"Necesito verte ahora más que nunca, pero no puedo dejar que vengas, esto está peligroso", le habría dicho él desde su teléfono celular. Era viernes. Viernes 21 de diciembre, y llevaba sólo 24 horas c
omo hijo del ex Presidente argentino. No sólo su padre, Fernando de la Rúa, y su madre, Inés Pertiné, debieron cambiar los planes navideños a último momento. Antonio fue, sin duda alguna, quien más lamentó no pasar el 24 en la Quinta Presidencial de Olivos. Es que su novia, la cantante colombiana Shakira Mebarak Ripoll, tenía programado viajar a Buenos Aires para festejar la Nochebuena junto a sus parientes políticos. Pero el pueblo argentino obligó a que cambiaran los planes. Antonio, entonces, dejó todo para ir tras su chica una vez más.
ADIOS A LAS FIESTAS. El miércoles 19 de diciembre, después de ayudar a su padre a redactar el discurso que derivaría en un cacerolazo espontáneo y la salida de la gente a las calles reclamando la renuncia del ministro de economía Domingo Felipe Cavallo primero, y la del propio Presidente después, el joven al que muchos señalaron como experto en marketing seguía viendo y viviendo otra realidad. "Me parece que tendrías que ir llamando a tu chica para decirle que no venga", le deslizó uno de sus más íntimos y cercanos colaboradores. "No, no. Cuando papá separe a Cavallo, esto va a pasar", calculó en voz alta Antonio. Pero no fue así. Al día siguiente, el pueblo seguía en las calles exigiendo la renuncia de su progenitor. Cuando De la Rúa tomó la decisión de marcharse, sintió un gran alivio, pero comenzó a preocuparse por otras cosas, como de su seguridad y la de su familia. Su esposa -según el personal de Olivos-, en cambio, se lamentaba por tener que desarmar el decorado navideño que tan bell
o había quedado en el living de la Quinta Presidencial. Su hijo también sentía tener que cambiar, de tan bochornoso modo, las fiestas. "Si yo no puedo ir, vení vos -le propuso Shakira desde el teléfono de línea de su departamento de Barranquilla-. Acá vas a estar seguro, nadie sabrá que me has visitado…". Antonio no dudó en aceptar la propuesta. Antes, hizo las valijas de Olivos y viajó con sus padres al campo que les prestaron en Balcarce para que pudieran refugiarse de los manifestantes y la prensa. Después, sacó pasaje con destino a Bogotá.
por Mariana Montini
fotos: Luis Fernández (Miami), gentileza El Heraldo (Barranquilla) y archivo Altántida
Tras la renuncia de su padre, Antonio de la Rúa se alejó en avión hasta los brazos de su amada Shakira. El miércoles 26 arribó a Barranquilla. Una fuerte seguridad lo esperaba en la pista del aeropuerto para trasladarlo hasta el penthouse de la diva. El sábado 29 volaron rumbo a Miami. La impenetrable mansión de la cantante podría ser su actual paradero.
La reina del pop latino se encargó de esconder al hijo de De la Rúa en su departamento de Barranquilla. Ella salió al balcón a saludar a la prensa.
