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"A los ciegos nos discriminan, no por maldad, sino porque simplemente nos desconocen"

Maybel Díaz y Adrián Páez son dos de los 20 mil alumnos de la Universidad Nacional de La Matanza. Cursan la carrera de Comunicación Social, con excelentes notas. Sin embargo, algo los hace distintos: son dos estudiantes no videntes de los treinta del claustro. Gracias a una máquina -la Galileo- que permite a los alumnos ciegos escuchar textos e imprimirlos en alfabeto Braille, estudian a la par del resto de sus compañeros.