"Mirá, Alfredo, ya no aguanto más. No sé qué hacer, no doy más… -dice
Diego, entre lágrimas-. Lo único que te digo es que si no me dejan ir a Cuba,
yo me escapo igual. Como sea pero me escapo..."
La conversación entre Maradona y su médico personal, Alfredo Cahe, es el fiel
reflejo de la situación que el Diez vivía en la clínica psiquiátrica Del Parque,
en Ituzaingó (zona oeste del gran Buenos Aires). Tras pasar 121 días internado,
el ex capitán de la Selección dijo basta. Atrás habían quedado su visita a la
Casa Rosada pidiéndole apoyo al presidente Néstor Kirchner y la entrevista que
dio en Canal 9 en la que, entre otras cosas, definió el lugar donde estaba como
"una pocilga". Enterado el juez Norberto García Vedia, presidente del Tribunal
de Familia Número 2 de Morón, el lunes a las 11.30, firmó la autorización para
que Maradona pudiera continuar su tratamiento en Cuba.
La decision mas dificil. La idea de la familia era que Diego siguiera su
tratamiento en un centro de rehabilitación en la Argentina. Y así también lo
interpretaba el juez quien, ante la insistencia del ex jugador por volver a las
tierras de su amigo Fidel Castro, le había dado lugar al recurso civil
presentado por sus tres hermanas para impedir la recuperación en Cuba. El propio
magistrado llegó a decir públicamente que el Diez "tenía su facultad de
decisión alterada". Pero las permanentes amenazas de Diego por abandonar la
clínica donde estaba, y sus continuas salidas del lugar, hicieron que García
Vedia cambiara de opinión radicalmente aunque la familia pensara lo contrario.
Un informe que valio su libertad. La presión de Diego en el programa de Canal 9,
más los continuos ataques de llanto que tenía en la clínica, llevaron a que
algunos integrantes de la familia aprobaran a regañadientes el viaje a la isla.
Lo único que le pidieron al juez fue que el lugar "contara con un control de
internación permanente y no ambulatorio". Nadie quiere que su vuelta a Cuba
sea como la anterior, cuando se instaló en La Pradera para recuperarse de una
descompensación cardiorespiratoria. Por eso, desde el juzgado, una vez que el
doctor Cahe informó que el lugar elegido era el CENSAM, pidieron un informe
detallado sobre la institución. El cometido estuvo a cargo de Sermicuba, la
entidad que representa a los Servicios Médicos Internacionales de Cuba en
Argentina, y el informe, firmado por el director médico, Alfredo Wischnivetzky,
destrabó la difícil decisión: "El lugar lo seleccionó el estado cubano, que
fue el que invitó a Diego. Y si a mí me preguntaran dónde tendría que ir el
señor Maradona, lo habría enviado ahí. Sin dudas, este centro cuenta con todas
las garantías necesarias para su recuperación", explicaba el médico.
Diego, en la casa de sus padres en Devoto, pronto viajará a Cuba.
