"A este embarazo yo lo busqué, y me caso porque quiero. No me importa lo
que digan", dijo Geraldine Conti Neumann (21) a GENTE apenas dos semanas
atrás. Y el viernes 24 sus palabras se hicieron realidad. Con una incipiente
pancita de tres meses y medio de embarazo y una enorme sonrisa de felicidad, le
llegó el momento de contraer matrimonio con su amor desde hace poco más de un
año, Jorge Otamendi (24, músico). Doble emoción, entonces. Primero, por el final
feliz de su love story. Y más lágrimas porque la futura maternidad la tiene más
que sensible.
El viernes 24 a la una y media de tarde, Gegé llegó puntual al Registro Civil
de Córdoba y Bonpland, en Palermo. Para la ocasión eligió un vestido del
diseñador Benito Fernández, de muselina color salmón con detalles bordados en
dorado y un tapado de lana y seda bordado en hilos al tono. Allí la esperaban su
mamá, Claudia Neumann, su papá, Juan Francisco Conti, sus hermanos menores, Loli
y Francisco Conti Mitre, y sus flamantes suegros, Jorge Otamendi y María Dolores
Bordeu. Aunque los novios llegaron puntuales, tuvieron que esperar hasta las dos
y cuarto para que comience el acto, ya que había dos casamientos antes que el de
ellos.
A Gegé se la veía ansiosa, pero se tomó la espera con humor. Nicole, su
hermana estrella, llegó tardísimo, con su marido Nacho Herrero, y apenas si pudo
asomarse en la sala en el momento en que los declaraban marido y mujer. A la
salida, copiosa lluvia de arroz.
Es que la historia de amor que nació llena de intensidad hace poco más de un
año terminó con final feliz. Apenas se pusieron de novios, Jorge y Gegé se
fueron a vivir juntos a un departamento de Las Cañitas. A partir de ese momento,
sólo se separaron por motivos de fuerza mayor. Como en las películas, dos meses
después él le propuso casamiento. "Planeábamos hacerlo a fin de año, pero
decidimos adelantarnos porque no quería caminar al altar con una panza de ocho
meses", explicó la modelo.
La noticia del embarazo los había encontrado más unidos que nunca. Además de
un test, Geraldine se hizo un análisis de sangre, para quedarse
tranquila. "Ya lo intuía, pero cuando al enterarnos, nos pusimos a llorar. No
fue esa situación de '¡Uy, qué garrón!'. Es algo que deseábamos", contó.
Finalmente llegó el momento de dar el "sí". Después del Civil hubo
festejo: una recepción íntima en el departamento de la familia Otamendi, en
Palermo Chico. Los novios invitaron a parientes y amigos a tomar una copa de
champagne. Antes de la caída del sol, los recién casados se asomaron al balcón.
Gegé con una cámara de video digital, filmó a los fotógrafos que la hacían
guardia en la puerta. Luego, el festejo se prolongó hasta pasadas las doce y
media de la noche.
"Todavía no sabemos si es nena o varón -contó Geraldine-, pero si
es mujer le vamos a poner Helena. Ya se mueve y en la primera ecografía me lloré
todo. Claro que me siento madura para ser mamá".
A la salida de la fiesta, Jorge ya no tenía el traje y vestía una remera que
dejaba a la vista sus tatuajes. Era hora de irse a dormir por primera vez como
marido y mujer. Y de seguir palpitando los nervios previos al casamiento por
iglesia, con gran fiesta y todo.
El viernes 24, a las dos y media de la tarde, Gegé y Jorge se casaron en el Registro Civil de Córdoba y Bonpland. Y después hubo lluvia de arroz. El vestido de Benito Fernández dejó adivinar su incipiente pancita de embarazada.
Con la libreta de matrimonio en mano, los recién casados dejan el Registro Civil rumbo a la recepción.
