Recién egresados de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, y con muchas cosas para decir, los integrantes de Arbolito decidieron emprender hacia 1997 un proyecto que fusione ritmos folklóricos, como la zamba y la chacarera, con el rock. El resultado no sólo fue exitoso sino que también habilitó el juego de muchos otros grupos por el basto campo de la cultura popular argentina.
El nombre fue elegido en honor a un indio ranquel que luchó contra el genocidio de su tribu. Sus letras, siempre comprometidas con la realidad política y social, aportan a este combo el toque combativo. Ya tienen cuatro discos en su haber: La mala reputación, de 2000, La arveja Esperanza, de 2002, Mientras la chata nos lleve, un disco en vivo editado en 2005 y Cuando salga el sol, su primer trabajo editado por Sony/BMG en 2007. A continuación, un adelanto de cómo va a ser el próximo álbum, los referentes, y el presente de la banda.
–¿Están trabajando en un nuevo disco?
–Sí, estamos en etapa de preproducción. La idea es entrar a grabar en junio y tenerlo listo para fin de año.
–¿Cómo va a ser este próximo álbum?
–Por lo que se va vislumbrando, va a ser un disco conceptual, con un sonido más de banda, con más partes instrumentales. El álbum anterior tuvo algo de eso, pero estaba más cuidada la canción. Para este, nos estamos permitiendo ir más allá, tocando en la sala y explorando sonidos. Queremos llegar al estudio con una idea acabada.
–¿Podrías nombrarme los tres principales referentes musicales de Arbolito?
–Bob Marley, Jethro Tull y el Cuchi Leguizamón, por nombrarte a tres. En realidad hay muchos más. Nuestros gustos son muy heterogéneos y siempre hay un diálogo entre el folklore y el rock.
–¿Cómo es el presente de la banda?
–Por suerte estamos tocando mucho, con la cabeza más descansada para pensar en la música, es una gran conquista el hecho de haber podido delegar varias cosas extramusicales como la producción de fechas, o la distribución de discos. Poder estar más cerca de los instrumentos y de la música, nos hace sentir renovados. Estamos contentos por disponer de bastante tiempo en la semana para componer.
–Después de tantos años manejándose de forma independiente, ¿cómo fue firmar contrato con una compañía multinacional?
–Fue un proceso muy largo hasta tomar la decisión, pero la esencia de la banda no se modificó, nunca dejamos de ser independientes porque tocamos donde queremos, con quienes queremos y grabamos la música que nos gusta. Sí se produjo un gran cambio porque ya no tenemos que salir a vender los discos, ni distribuirlos, ni calentarnos por conseguir alguien que nos grabe. Pudimos delegar.
De todas maneras, lo que logramos hoy no hubiera sido posible sin el aprendizaje enorme que significa la autogestión. Porque sabemos que sin compañía también podemos existir y grabar, porque ya lo hicimos, para nosotros sólo es transitar otra etapa musical.
–Ustedes llevan la bandera del folklore fusión desde hace ya varios años, pero, ¿cómo encuentran la escena de hoy, con grupos como Doña María, Tremor o Imperio Diablo?
–Los dos primeros grupos que me nombrás no los escuchamos todavía, pero con Imperio Diablo compartimos un festival hace pocos meses y nos pareció buenísimo. Algo realmente nuevo, ese espíritu andino carnavalesco, mezclado con máquinas, es genial. Va un poco más allá de lo que nos podríamos imaginar. Están pasando otras cosas con el folklore que están bárbaras.
–¿A qué te parece que se debe esta revalorización del género por parte de las nuevas generaciones?
–Se está descubriendo. Así como nos pasó a nosotros que pudimos apropiarnos de la música folklórica, que comenzamos a sentirla como nuestra, como algo con lo que podíamos jugar y hacer canciones, lo mismo le está pasando a mucha gente, se va contagiando.
También tiene que ver con confiar más en lo que somos. Siempre estuvimos acostumbrados como país a despreciar lo nacional o lo latinoamericano, pero ahora eso está cambiando. El nuestro es un continente que tiene muchísimo para dar, si nos dejan de chupar la sangre, ¿no? Está muy bueno ese abrazo cultural que nos estamos dando.
–¿Cómo se preparan para el show del 6 de junio?
–De movida, contentos por compartir la fecha con Rally Barrionuevo y La Bomba de Tiempo. Ya estamos pensando qué canciones vamos a compartir con ellos, para que no toque cada uno su parte y listo. También estamos felices de volver a tocar en el estadio Malvinas Argentinas, que es donde presentamos nuestro último disco el año pasado.
–¿Les gusta ese espacio para tocar?
–Sí, además nos quedó un recuerdo hermoso, es un lugar muy grande donde puede venir quien quiera, sin restricciones de edad. Contento también porque los tres grupos van a brindar un show completo y el público va a poder disfrutar a pleno cada número.
–¿Cómo es su relación con los otros grupos?
–Con Rally compartimos un par de fechas hace poco en Córdoba, subió a cantar con nosotros y ya va pintando una amistad. Sabemos que el camino nos está llevando por lugares parecidos, musical y espiritualmente, de alguna manera. A los chicos de La Bomba de Tiempo no los conocemos, pero sabemos que sus conciertos son una fiesta.
–¿Cómo viene la agenda de Arbolito para lo que resta de 2009?
–En principio, tenemos puesta toda la tensión en el show del 6 de junio. Después, la idea es seguir ensayando y entrar a grabar. Más tarde definiremos si el disco sale este año, o el próximo.
Arbolito, Rally Barrionuevo y La Bomba de Tiempo se presentarán el sábado 6 de junio a las 18 en el estadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350, ciudad de Buenos Aires.
Más información: Producciones Clandestinas
Página oficial: Arbolito
"Creo que el próximo va a ser un disco conceptual, con un sonido de banda, con más partes instrumentales", cuenta Agustín Ronconi.
"Siempre estuvimos acostumbrados como país a despreciar lo nacional o lo latinoamericano, pero ahora eso está cambiando", sentencia Agustín.
La cubierta de su último disco, Cuando salga el sol, lleva el dibujo del indio que se convirtió en símbolo de la banda.
