A veinte años de la peor tragedia nuclear de la historia. – GENTE Online
 

A veinte años de la peor tragedia nuclear de la historia.

La peor tragedia nuclear de la historia está próxima a cumplir veinte años. El dolor y las consecuencias siguen intactos en la actual Ucrania: los muertos declarados fueron 31 en el mismo momento, y suman miles más desde entonces. Más de dos millones y medio de personas contaminadas conviven con sus fantasmas y las mediciones radioactivas dicen que el peligro no desapareció.

Todo empezó el 26 de abril de 1986 a las 13:23 en punto. En la Central Atómica de Chernobyl (ciudad de unos 25.000 habitantes), a pocos kilómetros de Kiev, capital de Ucrania, en la antigua Unión Soviética, se metió la muerte con su fuerza inmanejable. La crisis ocurrió muy rápidamente. Por alguna razón desconocida una repentina pérdida del agua que enfriaba el combustible de uranio colocado en tubos de presión y rodeado por 1.700 toneladas de ladrillos de grafito hizo que el recalentamiento derritiera el uranio. El vapor hirviente formó gases inflamables que reaccionaron con el grafito, el combustible y el circonio. La explosión fue inmediata. El reactor se destruyó. El incendio fue incontrolable.

Mientras, las autoridades de la entonces Unión Soviética guardaron un silencio sepulcral. La nube extendió ominosamente su amenaza sobre Europa. El 28 de abril –dos días después– un obrero que hacía su rutina en una planta nuclear sueca pasó frente a los detectores de radiación y las alarmas sonaron. El nivel de radiación de sus zapatos era cien veces mayor de lo normal. Los satélites norteamericanos desnudaron la realidad en poco tiempo.

Cuando las fotos llegaron, nadie podía creer lo que veía. En las víctimas, los primeros síntomas de mareos y náuseas fueron luego cáncer, pérdida del pelo, niños deformados y pieles eternamente laceradas. Las consecuencias se seguirán sufriendo por muchos años más. Los habitantes de Chernobyl y Kiev recibieron la misma radiación que los de Hiroshima. Unas quince mil hectáreas quedaron yermas: ¡ni el agua de lluvia podía tomarse! Los primeros 31 muertos no tuvieron chances: una falla en el sistema de formación de glóbulos rojos se los llevó. Los demás, incontables, siguen y seguirán padeciendo diversos tipos de cáncer y otras terribles enfermedades. Hoy a veinte años, Chernobyl es una ciudad fantasma. Algunos de sus rincones guardan intactos los últimos momentos, cuando sus habitantes todavía eran felices y no eran conscientes de hasta qué punto los adelantos de la humanidad pueden volverse contra sí misma cuando las delicadas normas de seguridad son burladas.

Los zapatos de los chicos de un jardín de infantes de Pripyat, cerca de Chernobyl, quedaron como mudos testigos del último día de sus vidas truncadas por la explosión del 26 de abril de 1986.

Los zapatos de los chicos de un jardín de infantes de Pripyat, cerca de Chernobyl, quedaron como mudos testigos del último día de sus vidas truncadas por la explosión del 26 de abril de 1986.

Muñecas y máscaras de gas nunca rescatadas del jardín de infantes. Estos juguetes fueron los últimos en recibir el amor de esos chicos muertos.

Muñecas y máscaras de gas nunca rescatadas del jardín de infantes. Estos juguetes fueron los últimos en recibir el amor de esos chicos muertos.

El parque de diversiones de Pripyat tiene sus juegos abandonados y contaminados. Hasta unas horas antes la algarabía reinaba.

El parque de diversiones de Pripyat tiene sus juegos abandonados y contaminados. Hasta unas horas antes la algarabía reinaba.

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