«Aumenté 10 kilos. ¿Y qué?» – GENTE Online
 

"Aumenté 10 kilos. ¿Y qué?"

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Silvina Luna (21) infla su panza y con un tono a medio camino entre el sarcasmo y la propia caricatura le grita a Roberto Parra: "¡A ver, Negro, cuándo lo vas a reconocer…!". Está gorda. Y se ríe de estar gorda. 

Silvina es modelo profesional. Su trabajo es embellecer las páginas de los medios con su figura y su cuerpo. Está acostumbrada a que el lente de una cámara de fotos le descubra cada detalle y su vida transcurre entre cuidados y cosméticos. Sin embargo, durante los 85 días que pasó encerrada en la casa de
Gran Hermano, engordó 10 kilos y perdió la línea. Y lo que para cualquier modelo argentina empeñada fervorosamente en bajar un talle más, aunque le vaya la vida en el intento hubiera sido una catástrofe, diez kilos de angustia, una horrorosa monstruosidad de tejido adiposo sobrante, una vergonzosa derrota frente a los hidratos de carbono, para Silvina,
Silvi, la rosarina, es la oportunidad para un chiste. "Reconocé al bebé, Negro, no te hagás el bol…", sigue gritando y riendo.

El sábado pasado, Silvina fue elegida con el 55 por ciento de los votos para salir de la casa. Antes de conocer su suerte, fue categórica: "Si me quedo, vuelvo a comer". Lo dijo como un grito de batalla, una rúbrica de sus arrebatos rebeldes. No pudo ser, porque debió salir, aunque según el nuevo rumbo reglamentario que tomó el programa, puede volver. Ella y otros participantes expulsados por los votos telefónicos. Y si no vuelve a entrar… ¿volverá también a la reclusión esclavista de las dietas?

"Tengo que dejar de comer", dijo en un impulso que mezclaba la culpa con el figurín que le devolvía el espejo. Aunque poco después, al ritmo del pop pachanga de
El Meneadito, se divirtió moviendo su vientre delante de las cámaras que están dentro de la casa en lo que puede leerse como una clara burla de sí misma, primero, y de la fiebre de abstinencia obsesiva en la que caen tantas argentinas, modelos o no, después.

Como si no bastara con la progresiva desaparición de su cintura, Silvina tiene en su currículum otro dato ¿divertido? ¿paradójico? En fin: Luna fue la modelo que
Slim Center, -el conocido centro de adelgazamiento-, eligió para promocionar sus servicios. Pero esto fue antes. Exactamente, diez kilos antes.

Cuando Silvina vio que los jeans de siempre habían dejado de cerrarle, ni se inmutó. Una tarde, mientras intentaba en vano calzar las piernas y subir la cremallera, Ximena Capristo, su compañera de cuarto y adversaria declarada dentro de la casa, le dijo: "Te queda bien, bol…". Luna respondió: "No, Negra, a mí me gusta estar cómoda".

Silvina en la producción que hizo para <i>GENTE</i>, apenas unas horas antes de entrar a la casa, hace casi tres meses.

Silvina en la producción que hizo para GENTE, apenas unas horas antes de entrar a la casa, hace casi tres meses.

Oculta detrás de unos gigantes anteojos de sol, cuando concurrió a votar, el pasado 14 de octubre. Entre ambas fotos, una gran diferencia.

Oculta detrás de unos gigantes anteojos de sol, cuando concurrió a votar, el pasado 14 de octubre. Entre ambas fotos, una gran diferencia.

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