"No siento alegría por las condenas ni odio por el hombre que asesinó a mi marido. Dios será el encargado de juzgarlos en forma definitiva. Creo en la justicia divina y muy poco en la de los hombres", dice hoy Flora Lacave (57), sentada en el living de su casa de Lincoln. Y confiesa que el j
ueves 26 de setiembre, cuando escuchó las sentencias para los delincuentes que el 17 de setiembre de 1999 coparon la sucursal del
Banco Nación de Villa Ramallo, la vista se le nubló. "24 años de prisión a Carlos Sebastián Martínez -único sobreviviente de los tres asaltantes- por hallarlo culpable de los delitos de homicidio en ocasión de robo, tenencia de armas de guerra y privación ilegítima de la libertad", se leyó en la sala colmada del
Tribunal Federal Oral número 1 de la ciudad de Rosario, donde se realizó la primera etapa del proceso por la llamada Masacre de Ramallo que terminó con la muerte del gerente de la entidad, Carlos Chaves, del contador Carlos Santillán y de uno de los tres ladrones, Javier Hernández, todos acribillados por la policía cuando abandonaban el banco en el Volkswagen Polo de Chaves. "Es que Martínez venía sentado a mi lado esa trágica madrugada. Y ahora me volví a encontrar con él en la sala. Recuerdo que me miró fijo y se encogió de hombros cómo diciéndome 'ya pasó'.
Yo le devolví la mirada con el mismo gesto. Y pensé en su madre, que seguramente también estaba sufriendo por lo que acababa de oír. Eso me provocó un gran dolor", explica Flora.
Los restantes acusados, Aldo Cabral -el ex cabo de la Policía Bonaerense que proporcionó un plano a los delincuentes- fue condenado a 17 años de prisión, Jorge Andrés Aguilar recibió 15 años, Mónica Saldaña -hermana de uno de los ladrones abatidos-, 14 años, y Norberto Céspedes, Raúl Mendoza y Silvia Vega, 13. "El fallo fue justo -agrega-.
No es lo mismo el que nos tuvo veinte horas amenazados, como lo hizo Martínez, que el resto de los integrantes de la banda, quienes no estaban en el banco. Por eso creo que los jueces actuaron bien. Demostraron ser muy serios y responsables".
Durante los casi dos meses que duró el juicio, Flora Lacave permaneció alojada en un hotel de Rosario junto a sus hijos para seguir de cerca cada hecho que sucediera. Ahora espera con ansiedad la segunda etapa, donde se deberá determinar la responsabilidad policial en la represión que culminó con una matanza indiscriminada.
-Flora, ¿realmente confía en que se sabrá toda la verdad?
-Tengo miedo de que nunca se conozca. Simplemente porque la policía tapa un montón de cosas, aunque algunos se quebraron. Lo que sucedió esa noche no se los perdono. Tiraron a matar; yo estoy convencida de que querían asesinarnos a todos para callarnos. No tengo miedo de decirlo. Desde que mataron a mi marido, no me queda nada por perder. Lo que me pregunto todos los días es por qué tuve que pagar un precio tan alto en la vida. Y nunca encuentro una respuesta que me satisfaga.
por Miguel Braillard
fotos: diario La Capital de Rosario y Archivo Atlántida
Desde que mataron a mi marido, no me queda nada por perder. Todos los días me pregunto por que tuve que pagar un precio tan alto en la vida. Y nunca encuentro una respuesta"">
"Desde que mataron a mi marido, no me queda nada por perder. Todos los días me pregunto por que tuve que pagar un precio tan alto en la vida. Y nunca encuentro una respuesta"
Tres de los condenados: Jorge Aguilar, Carlos Martínez y el ex cabo Aldo Cabral recibieron 15, 24, y 17 años de prisión cada uno por la participación en el asalto que terminó con el asesinato del gerente Carlos Chaves. Su esposa, Flora Lacave, estuvo presente durante todo el juicio.
