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Así se investiga el virus en nuestro país

Siete escuelas cerradas en Buenos Aires, casos que se duplican en apenas 48 horas, actividades colectivas suspendidas y una muerta dudosa en Jujuy, en el contexto de un alerta mundial que no cesa. Desde su aparición en México, en abril pasado, el virus de Influenza A (H1N1) se expandió rápidamente por 63 países y sembró más dudas que certezas. De acuerdo con datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, hasta el 31 de mayo había 16.018 enfermos y 115 muertos en el mundo.

La Argentina no logró quedar afuera. A principios de mayo reportó el primer caso y, desde entonces, la cifra fue en ascenso. Hasta el cierre de esta edición, el Ministerio de Salud de la Nación informaba 115 casos positivos y 404 en estudio. Todas las muestras son analizadas en el Instituto Dr. Carlos G. Malbrán (en el corazón del porteño barrio de Barracas y contando con el mayor laboratorio de alta bioseguridad de Latinoamérica), el único del país autorizado a tal fin. Por sus largos pasillos caminaron, entre otros sacrificados científicos, dos premio Nobel: Bernardo Houssay y, sobre todo, César Milstein, este último considerado el alma del Malbrán. Gustavo Ríos –médico especializado en sistemas de salud y seguridad social– es el actual interventor de este centro, por donde pasan anualmente siete mil pacientes afectados de enfermedades como tuberculosis, mal de Chagas, meningitis, polio, hantavirus, dengue y, ahora, la llamada gripe porcina. Ante GENTE, el doctor Ríos explica cómo se actúa en el sector público para detectar y prevenir la enfermedad.

–¿Por qué éste es el único laboratorio habilitado para procesar las muestras?
–Hasta el momento no hay otro que cuente con un gabinete de bioseguridad 3 que esté en consonancia con las recomendaciones internacionales. Si el virus llegara a instalarse en el país, los requisitos de bioseguridad podrían variar, y eso habilitaría a otros centros nacionales, que tienen el equipamiento necesario.

–¿Cómo se debe actuar ante la sospecha de un caso de gripe porcina?
–Si una persona tiene síntomas gripales y estuvo en los últimos días en un foco de infección, debe acercarse a un establecimiento asistencial para que se le tome una muestra que determine si se trata de gripe común (lo más probable) o de alguna de sus variaciones, como la gripe porcina.

–¿Cómo se obtienen las muestras para el análisis?
–Se le realiza al paciente un hisopado de nariz y garganta. Para eso se utiliza un modelo especial de hisopo que el Ministerio de Salud distribuyó en todas las provincias y que tiene como ventaja la posibilidad de conservar las muestras por mucho más tiempo que los comunes.

–¿Cómo se garantiza la seguridad de los profesionales que están en contacto con las muestras?
–Es fundamental evitar el contacto directo; para eso los profesionales trabajan con tres envases, dispuestos en forma de mamushkas. El hisopado está dentro del envase más pequeño, que a su vez está dentro de otro envase. La seguridad se completa al introducir estos dos envases en un tercero. Luego se coloca todo en una caja especial para transportar material de riesgo biológico.

–Y esa caja llega al Malbrán...
–Exacto. Nuestra intervención es directamente sobre las muestras; no tenemos contacto directo con los casos, tampoco con la evaluación clínica ni con ningún aspecto del vínculo con el paciente cuando empieza con su síntoma. Una vez que las muestras llegan al Malbrán se abren las cajas, se identifican y se verifica la ficha que contiene información fundamental acerca de la persona y sus antecedentes clínicos. Esta información aporta datos indispensables para el posterior diagnóstico. De allí se pasa al Gabinete de Seguridad Biológica, un espacio que cuenta con un flujo de aire descontaminado que evita la alteración de las muestras.

–¿Es correcto decir que estamos ante un brote?
–El brote se define de acuerdo a las proporciones de población afectadas. En nuestro país sólo es correcto hablar de brote en algunas poblaciones específicas, por ejemplo, en ciertos ámbitos escolares, debido a la cantidad de casos con relación a la totalidad de los alumnos del colegio.

–Pasemos a las recomendaciones, doctor.
–En primer lugar hay que dejar de lado la sobreactuación, para centrarse en la prevención. Para esto la higiene es central: es importante protegerse al momento de toser o estornudar. A la hora de viajar, tener en cuenta que hay lugares del mundo donde el virus está circulando mucho. Como ciudadano, pienso que estamos frente a una situación que nos tiene que comprometer para dar una respuesta comunitaria. En este sentido, las discriminaciones a las personas afectadas son conductas absolutamente inapropiadas.

–¿Nuestra estructura sanitaria está preparada para enfrentar epidemias?
–Contamos con profesionales altamente capacitados, que se vienen formando desde hace muchos años para este tipo de desafíos. Sin embargo, hay un punto débil: el sistema de salud argentino está sumamente fragmentado; tiene dificultades de acceso y notables carencias en la infraestructura. Cada invierno las terapias intensivas de los hospitales públicos están desbordadas, mientras las instituciones privadas no facilitan el acceso a las camas libres. Esto va a seguir ocurriendo en tanto y en cuanto no haya un manejo centralizado del sistema, que contemple tanto las camas de los hospitales públicos como las de los privados. “Como ciudadano, pienso que estamos frente a una situación que nos tiene que comprometer para dar una respuesta comunitaria. En este sentido, discriminar a las personas afectadas son conductas inapropiadas” (Doctor  Gustavo Ríos)

“Como ciudadano, pienso que estamos frente a una situación que nos tiene que comprometer para dar una respuesta comunitaria. En este sentido, discriminar a las personas afectadas son conductas inapropiadas” (Doctor Gustavo Ríos)

Los profesionales del Malbrán trabajan con tres envases, dispuestos en forma de mamushkas, para evitar todo contacto con el virus.

Los profesionales del Malbrán trabajan con tres envases, dispuestos en forma de mamushkas, para evitar todo contacto con el virus.

Hasta el 31 de mayo, la Organización Panamericana de la Salud informaba un total de 16.018 enfermos y 115 muertos en el mundo por el virus de la Influenza A H1N1. A la cabeza, los Estados Unidos, con 8.975 casos y 15 muertos; seguido por México (5.029 enfermos y 97 fallecidos) y Canadá (1.336 afectados).

Hasta el 31 de mayo, la Organización Panamericana de la Salud informaba un total de 16.018 enfermos y 115 muertos en el mundo por el virus de la Influenza A H1N1. A la cabeza, los Estados Unidos, con 8.975 casos y 15 muertos; seguido por México (5.029 enfermos y 97 fallecidos) y Canadá (1.336 afectados).

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