Diez kilómetros diarios de trote, gym, dieta -con algún que otro churro o factura permitida-, vida sana y el amor de Dalma, Gianinna, sus padres y sus amigos. Así fueron las vacaciones de Claudia Villafañe de Maradona en Villa Gesell. Claro que nunca faltó el llamado de Diego para preguntar por ella y las nenas y decirles cuánto las quiere. Pero la sorpresa mayor la recibió el martes
22, cuando amaneció y le improvisaron con el mejor tono el "cumpleaños feliz". Salió desafinado pero emotivo. Claudia se abrazó a sus hijas a la vez que la voz de Diego le llegaba desde el otro lado del teléfono. "Claudia, cantaste los cuarenta", le dijeron a coro. Y ella asintió con una sonrisa.
Por la tarde llegaron sus padres y la alegría fue completa. "No comamos mucho o mañana vamos a tener que correr hasta Pinamar", bromeó ella cuando papá Coco le insistía con más churros. Por la noche salió a dar una vuelta por la avenida 3 -la peatonal de Gesell-, acompañada por su familia, y se acostó temprano. Claudia había decidido quedarse en Buenos Aires pero no pudo negarse a la invitación de Cristina Mazzitelli y su familia y decidió estar con ellos unos días.
Desde hace un año, empezó una nueva vida. Junto al personal trainer Pablo Goycochea inició un entrenamiento para ponerse en forma. Los resultados, a la vista.
Claudia corrió diez kilómetros diarios. La mujer del Diez no abandonó su habitual ejercicio ni siquiera la mañana en que Gesell amaneció con lluvia.
El secreto de Claudia Maradona para estar espléndida está a la vista. Durante sus vacaciones en Villa Gesell no descuidó ni un día su rutina de ejercicios. Una hora de trote en la playa, elongación y jugos naturales para mantenerse hidratada. Su amiga Cristina Mazzitelli fue su compañera de gym. En los ratos libres, derrochó mimos en Dalma y Gianinna.
