, mi idea es volver y hacer una carrera en la televisión.
-Para tu profesión necesitás, te guste o no, estar bien las 24 horas del día.
¿Qué hacés para ayudar a tu cuerpo?
-Me cuido por mi salud, pero no por estética. Nunca hice gimnasia, lo mío es
genético, más que nada. Recién hace unos años empecé con la gym junto a Pablo
Benadiva, mi personal trainer, para mantenerme y con la idea de ser una persona
sana.
-¿A qué aspirás hoy?
-A disfrutar al máximo de mi hijo, de mi marido. A madurar con felicidad.
También me encantaría tener una carrera importante en tevé.
-¿Y a agrandar la familia?
-Es un tema que charlo a menudo con mis amigas porque estoy en la duda de cuál
es el tiempo ideal para dejar entre un hijo y otro. Si le preguntás a Valen si
quiere tener un hermanito, te dice que no. Pero sí, el tener más hijos es un
sueño que siempre tuve.
por Mariana Montini
fotos: Santiago Turienzo
asistente: Diego Soldini
peinó: Sergio Lamenza
maquilló: Sebastián Correa
agradecemos a Antiguo tren a vapor Bariloche
Impresionante por donde se la mire. La top sigue a toda máquina en su carrera de modelo pero aclara que, además, es una excelente ama de casa.
A Matías lo apoyo en todo. Voy siempre a verlo tocar y, aunque soy medio de goma para la música, hasta me atrevo a opinar"">
"A Matías lo apoyo en todo. Voy siempre a verlo tocar y, aunque soy medio de goma para la música, hasta me atrevo a opinar"
